domingo, 25 de febrero de 2007

Celebraciones de gala para el cumpleaños del Rey Harald

 
EFE
 
Un espectáculo de música y baile en el Ayuntamiento de Oslo ante la presencia de medio centenar de miembros de la realeza europea, que luego asistieron a una cena de gala en el palacio de Skaugum, marcó el inicio del programa central de festejos del 70 cumpleaños del rey Harald de Noruega.

La celebraciones, que hoy siguen con una fiesta en el Palacio Real, se abrieron anoche con un espectáculo organizado por las autoridades regionales y provinciales del país, en el que intervinieron unos 300 artistas y en el que la presentadora sorpresa fue la princesa Marta Luisa, hija del homenajeado, informó hoy la prensa noruega.

Todas las casas reales europeas estuvieron representadas, incluida la española, con los reyes Juan Carlos y Sofía, la infanta Cristina y su esposo, el duque de Palma, que hoy tenían previsto regresar a España.

La gala en el Ayuntamiento, que también sirvió como homenaje a la reina Sonia, que cumple 70 años el próximo verano, contó con las actuaciones de artistas de todas las regiones noruegas, con números musicales de muy diverso tipo.

La princesa Marta Luisa brilló con luz propia en su papel de presentadora, aunque ni ella ni sus padres pudieron evitar las lágrimas cuando les agradeció lo mucho que habían hecho por ella.

"Gracias por ser tan sinceros, tan cálidos, tan atentos y tan curiosos por la vida. Sois únicos, ocupáis un lugar muy especial en los corazones de los noruegos" , dijo la princesa.

Harald V dijo a la salida del ayuntamiento que el espectáculo había sido "muy bueno" , mientras que la reina Sonia lo calificó de "fantástico" .

Al terminar la gala, la comitiva se dirigió en autobús al palacio de Skaugum, donde se celebró una cena en la que los príncipes herederos Haakon y Mette-Marit ejercieron de anfitriones, seguida por una fiesta para los más jóvenes.

La representación "real" incluyó, entre otros, a los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, junto con las princesas Silvia y Magdalena; y el príncipe consorte Enrique, el príncipe heredero Federico y su esposa, Mary, así como el príncipe Joaquín de Dinamarca.

miércoles, 14 de febrero de 2007

La Princesa Letizia vuelve al trabajo

Los Príncipes, antes del comienzo de la reunión. (Foto: EFE)
 
EFE

MADRID.- Una semana después de la trágica muerte de su hermana Erika, la Princesa de Asturias ha vuelto a la actividad oficial al acompañar a su esposo, el Príncipe, en una visita a la nueva sede del Instituto Cervantes.

Los Príncipes de Asturias han celebrado una reunión de trabajo con la dirección del Instituto Cervantes en la que se les informará de los proyectos que la institución tiene para este año.

Con un traje de chaqueta negro y blusa blanca, y acompañando al Príncipe, quien vestía una corbata negra, doña Letizia apareció con semblante triste cuando los informadores gráficos accedieron a la sala donde asisten a la reunión de trabajo.

Al acto en el Instituto Cervantes ha asistido también la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, con quien viajaba la Reina por Indonesia cuando se supo el fallecimiento de Erika Ortiz.

Guillermo de Inglaterra, presionado para casarse con Kate Middleton en julio de 2008

 
 
El Confidencial 

Pese a que había reconocido que no pensaba pasar por la vicaría antes de los 28 años, Guillermo de Inglaterra parece que ha cambiado de opinión por presiones. Según el diario británico The People, el príncipe piensa llevar al altar a su novia Kate Middleton en julio de 2008, el mismo mes en que su padre, el Príncipe de Gales, y su madre Lady Di contrajeron matrimonio en 1981.

Guillermo, de 24 años, y Kate desean anunciar su compromiso oficial antes de la próxima Navidad o a principios de 2008. En un principio habían pensado comunicarlo en otoño, pero sus planes se vieron alterados ya que podría ensombrecer las celebraciones de las bodas de diamante de Isabel II y su esposo, el Príncipe Felipe.

La seguridad de la joven Kate es la principal causa de este adelanto. Al no formar parte de la Familia Real, no dispone de las mismas medidas de protección que su novio, lo que deja una puerta abierta a los terroristas. Los dos guardaespaldas que el Príncipe Carlos paga de su bolsillo se han quedado cortos ante la expectación mediática que despierta. Por ello, su círculo cercano le ha persuadido para que lleve a Middleton lo antes posible al altar.

Y si parece totalmente decidido que la boda será en verano de 2008, donde puede haber problemas es a la hora de fijar el lugar. Los tradicionalistas británicos, como el propio Príncipe Felipe, quieren ver al futuro Rey casarse en un marco emblemático, como la Catedral de San Pablo o la Abadía de Westminster. Sin embargo, el joven príncipe tiene una gran fobia a los fastos reales, por lo que puede insistir en que la celebración tenga lugar en un sitio más modesto.

Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton comenzaron a salir hace cinco años. Se conocieron en la universidad escocesa en la que ambos estudiaban. Desde que se licenciaron, la joven, de una familia acomodada, trabaja en las oficinas de unos grandes almacenes. En los últimos meses, Middleton es seguida de cerca de diario por cientos de fotógrafos.

domingo, 11 de febrero de 2007

Cuatro horas con Erika Ortiz (Entrevista de 2004)

Erika junto a su hija Carla. (Foto: REUTERS)
 
CARMEN DUERTO
El Mundo

MADRID.- Más de cuatro horas de conversación reposada y sin interrupciones en una salita de reuniones de la revista de arte para la que trabajaba Erika Ortiz den para mucho. Quedamos a las once y media del 9 de junio de 2004 y terminamos de hablar sobre las tres de la tarde. A aquel encuentro le puso una sola condición: que de la conversación no extrajera entrecomillados suyos ni cursivas ni negritas.

Nada que pudiera llevar a la conclusión de que aquella charla que íbamos a mantener era una entrevista, que de lo que yo escribiera nadie pudiera deducir que Erika me había concedido una exclusiva. "Soy una persona abierta y confiada. No quiero dejar de ser yo misma".

La lista de peticiones de entrevistas de ella era interminable y si accedía a conversar conmigo no era para sentar un precedente. Accedió y así pude conocer a la hermana pequeña de la periodista que acababa de convertirse en Princesa de Asturias.

Le pedí permiso para tomar apuntes de lo que íbamos hablando y de esas anotaciones, de lo que recuerdo de aquel encuentro y del contacto que luego hemos seguido manteniendo por email, he extraído lo que escribo en estas líneas.

Lo primero que me sorprendió fue el apretón de manos al llegar y los dos besos que nos dimos al despedirnos. Cómo elaboraba las respuestas, escogiendo las palabras más rebuscadas. En ese momento me pareció un poco redicha. Sin embargo, lo compensaba con un tono de voz muy dulce y pausado, que me recordó mucho al de su hermana Letizia.

Se parecía a ella en lo mucho que gesticulaba y en lo extremadamente delgada que era, lo que la hacía parecer mucho más pequeñita de aspecto. Sus respuestas tenían una lógica aplastante y un discurso coherente. Miraba directamente a los ojos. No esquivaba el tú a tú.

La familia

Me habló con mucho cariño del padre de su hija, con mucho amor de Carla, la pequeña, y con absoluta discreción de sus hermanas Letizia y Thelma. Pero me contó otras muchas cosas. Por ejemplo, que le gustaban cosas tan mundanas como llegar a casa y una vez que había acostado a su hija Carla, sentarse en el sofá con Antonio Vigo, su ex marido, a charlar.

Era el único rato del día en el que podían hacerlo y hablaban de todo. Decía que la buena comunicación con la pareja era vital. Siempre nos referíamos a él como su marido y así lo respeté, aunque no estuvieran casados. Aún no había conocido a ese amigo italiano que tanto le gustó, ni al cámara de televisión que ha sido su última pareja sentimental.

