lunes, 29 de mayo de 2006

Fulgores de la historia de Europa

Gran expectación ante la subasta de joyas de la realeza del Viejo Continente en Christie´s
 
La venta de los 200 lotes que serán dispersados supondrá una cifra superior a 6 millones de euros
 
Hay que destacar la granada nómina de aristócratas españolas cuyas joyas buscarán comprador
 
CARLOS GARCÍA-OSUNA
LA VANGUARDIA

La firma Christie´s celebra el próximo 15 de junio en su sede londinense de King Street una singular licitación de joyas históricas que ha generado gran expectación. La importancia de las piezas se explica no sólo por su intrínseco valor económico sino por la identidad de sus propietarias, célebres damas de la realeza europea de los últimos dos siglos entre las que se encuentran la gran zarina Catalina de Rusia y las españolas Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia tras su matrimonio con Napoleón III, la duquesa de Manchester, Consuelo de Yznaga del Valle, y la duquesa de Fernán Núñez, una de las coleccionistas de arte antiguo más reputadas de su época.

Si tomamos como referencia las previsiones más optimistas facilitadas por la sala de subastas, se puede asegurar que la venta de los doscientos lotes que serán dispersados conformarán una cifra que superará los seis millones de euros, confirmándose el liderazgo de Christie´s en el sector de la inversión en joyas, que ha llevado a la firma inglesa a presentar en ese apartado un balance superior a los treinta millones de dólares de beneficios en sus cuentas anuales correspondientes al año 2005.

La zarina Catalina La Grande, que pasó a la historia como una déspota ilustrada respetada por intelectuales como Voltaire y Diderot, está representada en esta licitación por una pareja de broches de diamantes, con forma de flor, del siglo XVIII, cuya cotización inicial, entre 43.800 y 73.000 euros, queda a una cómica distancia de las 360 libras que se pagaron en esta misma sala, en 1927. En el catálogo Los tesoros rusos de diamantes y piedras preciosas,editado en 1925, se indica a propósito de esta pareja de broches que "se asemejan en su factura a las piezas del célebre joyero Duval, quien en 1780 se encontraba trabajando en la creación de joyas de diamantes de este mismo tipo. No sólo el diseño, sino el mismo carácter de estas piezas, en su originalidad, nos permite atribuirlas a este genial orfebre".

Idéntica estimación -43.000 a 73.000 euros-presenta un collar con cierre de zafiro con el que se engalanaba la española Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III, de quien se ofrece, además, un broche de diamantes y rubíes, tasado entre 21.900 y 29.200 euros, aparte del que con seguridad se convertirá en uno de los lotes estrella de la sesión, un broche de perlas negras y diamantes que originalmente formaban la parte central de un brazalete, que presenta una inscripción alegórica a su destierro en Inglaterra, tras la destitución del emperador por la Asamblea Francesa: "Este brazalete perteneció a la emperatriz de Francia y se vendió junto con el resto de sus joyas en 1871 después de su exilio". Con el propósito de mantener en su nueva residencia inglesa su acostumbrado nivel de vida, Eugenia de Montijo no tuvo más alternativa que subastar al mejor postor parte de sus joyas personales. Este brazalete cargado de simbolismo histórico, que ahora cuenta con un precio estimado de 21.900 a 29.900 euros, fue subastado el 24 de junio de 1872 por Christie´s, en una sesión en la que se recaudaron 21.258 libras esterlinas de la época.

Las joyas de la emperatriz que se pusieron a la venta en aquella ocasión pertenecían a su colección privada, y no las joyas de la corona francesa que se mantuvieron ferreamente custodiadas por el Tesoro Público francés. Esas joyas personales abandonaron subrepticiamente París escondidas en la bodega del barco Borda inmediatamente después del inicio de las hostilidades que hacían prever un oscuro final para la pareja real. En esa misma bodega, que sin duda era un escondrijo insospechado, permanecieron hasta el año 1872. Sólo unos años más tarde, el grueso de las joyas de la corona regresaron a la capital francesa y, tras varios años de indecisión, fueron vendidas en mayo de 1887.

