lunes, 24 de noviembre de 2008

El Escorial, línea directa con la Corte de Felipe II

 
Al principio de los tiempos (y al hablar de San Lorenzo de El Escorial éstos se refieren a la pre-construcción del fastuoso Monasterio en 1563), aquella explanada no era más que un terreno baldío en el que sólo crecían jaras y algún que otro arbusto por el estilo, sustento suficiente para los rebaños que pastoreaban por la zona. Luego, esa pradera se convirtiría en la Lonja de granito por donde entraba el rey Felipe II cuando llegaba a la guarida que él mismo mandó levantar. Lo hacía por el camino de Torrelodones y Brunete. Muchos lustros después, Carlos III elegiría la ruta de Galapagar para llegar a esta señorial localidad cargada de historia y situada en plena sierra madrileña, a 50 kilómetros de la capital.
 

domingo, 16 de noviembre de 2008

60 cumpleaños del Príncipe Carlos

 
El príncipe Carlos, conocido por su tendencia a opinar sobre asuntos polémicos, está dispuesto a seguir en esa línea cuando herede el trono, según afirma en 'The Sunday Times' su amigo y biógrafo, Jonathan Dimbleby. En un extenso artículo, el periodista revela que, aunque no es aún un tema de debate formal, hay personas dentro del círculo real que se plantean una redefinición del papel del monarca. Esta redefinición, que, de llevarse a cabo, significaría un cambio constitucional, permitiría al futuro rey Carlos III "hablar sobre asuntos de importancia nacional e internacional de una manera que en este momento es impensable", escribe Dimbleby. Carlos, que el viernes celebró sus 60 años, ha suscitado polémica en varias ocasiones por sus opiniones en asuntos tan variados como arquitectura, jardinería, productos genéticamente modificados, cambio climático, religión o educación.
 
 

Doña Pilar, hermana mayor del Rey: 'España se libró de que yo fuera la Reina'

La Infanta Pilar de Borbón, durante su intervención en el premio Europa Nostra. (Foto: EFE)

La hermana del Rey Juan Carlos, quizá poco conocida por la gente, es una señora de gran personalidad y carisma con la que merece la pena hablar de lo divino y lo humano, sobre todo de lo humano.


El encuentro que tenemos con ella obedece a la inauguración, el próximo 21 de noviembre, en el Pabellón de La Pipa de la Casa de Campo de Madrid, de una nueva edición del Rastrillo, el popular mercadillo solidario.

Detrás de este escaparate de diversión y cita social está la formidable labor de Nuevo Futuro, una ONG dedicada desde hace 40 años a los niños marginados. Su presidenta de honor es Doña Pilar de Borbón, la hermana del Rey...

Dijo usted que los periodistas decimos chorradas.

Pues sí, muchas chorradas. Y es que se inventan verdaderos cuentos de hadas. Yo sé que hay personas que no han visto a nadie de mi familia desde hace 30 años y siguen haciendo conjeturas. No quiero ver programas de televisión, me cuentan que se pasan tres pueblos. Tampoco compro ninguno de los libros que han salido sobre mi familia, suelen ser cosas sacadas de contexto que las convierten en una enormidad.

¿Qué le ha parecido el libro de Pilar Urbano?

No lo he comprado, no lo he leído y no pienso leerlo. Y punto. Y te repito que el Rastrillo empieza el día 21.

¿Cuándo pisó España por primera vez?

Habíamos estado en barco por Mallorca pero sin bajar mucho a tierra, hasta que a los 15 años tuve que hacer un trasbordo en Barajas. Sólo era el aeropuerto, pero era suelo español, todo el mundo hablaba español, me emocioné muchísimo.

Es que usted es la primogénita. Hoy sería Reina de España.