Los ojos se le iluminaban sobre todo hablando de su hija, de cómo se sentaban juntas alguna tarde a modelar el barro. La niña le hacía pequeñas esculturas a su tía Letizia para llevárselas al palacio y no pasaba un día en que la Princesa no llamara a su sobrina para que le contase cómo lo había pasado en el colegio.

Erika, licenciada en Bellas Artes, aunque ya llevaba años sin exponer, seguía creando. Había mostrado públicamente sus obras en diferentes exposiciones colectivas de Centros Culturales, pero con la niña y el trabajo en esos momentos -en FMR, la editorial italiana de libros de arte- le quedaba poco tiempo para la escultura.

Cuando mantuvimos la entrevista llevaba tres años sin exhibir su obra. Mientras me hablaba de sus creaciones gesticulaba mucho, hacía como que modelaba en el aire, y relataba cuánto le encantaba trabajar con las manos. "Darle forma al barro es algo mágico". Me fijé en ellas: eran finas y largas. Como ya no se prodigaba mucho con la escultura, por el tiempo y porque la actividad requería un espacio que no tenía, se centró más en la fotografía.

Erika era muy ordenada, y ello le impedía pensar en montar y desmontar todo el tinglado que precisaba para modelar el barro en su casa. Máxime cuando hay una cría pequeña. "Ahora", me comentaba, "me he convertido en la pinche de mi marido: 'Erika pásame la paleta, Erika esculpe esta pieza'".
 
Fotógrafa y escultura

Me recordó que se había licenciado en Bellas Artes en la Complutense de Madrid, que se había especializado en fotografía y escultura. Que hablaba tres idiomas además del castellano: italiano, alemán e inglés. Y que una de las experiencias más interesantes había sido su estancia como Erasmus en la Universidad de Berlín, en su último año de carrera.

Algo que me sorprendió y ella enseguida me aclaró: "Mis padres siempre nos han empujado a vivir otras culturas. Tenía otras opciones, y yo sabía que Berlín era la más difícil, pero me atraía mucho el aire nuevo de cambio que se vivía en Berlín y también me atraía mucho vivir en una ciudad europea".

Sus notas durante la carrera fueron excelentes: "Se presentaron muchas personas, era el destino más solicitado y me la dieron por un trabajo fotográfico de investigación". Lo curioso es que fue sin saber absolutamente nada de alemán.

A lo largo de las horas de conversación estuvimos ojeando algunas revistas y ella me enseñaba las ilustraciones con muchísima pasión. Era obligado preguntarle por qué no escribía en las revistas de FMR: "No, no escribo porque no tengo tiempo para investigar sobre arte. Además, teniendo la revista entre las manos qué más se puede querer. Con mi trabajo tengo acceso a los historiadores, a artistas y a todo el arte".

Ella, que había nació un 16 de abril de 1975, desde muy pequeña se decidió por el arte. Después de cursar dos años de BUP, se hizo todo el bachillerato artístico y sacó notas altas en el duro examen de ingreso en la Facultad. Además, completó su formación con cursos privados de comunicación, de escenografía y de producción audiovisual. Me contaba que iba por la calle "imaginando encuadres y creando formas virtuales. Creo que la dirección artística es algo mágico a lo que no renuncio".

Satisfecha
 
En ningún momento de la entrevista tuve la sensación de estar ante una persona tímida o retraída. La encontré satisfecha por donde estaba, por los cambios que estaban viviendo y orgullosa de su familia.

Sabía salir airosa de todas las preguntas y no me pareció que el hecho de convertirse su hermana en Princesa la molestase. Se reconocía como una persona impulsiva, creativa, apasionada y vitalista. Es cierto que sonreía mucho, pero no dejaba de tener una expresión triste, algo que, recuerdo, me llamó especialmente la atención. 

Llevábamos un buen rato de charla cuando entró un compañero a preguntarle si bajaba a comer. Ella prefirió seguir nuestra entrevista.

Me contaba que se levantaba pronto, que preparaba el desayuno y llevaba a su hija al colegio, donde más de una vez tenía que discutir con el guardia para que le permitiese dejar el coche en segunda fila. Que le gustaría que los días tuvieran más horas para hacer más cosas y que disfrutaba jugando y educando a su pequeña, una niña que peso al nacer sólo dos kilos.

Insistió en asegurarme que llevaba nueve meses como responsable de la FMR. La promocionaron a los cuatro meses de contratarla. Según su afirmación, ocupaba ese puesto desde octubre de 2003, un mes antes de hacerse público el compromiso de su hermana Letizia con el Príncipe de Asturias, por lo que el calificativo de 'hermanísima' se lo tomaba con cariño y no le molestaba. 

Letizia no podrá volver a soplar las velas de cumpleaños sobre una tarta casera de chocolate hecha por sus hermanas. Les falta una de sus columnas. Seguro que una persona como Erika, con el tremendo cariño que le tenía a su gente y lo unido que estaba a ellos, tuvo que escribirles una o varias cartas de despedida. No se entendería que los dejara con remordimientos de conciencia y sin explicaciones.  

Reválida para una Princesa

EN aquella casa de la urbanización playera, vamos a poner Sotogrande para no dar pistas, había ese silencio que sólo existe en las casas de los ricos. En aquella casa de la urbanización playera, vamos a poner Guadalmina para despistar, había ese silencio centroeuropeo que da el dinero. La dueña de la casa había invitado a cenita simpática a un grupo de amigos. Estaban ya en el café y el menta poleo de la terraza de blancos butacones. Copas y charlita. Salieron a relucir, cómo no, los Príncipes de Asturias. Los presentes eran de la pretendida antigua observancia monárquica, pero de la secta de los que largan. Para abreviar: de los que les pareció mal en su momento que el Rey legalizara el PCE. Pusieron a Doña Letizia como se suelen: como no quieran dueñas. Y del Príncipe, ni te cuento lo que largaron.
Estaba en la tertulieta, café y habano encendido, jamando partida, un viejo monárquico. De los de Estoril. De los viejos liberales del Conde de Barcelona. Tratábase de un notario jubilado de Madrid, que durante la cena había dado un recital de ingenio y agudeza, dominador de ese bien ya casi tan escaso como el agua que es el arte de la conversación. Su brillante locuacidad en la mesa se había trocado en mutismo evidente y patente durante los cruces de invectivas, chistes de Sabina y mal gusto, y cuchufletas varias contra la Princesa de Asturias.
Al verlo tan callado, la dueña de la casa trató de sonsacarlo:
-Hay que ver lo callado que te has quedado de pronto -le dijo-, con lo ocurrente que has estado en la cena. Que queremos saber tu opinión: a ti, ¿qué te parece Letizia?
Y el viejo monárquico, muy serio, sentenció:
-Pues me parece que Doña Letizia es la Princesa de Asturias y punto.
Se hizo inmediatamente un silencio de culpabilidad. Un silencio de casa rica, rica, rica. Y empezaron a hablar del tiempo y de las cenitas simpáticas que quedaban en otras casas de amigos para las venideras noches bajo las estrellas.
Aparte de un señor, el notario jubilado de Madrid, al que recuerdo en aquella ejemplar lección de lealtad a la Institución con una sola frase, se me aparece ahora como un adivino. En los recientes y dolorosos acontecimientos de la trágica muerte de «su hermana pequeña», a muchos nos ha parecido lo mismo que al jubilado notario, monárquico de Estoril: que Doña Letizia es la Princesa de Asturias. Bastante Princesa de Asturias. Ha superado la reválida cíclica y permanente a que en España sometemos a las personas reales. Hay republicanotes que dicen que es mejor elegir un presidente cada cierto número de años, compareciendo en las urnas. Hasta frente a ese argumento sale triunfante la Institución Monárquica: a los Reyes, los Príncipes y las Infantas se les exige un mayor control de calidad. Tienen que pasar la ITV cada día, comparecer a cada instante ante las urnas de la opinión pública. En la España que se proclama mayoritamente «juancarlista», del Rey abajo todos los miembros de la Real Familia han de aprobar cada día la selectividad. Su Majestad, como sacó «cum laude» en el discurso televisado con que paró el 23-F, tiene ya aprobado por curso. Pero a los Príncipes de Asturias se les exige que superen la selectividad diaria. Doña Letizia ha superado ahora, y a qué precio de dolor, su reválida de Princesa de Asturias. Desde la muerte de Lady Di, al pueblo republicanote y juancarlista le encanta que sus Reyes se peguen unas pechadas de llorar importantes, que sean humanos, «como nosotros». Se exige que el solemne distanciamiento de la magia de la Monarquía sea sustituido por la identificación y cercanía con el pueblo. A los Reyes, que antes eran educados para no expresar sus sentimientos en público, ahora se les exige que salten al corear el gol de la selección de fútbol; que se rompan las manos aplaudiendo; que besuqueen y abracen a los artistas. Que lloren. Que no sean como los Reyes siempre fueron, sino como nosotros queremos que sean. Doña Letizia se ha aprendido tan bien su oficio a la española y aprobado con tan buena nota esta reválida del dolor, que nos ha hecho ver, en vivo y en directo, las mismas lágrimas de Doña Sofía cuando el Yakolev o el 11-M. Como el viejo notario monárquico, cada vez tengo más claro que Doña Letizia es la Princesa de Asturias. Y punto.