Hay que destacar la granada nómina de aristócratas españolas cuyas joyas buscarán comprador en esta espectacular convocatoria de Christies. Entre ellas merece consideración especial María Pilar de Osorio, duquesa de Fernán Núñez (1829-1921). Los coleccionistas no van a desdeñar la oportunidad de adquirir un espectacular anillo con esmeralda rectangular de 20,32 quilates, cuya valoración previa oscila entre 87.000 y 116.800 euros. Otra de las piezas reseñables es un set de costura realizado en oro y perlas, en estuche de cuero rojo, propiedad de la reina Alejandra (1844-1925), esposa del rey Eduardo VII de Inglaterra. También de origen regio, y entroncada con la familia real española, la reina Amalia de Portugal, hija del rey Fernando VII, fue la dueña de un magnífico broche de perlas y diamantes, fechado en torno a 1860, para el que se maneja un precio inicial de 40.000 a 60.000 euros. La firma joyera Leitao e Irmao, cuyo nombre figura en el interior del original estuche que contenía este broche, fue la encargada de realizar el ajuar de joyas que aportó Amelia en su enlace matrimonial.

Procedente del ajuar privado de la duquesa viuda de Manchester, la noble española Consuelo Yznaga del Valle (1858-1909), definida por Martín Fowler con palabras elogiosas su libro La Jaula dorada : "Consuelo Yznaga, hasta cierto punto, consigue derrotar a los aristócratas en su propio juego. Consuelo Yznaga se convirtió en la decana de la sociedad londinense, adorada por su encanto y sagacidad". De esta dama de singular personalidad se venden un par de piezas sobresalientes: un soberbio broche de diamantes en forma de ramillete, que data de 1890, al que se atribuye una estimación entre 180.000 y 225.000 euros, y una distinguida gargantilla de diamantes, de la misma época, cuya valoración es algo inferior, ya que va de 75.000 a 100.000 euros.
 
De Isabel la Católica a Elizabeth Taylor

El anillo de compromiso lo " inventó" el emperador Maximiliano de Austria que se lo colocó a María de Borgoñaen eldedo corazón de lamano izquierda cuando contrajeron matrimonio. El diamante " Cullinan", que fue regalado al rey Eduardo VII por su tallador, el holandés Asscher, no ha sido superado en quilataje por ningún otro. Salieron, después de tallarlo, nueve gemas grandes y 96 pequeñas, pero el monarca únicamente se quedó con un par de gemas de gran tamaño pagándole al tallador con todas las demás por su excepcional trabajo. El " Swan" (" Cisne"), de 33 quilates, fue una de las joyas de Isabel la Católica que sirvieron para sufragar el primer viaje de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo en 1492.

San Luis, rey de Francia en el siglo XIII, prohibió a las mujeres de su corte llevar diamantes y joyas como abalorios para realzar su belleza porque aseguraba que " sólo la Virgen María merece tal honor". La hermosa actriz de los ojos violeta, Elizabeth Taylor, no está de acuerdo con el pío monarca galo, y atesora en su joyero los siguientes diamantes: el " Coñac Sobre Hielo" (34 quilates), el " Krupp" (33,19 quilates), el " Lisa Blue" (37,05 quilates), el " Luis XIV" (44,76 quilates) y el " Liberator" (155en bruto sin tallar), y el colgante " Corazón", además de recibir en 1969 como regalo de Richard Burton el que fue bautizado como " Taylor-Burton", de 69,42 quilates, aunque la actriz en un acto de solidaridad lo vendió de forma inmediata para costear la construcción de un hospital en Botswana.
COLECCIÓN DE LA PRINCESA MARGARITA

El 13 y el 14 de junio Christie´s dispersará en Londres la colección privada de la Princesa Margarita, condesa de Snowdon y hermana menor de la Reina de Inglaterra, integrada por 650 piezas entre joyas, objetos de la firma Fabergé, muebles, plata y obras de arte. Las estimaciones más elevadas recaen sobre un terceto de lotes que incluye una pulsera Rivière de diamantes de principios de siglo XX, regalo de la Reina Mary ( 300.000 a 400.000 euros), la espectacular tiara Poltimore, convertible en gargantilla o broche, que realzaba el velo de su traje de novia el día de su boda y que lució en el retrato oficial de su 59 º aniversario (200.000 a 250.000 euros) y un reloj Fabergé esmaltado en color malva y con aplicaciones en oro y plata (900.000 a 1.100.000 euros).

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