jueves, 2 de marzo de 2006

La reina Isabel II se apunta a una reducción laboral debido a su edad

Recién cumplidos los 54 años de reinado y a punto de convertirse en octogenaria, Isabel II nunca ha contemplado la idea de un retiro, aunque sí se ha avenido a apuntarse a una reducción laboral. Desde hace una semana, la monarca mantiene un régimen de trabajo de tres días a la semana, que comienza el lunes a mediodía y da por finalizado el jueves a la hora de comer. Las restantes jornadas en el entorno apacible del castillo de Windsor permitirán a la soberana recargar pilas para encarar su apretada agenda, que suele traducirse en más de quinientos actos oficiales al año.

Fuentes del palacio de Buckingham han asegurado que el aligeramiento del programa oficial de la reina no supone el inicio de una retirada en su papel de jefe de Estado, sino de una decisión de "sentido común" propiciada por su avanzada edad. Isabel cumplirá 80 años el próximo 21 de abril, efeméride que celebrará con una cena de gala organizada por el heredero del trono, Carlos, en quien tiene previsto delegar algunas de sus funciones. En plena efervescencia del caso Diana (la investigación sobre los múltiples interrogantes que aún plantea la muerte de lady Di), el príncipe va a ir asumiendo de forma creciente algunas de las obligaciones de su madre, pero ello no significa que la monarca -quien ayer mismo inauguró la nueva Asamblea de Gales- deje de cumplir con sus múltiples compromisos. Bien al contrario, la reina afronta dentro de dos semanas uno de sus más importante retos con una delicada visita oficial a Australia - donde el republicanismo repunta- y Singapur. En el que ha sido considerado el último gran viaje de su reinado, la monarca deberá encajar estoicamente el hecho de que, a pesar de su presencia en la sesión de apertura de los juegos de la Commonwealth, el 15 de marzo en Melbourne, no se entone el God save the Queen, el himno nacional británico. Un gesto controvertido que ya ha provocado un rifirrafe diplomático pero que la monarca a buen seguro presenciará con su habitual temple. Los encargados de organizar la visita, y de rebajar su intensidad, todavía recuerdan el agotador viaje que la reina protagonizó en Nigeria en el 2003, bajo altísimas temperaturas que sin embrago no inmutaron a su graciosa majestad, aunque sí a sus acompañantes. En cualquer caso, el nuevo calendario de Isabel II es tan flexible como la propia interesada, dispuesta a saltarse el estrenado régimen de audiencias y a trabajar, si es necesario, también los lunes por la mañana y los viernes cuando la ocasión lo requiera.
 
Fuente: Patricia Tubella. La Vanguardia

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