El consuelo de Doña Sofía

La Reina y los Príncipes asistieron al funeral por el alma de Érika Ortiz

POR ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS
ABC
 
MADRID. Nunca pensó Su Majestad la Reina cuando partió el domingo de la pasada semana hacia Indonesia que tres días después iba a tener que adelantar su regreso en unas circunstancias tan dolorosas.
Ella, que había ido precisamente a llevar su solidaridad y apoyo a quienes sufrían, lo último que podía imaginarse es que, al final, en su propia casa iba a haber más urgencia de consuelo que en las zonas más pobres del planeta.
Doña Sofía, que nunca ha dudado en desplazarse para consolar a quienes sufren desgracias, aunque no los conozca de nada, tampoco dudó ahora cuando la tragedia sacudía su propia casa. O, peor aún, la de su único hijo varón, que aunque ya tenga casi cuarenta años, su madre -como todas las madres- sigue sintiendo como un niño al que no puede ver sufrir. Cuando todo parecía transcurrir como un cuento de hadas -la boda, el nacimiento del primer hijo, la espera del segundo...-, de repente la tragedia llamaba a la puerta y Doña Sofía se encontraba a 12.000 kilómetros de distancia.
En el otro lado del planeta, su único hijo varón afrontaba la situación más dolorosa de su vida matrimonial, intentando consolar a su inconsolable esposa tras la muerte inexplicable de su hermana pequeña.
Doña Sofía, que desde el principio ha arropado a su nuera, incluso en las cuestiones menores, no podía faltar ahora que la muerte le daba un zarpazo desgarrador. Muchas son las ocasiones en las que se le ha visto cogiendo por la cintura a la Princesa, ya fuera para transmitirle seguridad, para incorporarla a un grupo o para presentarla a alguien, y ahora lo único que quería Doña Sofía era dedicarse en cuerpo y alma a consolar a Doña Letizia.
De nada sirvieron los ruegos de la Princesa para que la Reina continuara su viaje de cooperación por Indonesia y Camboya. «En estas circunstancias, no puedo continuar», afirmó la Reina dos horas después de conocer la noticia. Una noticia que, a pesar de toda su entereza y su capacidad para contener el dolor, le llenó los ojos de lágrimas durante unos segundos, los más tristes y silenciosos del viaje.
Aquel día, Doña Sofía ya había sentido un latigazo de emoción cuando cogió entre sus brazos a un hijo de la pobreza. Fue en la isla de Nías, donde a los bebés no les ponen nombre hasta que cumplen seis meses de vida. La mortalidad infantil es tan alta que sus padres prefieren no saber cómo se llaman los hijos que no salen adelante. Esa es la respuesta que recibió la Reina cuando preguntó el nombre del bebé.
Pero los mensajes que tenía en el móvil a su regreso de la isla, cuando recuperó la cobertura, hicieron que todo aquello quedara muy lejos. A partir de aquel momento lo importante era volver a casa para compartir el dolor de los Príncipes.
La misma ternura y los mismos gestos de cariño que en estos treinta años de Reinado tantas veces ha prodigado a los españoles que sufren, eran necesarios ahora en su casa, donde su presencia está siendo como un bálsamo de consuelo para los Príncipes.

«Mi hermana pequeña»



POR BEATRIZ CORTÁZAR
ABC
MADRID. La lista, la guapa y la artista. Así es como algunos llamaban a las hijas de los Ortiz Rocasolano cuando aún no habían superado la adolescencia y vivían en Oviedo junto a sus padres y abuelos paternos. Letizia con z, Thelma con th y Érika con acento, solían aclarar sus padres cuando escribían los nombres de sus tres niñas, de la misma manera que años más tarde repetirían ellas cada vez que tenían que dar sus datos.
Tres nombres que se salían de lo común y que reflejan la personalidad de un matrimonio que huía de convencionalismos, como demostraron casándose muy jóvenes, ella con 19 años, él con 21, sin haber terminado aún sus estudios (ella de Enfermería, él de Derecho) y con la «mili» pendiente, que Ortiz tuvo que hacer un año despúes dejando a su esposa en casa de sus padres.
Todas las biografías de la Princesa de Asturias coinciden en que las niñas Ortiz tuvieron una infancia feliz. Primero en Oviedo, después en Madrid, crecieron unidas junto a sus padres y demostraron que los estudios nunca iban a ser un problema. Todo lo contrario. Sus expedientes han sido brillantes y tanto Thelma como Érika consiguieron becas Erasmus que las llevaron a Italia y Alemania, respectivamente.
Pero como pasa en todas las familias, la hija mayor siempre asume un papel que es justamente el contrario al que acarrea ser la benjamina de la casa. Y en esta familia, Doña Letizia fue la mayor, la primogénita, mientras que Érika era la última, la pequeña, y así la veían a pesar de que ya había dejado la infancia atrás. «Mi hermana pequeña», dijo entre sollozos la Princesa al referirse a ella delante de los periodistas. Doña Letizia no pronunció su nombre porque era más importante su condición, su orden en la familia, su puesto entre las hermanas.
Responsable, obediente y muy disciplinada en todo, la Princesa siempre ejerció como hermana mayor con Érika, a quien adoraba y por quien sentía auténtica debilidad. Apenas se llevaban tres años pero la enorme sensibilidad que la pequeña siempre manifestó en todo implicaba también una fragilidad en su carácter que le hacía más vulnerable a los contratiempos. Por eso, su hermana mayor siempre estuvo volcada y pendiente de ella.
Érika se licenció en la carrera de Bellas Artes, pero no lo tuvo nada fácil a la hora de salir adelante. En la Universidad se enamoró de un compañero de estudios, Antonio Vigo, y juntos probaron fortuna en el mundo laboral desde abajo, desde los primeros puestos que uno recibe cuando necesita trabajar y salir adelante. En su entorno eran los «bohemios» de la familia por sus inclinaciones artísticas y ya se sabe que en el mundo del arte o eres uno de los elegidos o te las ves y las deseas para llegar a final de mes. Desde montar una casa rural a vender libros a domicilio o entrar en el servicio de limpieza para sacar un sueldo y cuidar a su hija Carla.
Por desgracia, la vida nunca será igual para los Ortiz Rocasolano tras la muerte de Érika. La tragedia de enterrar a un hijo es algo que ningún padre puede asumir con frialdad, es contra natura. Pero también perder a una hermana en la flor de la vida y ver cómo su hija se queda huérfana de madre es una desgracia a la que nadie se resigna. Porque si Érika era el ojito derecho de la Princesa, su única sobrina, Carla, era su locura. Los que conocen bien a Doña Letizia saben cómo quiere a la niña y recuerdan cómo la llevaba de la mano a algunos estrenos infantiles antes de conocer al Príncipe. Desde que nació, la pequeña tuvo en su tía una segunda madre y por eso disfruta enormemente cuando la ve jugar con su hija Leonor quien, a pesar de su corta edad, no se perdió el último cumpleaños de su prima Carla en la fiesta que Paloma Rocasolano organizó en su casa, de la misma manera que Carla también participó en el primer aniversario de la Infanta Leonor.
Desde la mañana del pasado miércoles nada será igual para la Princesa. Hay dolores que sólo los pueden explicar quienes los han sentido y Doña Letizia ahora ya sabe cuánto sufrimiento es capaz de producir un ser querido. Su «hermana pequeña» era su ojito derecho, su cómplice y amiga, la única a quien podía confiarle absolutamente todo, la bebé que cogió en brazos cuando ella también era una niña pero ya sentía en su piel el instinto maternal. La mayor y la pequeña. Desde ese orden la ayudó y aconsejó en todo lo que pudo: desde encajar la separación de sus padres a cederle el piso que ocupaba hasta que se hizo público su compromiso con el Príncipe para que su hermana pudiera vivir con su pareja e hija en ese domicilio.
A la Princesa le abrumaba pensar en el agobio que su familia podía sufrir por la pérdida del anonimato a raíz de su boda, y seguramente ése sería el único nubarrón en lo que era la felicidad de su nueva vida junto a Don Felipe. A pesar del protocolo y sus nuevas obligaciones, nunca perdió el contacto con los suyos y mucho menos con su hermana pequeña, por quien ahora llora desconsolada mientras su segunda hija crece en su vientre.

sábado, 10 de febrero de 2007

Funeral por Erika Ortiz

Letizia Ortiz, junto a la Reina, su madre, Paloma Rocasolano, y la Infanta Elena. (Foto: Reuters)
 
 
EFE

MADRID.- La Reina y los Príncipes de Asturias han acudido esta noche a la misa funeral que se oficia por el alma de Erika Ortiz Rocasolano en la parroquia de Nuestra Señora la Anunciación de Prado de Somosaguas, en Pozuelo (Madrid).

Erika Ortiz, de 31 años y hermana menor de la Princesa de Asturias, fue encontrada muerta en su domicilio el pasado miércoles.

Los padres y hermanas de la fallecida han acudido junto a familiares y amigos a la misa funeral, que ha comenzado a las 20.30 horas, y que ha contado con la presencia de Doña Sofía, que no pudo estar, por encontrarse de viaje, en el responso que tuvo lugar en el Tanatorio de la Paz en Tres Cantos al día siguiente de la muerte y al que sí asistieron el Rey, los Príncipes y los Duques de Lugo y de Palma de Mallorca.

Doña Sofía, acompañada de su hija la infanta Elena, y de su hermana, la princesa Irene de Grecia, fue la primera en llegar en un automóvil.

Seguidamente lo hicieron los Príncipes de Asturias junto a Paloma Rocasolano y sus padres, Francisco y Enriqueta y la otra hermana de Erika, Telma Ortiz.

Nadas más bajarse de los automóviles, la Reina cogió cariñosamente a Paloma Rocasolano del brazo, mientras que la Princesa de Asturias hizo lo propio con su abuelo materno, ayudada por la infanta Elena.

En la puerta principal de la parroquia se encontraba, desde quince minutos antes, el padre de la Princesa de Asturias, Jesús Ortiz, junto con su esposa, Ana Togores, y su madre Menchu Álvarez del Valle.

Asistieron también al funeral los duques de Soria, la infanta Margarita y Carlos Zurita, acompañados de sus hijos, Alfonso y María, así como el primo de los Príncipes de Asturias, Bruno Gómez-Acebo.

Asimismo, asistieron al funeral Antonio Vigo, padre de la hija de Erika, su último novio, Roberto García, y Emilio Aragón, Presidente de la cadena de televisión La Sexta, en una de cuyas empresas, Globomedia, trabajaba Erika Ortiz.

Algunas otras personas entraron al templo, localizado en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón, por una puerta lateral. Se trata de una construcción sobria, sin ninguna clase de adorno.

El arzobispo castrense emérito José Manuel Estepa celebró el acto religioso en esta parroquia del Prado de Somosaguas (Pozuelo), que la Familia Real siguió desde el lado del Evangelio y los familiares de Erika desde el lado de la Epístola.

La Reina se enteró del fallecimiento de la hermana de Doña Letizia el mismo miércoles cuando se encontraba en Medan (Indonesia) en una visita de Cooperación y, tras recibir la llamada de los Príncipes que le comunicaron la noticia, decidió suspender la gira que debía continuar hacía Camboya.

Doña Sofía ha tenido que cancelar su presencia en el concierto que se celebrará esta tarde en el Auditorio Nacional de Madrid para recaudar fondos para el Proyecto Alzheimer de Vallecas -promovido por la Fundación que lleva su nombre- y que se inaugurará el próximo 8 de marzo.

También está en el acto religioso de esta noche la otra hermana de Erika, Telma, que trabaja en Manila (Filipinas) en la Agencia de Cooperación Española y que no pudo llegar a Madrid hasta ayer.

viernes, 9 de febrero de 2007

Más Princesa que nunca

Más Princesa que nunca

POR BEATRIZ CORTÁZAR

ABC

Del brazo de su abuelo materno, sin gafas oscuras que ocultaran sus lágrimas y sin excusas a causa de las molestias del embarazo que podían haber justificado su ausencia, la Princesa de Asturias acudió ayer seria y emocionada a dar el último adiós a su hermana pequeña. Los metros que recorrió a pie hasta llegar a la capilla del tanatorio fueron sin duda los más difíciles de caminar sabiendo como sabía que todas las miradas se iban a volcar en su dolor, en su tristeza y en la angustia de haber perdido a un ser tan querido. Pero Doña Letizia demostró ayer que sabía perfectamente cuál tenía que ser su papel y su responsabilidad.

La Princesa es la mayor de las hermanas y ayer fue el mayor apoyo de su madre. Siempre con el Príncipe Don Felipe a su lado, Doña Letizia no dejó a Paloma Rocasolano ni un momento. Con Telma viajando desde Manila, era la única hija que podía consolar el dolor de unos padres que nunca volverán a ver la vida igual. Embarazada de seis meses, la Princesa mostró una generosidad con la que nadie contaba cuando al final del responso se acercó con el Príncipe hasta los reporteros para darles las gracias por el tratamiento que están dando a la muerte de su hermana. Doña Letizia fue la primera en hablar, aunque las lágrimas inundaron unas palabras que apenas encontraban aire para ser expulsadas y que testimoniaron cómo había asumido su obligación como Princesa. También entre lágrimas contenidas se la vio cumplimentando al Rey Don Juan Carlos, y también con el pañuelo entre sus dedos despidió a todos sus familiares. Los Príncipes fueron los primeros en llegar y también los últimos en irse. Destrozada, hundida, sin poder anestesiar su dolor a causa del embarazo y sacando fuerzas de donde pudo, ayer la Princesa estuvo a la altura de unas circunstancias que sólo el paso del tiempo podrán hacer más llevaderas.

Dolor ante la muerte

 
POR JOSÉ LUIS DE HARO
ABC

Hubo quien en su momento la tachó de «hermanísima» de Doña Letizia, pero lo cierto es que Érika Ortiz no eligió ser el centro de atención del candelero mediático. Simplemente era una persona como usted o como yo, con defectos y virtudes. Aun así, su muerte a los 31 años ha acaparado las portadas de todo el mundo en un doloroso duelo informativamente abordado desde distintos enfoques. En Estados Unidos, el New York Times incluía el obituario de la hermana menor de la Princesa de Asturias acompañado del de otras figuras, que también abandonaron este mundo el mismo día, como el medallista olímpico Charles Grimes.
El Washington Post no dudaba en destacar las lágrimas de la Reina Doña Sofía y el «máximo respeto» exigido por José Luis Rodríguez Zapatero para superar este triste momento, mientras el Miami Herald también se hacía eco de la incineración de la menor de los Ortiz Rocasolano a través de un perfil de la agencia de noticias AP, que también inundó otros medios norteamericanos.
Al otro lado del Atlántico, la ausencia de Doña Sofía y la hermana mediana de Érika, Telma, ambas lidiando con los avatares del cambio horario del continente asiático entre un mar de lágrimas, daba paso a titulares como el publicado por el Frankfurter Allgemeine Zeitung, que destacaba el «Luto en la Familia Real española». El resto de países europeos también se teñía de luto con mensajes similares. En Italia, La Stampa resaltaba «Ha muerto la hermana de la Princesa Letizia» y en Gran Bretaña, donde las tragedias reales son bastante familiares, The Times afirmaba que «España está horrorizada» ante la muerte de la joven Érika. El rotativo inglés no dudaba en poner de manifiesto el respeto que la prensa de nuestro país ha tenido siempre con la Familia Real, algo que en las tierras británicas brilla por su ausencia. Nuestros vecinos galos podían leer en Le Monde los pormenores del último adiós a Érika en el tanatorio de La Paz.
Como bien dijo Borges, «la muerte es una vida vivida» y, dejando especulaciones a un lado, sólo cabe desear que Érika descanse en paz.

Las lágrimas de la Princesa y los abrazos a las Infantas Doña Elena y Doña Cristina


La princesa Letizia recibe el pésame de la Infanta Elena a su salida del Tanatorio de la Paz


La princesa de Asturias llora desconsolada abrazada a la infanta Cristina

ABC

Llegó blanca, desencajada, derrumbada por la tragedia, sostenida por el brazo del Príncipe, desnuda de abalorios, solamente con su alianza de casada, tacones muy altos, pequeños brillantes como pendientes, y la melena más corta que de costumbre. Llegó con los ojos rojos de llorar, desencajados, tristes, cabizbajos en ocasiones, la mirada ora al suelo, ora al cielo, y a los ojos de Don Felipe. Doña Letizia se encuentra en su sexto mes de embarazo, y a pesar de las molestias propias de sus estado sacó fuerzas para despedir a su hermana pequeña. La Princesa estaba triste, muy triste, pero emocionó el abrazo en el que se fundió con las Infantas. Primero con Doña Elena, y con los ojos prendidos en lágrimas, Doña Letizia se aferró al cuello de Doña Cristina, que acababa de llegar de Barcelona, para enhebrar un abrazo eterno.

La Reina llega a Madrid procedente de Indonesia


La Reina Sofía era recibida por el oficial del Ejército de Tierra al mando de la base, a su llegada esta noche a Torrejón de Ardoz procedente de Indonesia

Madrid. (EFE).- La Reina ha llegado esta noche a Madrid procedente de Indonesia, donde conoció la trágica muerte el miércoles de Erika Ortiz Rocasolano, hermana menor de la Princesa de Asturias, motivo por el cual decidió adelantar su regreso a España.

El avión de la Fuerza Aérea Española en el que ha viajado la Reina aterrizó en la base aérea de Torrejón de Ardoz, próxima a Madrid, a las doce de la medianoche, tras volar durante toda la jornada.

Doña Sofía conoció la muerte de Erika Ortiz el miércoles por la tarde al regresar a su hotel de Medan, en Sumatra, tras pasar la jornada en la vecina isla de Nías, donde visitó proyectos de cooperación española.

Muy emocionada, con lágrimas en los ojos, la Reina comunicó la trágica muerte de la hermana de la Princesa de Asturias a la delegación que la acompañaba en este viaje de cooperación, en la que figuraba Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación Internacional.

Esa misma noche se decidió su regreso anticipado a Madrid, para acompañar a la Princesa de Asturias y a su familia en tan tristes momentos.

La Reina había llegado el lunes a la capital de Indonesia, Yakarta, para iniciar allí un viaje de cooperación que el martes la llevó a la ciudad de Banda Aceh, al norte de Sumatra, para conocer como vuelve a la normalidad la "zona cero" del tsunami que el 26 de diciembre de 2004 causó sólo allí más de ciento cincuenta mil muertos.

El jueves, de no haberse adelantado su regreso a España, la Reina hubiera visitado el Parque Nacional Gunung Leuser, en Sumatra, donde la cooperación española tiene una presencia destacada y en el que se desarrolla un proyecto para devolver a la vida salvaje a orangutanes criados en cautividad.

Desde allí tenía previsto continuar su viaje en Camboya, si bien el avión en el que ha regresado a España hizo la mañana de ayer una primera escala en Phnom Penh.

En la capital camboyana se quedó la secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, y el resto de la delegación, para llevar a cabo un programa de actividades reducido en relación al previsto inicialmente.

En el aeropuerto esperaban a la Reina Somaly Man, Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1998, y el jesuita español y obispo de Battambang Kike Figaredo, que estuvieron con doña Sofía las más de dos horas que duró la escala en Phnom Penh.

De no haberse precipitado el regreso de la Reina a España, doña Sofía hubiera viajado a Siem Reap, en el interior de Camboya, para visitar uno de los centros que la organización humanitaria creada hace años por Somaly Man tiene por el país para acoger a mujeres y niñas explotadas sexualmente.

También en Siem Reap, la Reina tenía previsto acudir al centro fundado por el obispo Figaredo para atender a personas mutiladas por la explosión de minas anti-personas. Figaredo acudió ayer a Phnom Penh acompañado por una de las jóvenes que han recibido asistencia en dicho centro.

Doña Sofía se comprometió con Somaly Man y con Kike Figaredo a viajar a Camboya lo antes posible, en cuanto haya una fecha libre en su apretada agenda oficial para los próximos meses, ya que tiene mucho interés en conocer personalmente el trabajo humanitario de ambos.

El avión de la Fuerza Aérea Española realizó otra escala en Dubai en su camino de regreso a Madrid.

A la hora en la que el avión aterrizaba en el aeropuerto del emirato árabe, el Rey, los Príncipes de Asturias y las Infantas asistían junto a la familia de la fallecida a un responso en el tanatorio de la Paz de Madrid.

jueves, 8 de febrero de 2007

Otra vez llueve para la Princesa

Letizia Ortiz camina con la mirada perdida al llegar al tanatorio. (Foto: Reuters)
 
OLALLA CERNUDA
El Mundo

MADRID.- Rota por el dolor, Letizia Ortiz ha sacado fuerzas de flaqueza para levantar la cabeza y caminar, agarrada a su madre, apenas unas decenas de metros. La Princesa de Asturias, embarazada de seis meses, ha logrado controlar las lágrimas en su primer 'paseíllo' delante de los periodistas que esperaban captar las primeras imágenes de la pareja tras conocer la trágica noticia, pero en la puerta de la pequeña capilla la Princesa se ha derrumbado.

Caía agua con fuerza en Madrid, una lluvia que parece destinada a perseguir a la princesa de Asturias en los momentos cruciales de su vida, los buenos y los malos. Llovía el día de su boda, llovía la noche que nació su hija Leonor, y diluviaba en la localidad madrileña de Tres Cantos mientras incineraban a su hermana pequeña, su cómplice, su confidente, su 'niña bonita'.

La princesa de Asturias ha llegado al tanatorio de la Paz minutos antes de las dos de la tarde, en un coche conducido por su marido. Detrás, en tres vehículos de Zarzuela, el resto de la familia Ortiz Rocasolano, así como un puñado de familiares muy cercanos de la hermana de la Princesa, que han caminado con paso lento y mirada perdida, agarrándose los unos a los otros para sobrellevar el trago. Y con ellos, ejerciendo de 'matriarca, una Letizia que no ha querido en ningún momento soltar a su madre.

Los Príncipes han acompañado a la familia hasta la capilla, cerrada a cal y canto para los medios de comunicación, y la pareja ha esperado en la puerta la llegada del Rey, las Infantas y sus respectivos maridos. Allí, bajo un pequeño pórtico que les protegía de la fuerte lluvia, Letizia Ortiz ha recibido compungida el pésame de Don Juan Carlos, la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. Cuando se ha acercado a ella la Infanta Cristina, ambas se han fundido en un cálido abrazo rompiendo a llorar, mientras Iñaki Urdangarín recibía el abrazo de su cuñado.

Dentro, en una capilla llena de coronas de flores enviadas desde buena parte de España, el capellán de La Zarzuela, Serafín Sedano, ha oficiado un breve responso por Erika Ortiz y se ha incinerado su cadáver.

Apenas 20 minutos después, la comitiva ha salido del tanatorio, encabezada por la Familia Real al completo a excepción de la Reina, que estaba regresando de un viaje oficial en Indonesia.

Ante un respetuoso silencio por parte de los medios de comunicación -los mismos que ayer 'asaltaban' a los vecinos en la puerta del domicilio de Erika a la busca de cualquier declaración- todos, junto a los Príncipes de Asturias, han posado para la prensa, justo antes de que Letizia, serena pero con lágrimas en los ojos, hiciera una reverencia al Rey al despedirse de él.
 
La Princesa de Asturias hace una reverencia al Rey al despedirse de él. (Foto: Diego Sinova)

Tras esperar dentro de la capilla hasta que toda la familia ha abandonado el lugar, los Príncipes de Asturias, cogidos del brazo, se dirigieron hacia el coche pero, en un gesto inesperado y que pilló completamente por sorpresa a los medios de comunicación, se pararon a charlar unos instantes con los informadores. Mientras los periodistas corrían hacia el lugar con cámaras, pértigas y escaleras a cuestas, una Letizia desconsolada, con voz muy débil y entrecortada, se dirigió a las cámaras para musitar: "Muchas gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña". No pudo decir más. Mientras las lágrimas asomaban a sus ojos y la voz se quebraba, su marido tomó la palabra para agradecer de nuevo a los medios su trabajo. "Gracias a todos por la comprensión, y sentimos el remojón que estáis sufriendo", dijo.

Doña Letizia: 'Gracias por apenaros por la muerte de mi hermana pequeña'

[foto de la noticia]

ALCOBENDAS (MADRID).- La Familia Real y los Ortiz Rocasolano han despedido juntos a la hermana de la Princesa de Asturias, Erika Ortiz, en el tanatorio de La Paz de Alcobendas. El cuerpo ha sido incinerado tras un breve responso de carácter privado que se ha celebrado con las únicas ausencias de la Reina y la hermana mayor de Doña Letizia, Telma, que llegarán esta tarde procedentes de Asia.

Tras el responso, los Príncipes se han acercado a la prensa y han posado brevemente cubiertos por un paraguas negro. "Muchas gracias a todos los que os habéis apenado por la muerte de mi hermana pequeña", ha dicho a los periodistas Doña Letizia con la voz quebrada y al borde del llanto.
 
La Princesa, en el tanatorio. (REUTERS) MÁS FOTOS

Los numerosos periodistas que han cubierto el acto bajo la lluvia han podido ver la llegada de las dos familias. Los primeros han sido los Príncipes de Asturias, vestidos de negro y arropando en todo momento a la madre de la fallecida, Paloma Rocasolano, que ocultaba sus ojos tras unas gafas de sol y avanzaba del brazo de Don Felipe.

A la despedida han acudido además Jesús Ortiz, padre de la Princesa y de la fallecida, con su mujer, y su madre, Menchu Álvarez del Valle. El ex marido de Erika Ortiz, Antonio Vigo, también ha estado presente en el acto, así como otros familiares.

La Princesa, visiblemente afectada, ha entrado en el tanatorio junto a su abuelo. Minutos después llegaban el Rey, las infantas y sus maridos. Todos ellos han sido recibidos en la puerta del tanatorio por los Príncipes.

Doña Letizia ha roto a llorar por primera vez desde su llegada al encontrarse con la infanta Cristina.

La Reina llegará procedente de Indonesia y Camboya, donde se encontraba haciendo un viaje oficial que ha interrumpido al conocer la noticia. Telma Ortiz, la hermana cooperante de la Princesa de Asturias y de Erika, partió hoy desde Manila con destino a Madrid, según amigos de la joven.

Toda la Familia Real asistirá hoy a un responso por Erika Ortiz

Traslado del féretro de Erika Ortiz. (Foto: Carlos Alba)
ELMUNDO.ES AGENCIAS

MADRID.- El Rey, el Príncipe Felipe y las infantas acompañarán hoy a la Princesa de Asturias y a la familia Ortiz Rocasolano en el responso que se rezará a las 14.00 horas de hoy por Erika Ortiz, hermana de doña Letizia, que fue encontrada muerta ayer en Madrid. La Reina llegará esta tarde a España procedente de Asia, donde se encontraba de viaje oficial.

Los restos mortales de Erika Ortiz Rocasolano serán incinerados esta tarde en el tanatorio de La Paz, próximo a la localidad madrileña de Tres Cantos, según informaron fuentes próximas a la familia.

Erika Ortiz falleció el miércoles en su domicilio de Madrid y sus restos mortales fueron trasladados al Instituto Anatómico Forense, donde se les practicó la autopsia.

El Rey de España agradeció públicamente el pésame que le transmitió Karlheinz Koegel, fundador de la sociedad que concede el Premio de los Medios de Comunicación que recibió Don Juan Carlos, por el fallecimiento de Erika Rocasolano, hermana de la Princesa de Asturias.

Don Juan Carlos le dio las gracias por esas palabras y dijo que hará llegar "sus sentimientos de pesar a los Príncipes de Asturias, ante la muy triste noticia del fallecimiento de la hermana de la Princesa de Asturias, que mucho sentimos en la Familia Real".

El fundador de los galardones dijo, antes de comenzar la entrega del Premio al Rey Juan Carlos por su trayectoria durante 30 años como jefe de Estado de España, que conocían la "triste noticia" de la muerte de la hermana de la Princesa de Asturias y querían transmitirle su pesar. El Rey tenía previsto regresar a España en la pasada noche.

Por su parte, la Reina Doña Sofía llegará hoy a primera hora de la tarde a Madrid, tras suspender su viaje oficial a Indonesia al conocer el fallecimiento de Erika Ortiz, según confirmaron fuentes de la Casa Real.

La Reina se encontraba realizando un viaje de cooperación por Indonesia junto a la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín.

El pésame de la clase política

La inesperada muerte de Erika Ortiz, hermana menor de la Princesa de Asturias, ha suscitado múltiples reacciones y desde todos los ámbitos se lanzan mensajes de condolencia hacia la familia de la fallecida.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, transmitió su pésame a la Familia Real y abogó por hacer el "máximo esfuerzo de respeto a la familia".

Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, envió un mensaje de condolencia en su nombre y en el de su partido a la Familia Real y, en especial, a doña Letizia.

Izquierda Unida y Esquerra Republicana de Cataluña, ambas formaciones de ideología republicana, expresaron asimismo sus condolencias.

Hallada muerta en su casa

La hermana menor de la Princesa de Asturias fue encontrada muerta por su pareja sentimental en la casa de Vicálvaro (Madrid) donde vivía, la misma en la que residió Letizia Ortiz antes de su noviazgo con el Príncipe Felipe.

Erika, de 31 años, era interiorista y diseñadora gráfica de la productora Globomedia, donde trabajaba desde junio de 2005 y donde tenía previsto emprender pronto a un nuevo proyecto.

Erika se había incorporado al trabajo después de Navidad tras una baja de varios meses, al parecer, motivada por una depresión.

El triste regreso de la Reina

El triste regreso de la Reina
 
ABC

MEDAN. Nadie sabe como Su Majestad la Reina compartir el dolor de quienes sufren y llevarles palabras de consuelo, y si Doña Sofía nunca ha dudado en acompañar a los españoles cuando ocurren grandes desgracias (Biescas, 11-M, Yakolev, agentes asesinados en Irak...), cómo no iba a estar ahora junto a los Príncipes de Asturias y su familia en unos momentos tan dolorosos como los que están viviendo. Por ello, nada más conocer el fallecimiento de la hermana menor de Doña Letizia, la Reina decidió interrumpir el viaje de cooperación que realizaba por Indonesia y Camboya y regresar inmediatamente a España con el fin de apoyar a Don Felipe y a Doña Letizia y al resto de la familia y compartir su dolor.

Profundamente impresionada, la Reina dijo a los periodistas españoles que la acompañaban en el viaje que había hablado por teléfono con Don Felipe y Doña Letizia, así como con Paloma Rocasolano, y que la Princesa le pidió que continuara el programa previsto, pero ella consideró que no podía hacerlo «en estas circunstancias». Muy apenada por la noticia, Doña Sofía afirmó que en estos momentos tenía que estar al lado de la familia y destacó la inmensa tristeza que produce cualquier muerte, pero más aún cuando se trata de una persona en plena juventud. En términos muy íntimos, la Reina hizo unas reflexiones sobre la tragedia ocurrida y el dolor que supone esa ausencia.

Doña Sofía recibió la noticia cuando regresó de la isla de Nías, donde vivió una jornada agotadora llevando la solidaridad de España a este territorio pobre y castigado por los terremotos. Los problemas de comunicación de la isla impidieron que la Reina fuera informada antes, ya que los teléfonos móviles se encontraban fuera de cobertura en Nías.

Pasadas las seis de la tarde (las doce del mediodía en España), Doña Sofía regresó en helicóptero y se trasladó al hotel de la ciudad de Medan en el que se albergaba y, cuando subió a su habitación para cambiarse de ropa antes de bajar a cenar con la delegación que le acompañaba, fue cuando se enteró del trágico fallecimiento de Érika Ortiz.

Lágrimas de Doña Sofía

Con un gesto de profunda tristeza, la Reina bajó al vestíbulo del hotel, donde la esperaban los miembros de la delegación española, muy impresionados pues también acababan de conocer la noticia. Sin pronunciar una palabra, Doña Sofía se acercó al grupo, se llevó las manos a la cara y no pudo contener las lágrimas. Tras unos momentos cargados de dolor, la Reina se trasladó al restaurante del hotel, arropada por sus acompañantes, con el fin de planificar su regreso. Entre ellos, se encontraban el embajador de España en Indonesia, Dámaso de Lario; la secretaría de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, y el jefe de la Secretaría de la Reina, José Cabrera.

Con ese sentido de la responsabilidad institucional que la caracteriza, Doña Sofía procuró en todo momento que su imprevista vuelta a España afectara en la menor medida posible al viaje de Cooperación Española, que debía continuar hoy por Sumatra y Camboya para regresar en la noche de mañana, viernes, a Madrid. De esta forma, el avión de la Fuerza Aérea Española que partió esta madrugada (medianoche en España) desde la ciudad indonesia de Medan con la Reina a bordo, tenía previsto hacer una escala en la capital de Camboya, Phnom Penh, para que la secretaria de Estado de Cooperación Internacional y su equipo puedan continuar con el programa previsto. Si el avión no partió antes de Medan fue precisamente porque el aeropuerto de la capital camboyana se encontraba cerrado de noche y el avión no podía hacer dicha escala.

Además, Doña Sofía llamó por teléfono personalmente al Rey de Camboya, Norodom Sihamoni, quien había organizado para esta noche una cena en su honor en el Palacio Real, para explicarle las dolorosas razones por las que había tenido que suspender el viaje.

La Reina tenía previsto reunirse en Camboya con el obispo de Battambang, monseñor Kike Figaredo, para conocer su admirable labor de ayuda a los mutilados por las minas antipersona, y con Somaly Mam,para que le explicara su proyecto de ayuda a las niñas y jóvenes víctimas de la esclavitud sexual. Anoche, Leire Pajín tenía previsto comunicarse con ellos para explicarle los cambios, ya que será ella quien se entreviste con ambos.

Nada tenía que ver el gesto de la Reina ayer con el de los días anteriores, en los que se la veía feliz llevando solidaridad y ayuda a los más necesitados. Pero ni siquiera en estos momentos de dolor y profunda tristeza Doña Sofía dejó de pensar en los demás y hasta se ocupó personalmente de resolver el regreso anticipado de los periodistas invitándolos a volver a España en su avión.

El Rey: «Toda la familia lo sentimos mucho»

ABC

BADEN-BADEN. Al palacio de los reyes y a la choza de los pobres llama la muerte con el mismo pie, anotaba Horacio; la de ayer para el Rey tuvo que ser una llamada de su hijo al móvil, apenas tomó tierra su avión en Baviera. Horas después Don Juan Carlos se detendría con este diario para agradecer las muestras de afecto de la prensa en el extranjero: «Puede estar seguro que se las transmitiré ahora a los Príncipes de Asturias de su parte» y, solicitadas unas palabras para el conjunto de los españoles, el Rey agregó que «haga llegarles el profundo agradecimiento por sus sentimientos, comprenda que esto es algo que toda la familia lo sentimos mucho».

El móvil de la tristeza
Cuando había sonado a mediodía el móvil de la tristeza, el Rey acababa de aterrizar en la pista muniquesa de la Agencia Europea Aereoespacial y algo pareció virarse, congelando por un largo rato el programa real: Nadie sabía aún. El audiovisual sobre el avión europeo de combate, que iba a explicar el presidente de CASA, Pablo de Bergia, y el excitante simulador aéreo en compañía de un piloto del Eurofighter, todo se detuvo y durante esa media hora larga Don Juan Carlos comprobó probablemente lo que, aquí junto a Baden-Baden, decía hace 900 años el reformista borgoñón Bernardo de Claraval: que «si al viejo la muerte lo aguarda a la puerta, al joven lo espera al acecho». Muertes que suceden siempre, como sugirió el alemán Erich Fromm, antes de haber nacido del todo. No se suspendió, en todo caso, nada más y el Rey regresó a primera hora de la noche a Madrid.
En Baden-Baden lo esperaba después no sólo el Premio de los Medios Alemanes, en reconocimiento a su obra democrática en la España moderna, sino también, a su entrada en el Konzerthaus, el «Asturias, patria querida», interpretado por el Coro de la Universidad Juan Carlos I. La mirada fija del Rey, absorto, quedo, seriamente profesional, no traicionaba el golpe pero, después de rebuscar la sonrisa, inevitablemente bajaba los ojos, largos segundos.
Los organizadores del respetado premio, concedido al unísono por toda la prensa alemana a una trayectoria, valoraban al «faro que ha sido para un pueblo y su tiempo», al que un día dijera sin ambages «soy rey, pero también un hombre», al «rey directo y lleno de humor», al que, aún príncipe, respondió al presidente alemán Heinemann, sobre cómo vislumbraba el futuro español tras la dictadura: «Pues como ustedes, los alemanes». El ex presidente Clinton, «un gran amigo» y anterior premiado, le dijo por videoconferencia que «usted ha ayudado no sólo a su pueblo sino también a otros» como los del Cercano Oriente. Plácido Domingo, que presentó al monarca, dijo asumir que sin Don Juan Carlos «ésta excepcional evolución de España habría sido improbable o sumamente difícil».
El Rey agradeció que los españoles «siempre hemos encontrado, en Alemania un especial afecto» y «un sólido entendimiento en Europa», al que dijo querer corresponder; especialmente viniendo el premio de una prensa alemana «distinguida por su peso e independencia y haber seguido con tanto interés la formidable transformación» y méritos «del primer protagonista de este premio: el pueblo español». Un pueblo que hace 30 años recobraba «con ilusión las riendas de su propio destino», si no exento de «muchos sacrificios y renuncias, mucha generosidad y tolerancia». Un «esfuerzo que compartieron todos los partidos del arco democrático, animados por el común espíritu de superar avatares y edificar juntos una España de todos y para todos».
Don Juan Carlos recordó que «el instrumento para culminar tan complejo y apasionante período fue la búsqueda permanente del consenso, anteponiendo el interés general sobre los enfoques puramente partidistas», a fin de lograr «una Constitución verdaderamente integradora y hecha entre todos, producto del más amplio consenso nunca alcanzado entre españoles» y que puso como ejemplo «para preservar una armónica convivencia en el futuro». Tarea -destacó- que el Príncipe de Asturias «sabrá retomar en su día con profunda entrega, sentido de la responsabilidad y eficacia». El gran timonel del semanario Spiegel -en un laudo profesoral quizás algo anacrónico- concluyó aludiendo a que la reciente unión Real con la familia Ortíz-Rocasolano quizá habría coronado definitivamente a los reyes como «una familia realmente normal». Una que sentía pues ayer «como familia» lo sucedido, dijo el Rey, que es el punto en que Malraux vislumbraba que tal vez no sea la muerte lo grave si no el dolor.

El afecto de la discreción

Editorial ABC

 
EL fallecimiento de Erika Ortiz Rocasolano, hermana de Su Alteza Real la Princesa de Asturias, ha causado una honda conmoción en la sociedad española. Su juventud -31 años-, su dinamismo vital y profesional y la estrecha vinculación de afecto y complicidad con Doña Letizia y con Telma, su otra hermana, hace de su muerte prematura una tragedia que ha golpeado no sólo a su familia, sino también a la de Su Majestad el Rey. La sociedad española -en la que la familia Ortiz Rocasolano se ha hecho extraordinariamente popular- siguió ayer con enorme interés y consternación este luctuoso suceso, acompañando así en el dolor a los Príncipes de Asturias y a su familia.

Conviene, sin embargo, alertar sobre la necesidad de no confundir el natural interés por este triste acontecimiento con prácticas seudoinformativas que incurran en intromisiones ilegítimas, por frívolas o morbosas, en la intimidad de la fallecida y de su entorno familiar. La proximidad de la finada con la Familia Real exige, además, una particular meticulosidad en el ejercicio informativo, porque la institución de la Corona constituye un patrimonio común de los españoles, que no pocos deterioran -con absoluta impunidad- haciendo alardes de sensacionalismo, ausencia de rigor y falta de respeto. Que a la Princesa de Asturias no le falte en este trance tan duro el afecto de la discreción general, al que debe añadirse el sincero pesar por una pérdida irreparable.

miércoles, 7 de febrero de 2007

Los Reyes reciben la noticia en el extranjero

El Rey recibe la trágica noticia en Alemania

El Rey Don Juan Carlos ha recibido hoy en Alemania la noticia del fallecimiento de Erika Ortiz, la menor de las hermanas de la Princesa de Asturias, Doña Letizia Ortiz, confirmaron a Europa Press fuentes de la Casa Real.
Erika Ortiz era licenciada en Bellas Artes. Estaba casada y separada de Antonio Vigo y tenía una hija pequeña.
El monarca tenía previsto acudir hoy a las instalaciones del consorcio aeronáutico EADS (European Aeronautic Defence and Space Company), en Múnich, y antes de regresar a Madrid tenía que recibir en Baden Wþrttemberg el premio Alemán de los Medios de Comunicación por méritos de su vida y obra.
 

La Reina se muestra «muy apenada» ante el fallecimiento de Erika

La Reina se ha mostrado hoy muy apenada tras conocer en Indonesia, donde se encuentra de viaje, la muerte de Erika Ortiz Rocasolano, hermana menor de la Princesa de Asturias.
Con lágrimas en los ojos, doña Sofía comunicó la triste noticia a la delegación que la acompaña en este viaje en la que figura la secretaria de Estado de Cooperación Internacional Leire Pajín y el embajador de España en Indonesia, Dámaso de Larios.
La Reina conoció la noticia nada más llegar a la ciudad de Medán, en la isla de Sumatra, después de pasar la jornada en la isla de Nias, donde ha visitado diversos proyectos de cooperación española

Fallecimiento de Erika Ortiz, hermana menor de la Princesa de Asturias

 
ELMUNDO.ES

MADRID.- Erika Ortiz, hermana menor de la Pricesa de Asturias, ha muerto a los 31 años en Madrid, según ha confirmado la Casa Real. Al parecer, habría fallecido en la casa de Vicálcaro (Madrid) donde vivía, la misma en la que residió Letizia Ortiz antes de su noviazgo con el Príncipe Felipe.

Una juez de instrucción de Madrid, acompañada de dos agentes del cuerpo nacional de policía, llegaron a las 14:40 horas a la vivienda, situada en la calle Almendros. En los alrededores del edificio donde residía se han congregado numerosos periodistas y curiosos.

La familia Ortiz Rocasolano ha pedido "respeto y prudencia" en relación con el fallecimiento de Erika Ortiz, según fuentes familiares.

Paloma Rocasolano, madre de Erika Ortiz, se enteró de la muerte de su hija cuando se encontraba trabajando en el sindicato de enfermería (SATSE) de Madrid. Nada más conocer de la noticia Paloma Rocasolano dejó su trabajo, aunque sus compañeros no pudieron precisar hacia dónde se dirigió.

También acudió esta mañana a su trabajo normalmente el padre de la fallecida, Jesús Ortiz, en la empresa Estudio de Comunicación, donde únicamente se limitaron a señalar a Europa Press que había salido.
Diseñadora y madre de una niña

Erika Ortiz era interiorista y diseñadora gráfica de la productora Globomedia. Concha García Campoy, presentadora de 'Las mañanas de Cuatro', ha asegurado que el viernes fue a trabajar con normalidad. No obstante, había pedido un permiso "de dos días" aunque ahora tenía previsto incorporarse "a un nuevo proyecto".

La hermana de la princesa de Asturias había protagonizado últimamente las revistas del corazon por su separación de Antonio Vigo, con el que tenía una hija, Carla, y su posterior supuesto noviazgo con Roberto García, cámara de televisión. La pequeña, de seis años, es la única sobrina carnal de la Princesa de Asturias.

El Rey Don Juan Carlos ha recibido en Alemania la noticia del fallecimiento de Erika Ortiz, según fuentes de la Casa Real. Doña Sofía fue informada de la muerte en Indonesia, donde se encuentra visitando las zonas afectadas por el 'tsunami'. Periodistas españoles que la acompañan han relatado cómo se llevó las manos al rostro al enterarse de la noticia. "¡Qué lástima, qué lastima!", dijo, rompiendo a llorar. La Reina estudia regresar a Madrid.

Fallece Erika Ortiz, la hermana menor de la Princesa de Asturias

Fallece a los 31 años Erika Ortiz, hermana de la princesa de Asturias

MADRID.- Erika Ortiz, hermana menor de la Pricesa de Asturias, ha muerto a los 31 años en Madrid, según ha confirmado la Casa Real.

La familia Ortiz Rocasolano ha pedido "respeto y prudencia" en relación con el fallecimiento de Erika Ortiz, según fuentes familiares.

Érika Ortiz era interiorista y diseñadora gráfica de la productora Globomedia. La hermana de la princesa de Asturias había protagonizado últimamente las revistas del corazon por su separación de Antonio Vigo, con el que tenía una hija, Carla.