Pues pobre España. De buena se ha 'librao', -dice doña Pilar, que tiene un español madrileño y castizo. Si te educan para algo, siempre hay más posibilidades de que salgan bien las cosas, que si no estás educado más que para ayudar -prosigue-. Y mi papel es ayudar donde puedes, en tu parcela.

    sábado, 15 de noviembre de 2008

    El príncipe Carlos celebra su 60 cumpleaños acompañado de la realeza europea

     
    El príncipe Carlos celebra su 60 cumpleaños acompañado de la realeza europea
    El príncipe Carlos celebró sus 60 cumpleaños con un banquete ofrecido por Isabel II de Inglaterra en el palacio de Buckingham, al que asistieron representantes de la realeza europea.
     
    El banquete, que también contó con la presencia de los príncipes Guillermo y Enrique, hijos de Carlos y la fallecida princesa Diana, es uno de los actos previstos para festejar el aniversario del heredero al trono británico, según la BBC.
     
    Antes de sentarse a la mesa, los aproximadamente 150 invitados disfrutaron de un concierto de la Philharmonia Orchestra, de la que Carlos es patrón, al que siguió un cóctel en el salón de baile, que normalmente se usa para investiduras.
     
    El miércoles, el príncipe y su familia asistieron a un espectáculo cómico organizado en su honor, en el que participaron los actores John Cleese, Rowan Atkinson y el estadounidense Robin Williams.
     
    Las celebraciones continuarán el sábado en la residencia campestre de Highgrove (oeste de Inglaterra), donde su esposa, Camilla Parker Bowles, ha preparado una fiesta con familiares y amigos.
     

    martes, 11 de noviembre de 2008

    Sentido adiós a los soldados muertos en Afganistán


    Santiago. (Agencias).- Los Príncipes de Asturias, el presidente del Gobierno, el jefe de la oposición y una amplia representación de la clase política han arropado a las familias de los dos soldados fallecidos el domingo en un atentado en Afganistán, en un funeral de Estado celebrado en la sede de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat) en Figueirido (Pontevedra).

    En la despedida al brigada Andrés Suárez García y el cabo Rubén Alonso Ríos, Don Felipe y Doña Leticia transmitieron, antes del comienzo de las honras fúnebres, un emotivo abrazo a las viudas y otros familiares de los dos militares muertos en el atentado del pasado domingo, a quienes consolaron por unos minutos.

    A la base de la Brilat llegaron, poco antes de comenzar el funeral, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el líder del PP, Mariano Rajoy; el presidente del Congreso, José Bono; los ministros de Defensa, Cultura, y Medio Ambiente, Rural y Marino, Carme Chacón, César Antonio Molina y Elena Espinosa, respectivamente, así como el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, entre otras autoridades.

    Compañeros de los soldados fallecidos en la Brilat, algunos con lágrimas en los ojos, portaron los féretros a hombros desde donde se había instalado la capilla ardiente hasta el altar en que se celebró el funeral, mientras se interpretaba la marcha fúnebre.

    "Dieron la vida por la paz"
    En su homilía, el vicario general castrense, Juan del Río Martín, apuntó que los dos militares españoles fallecidos en el ataque suicida en Afganistán fueron "soldados valientes de España" que han dado sus vidas "por la paz y la libertad de allí", que es "nuestra paz y nuestra libertad".

    Del Río ofreció el consuelo "de toda España" a los familiares del brigada y el cabo que murieron en un atentado el pasado domingo, en el que otros cuatro resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.

    "Ellos, con su muerte, han sembrado y siembran los valores que hacen grande a la Humanidad, los valores de la paz, la libertad, el progreso, la ayuda solidaria. La paz de allí, la libertad de allí por la que ellos han dado la vida, es nuestra paz y nuestra libertad", afirmó el sacerdote castrense.

    Se dirigió también a los familiares y amigos de los dos militares al asegurar que "nos sentimos invadidos por la impotencia hacia el terror, la violencia" porque "cuando se siembra ayuda humanitaria, valores democráticos, libertad y paz, si todo eso es bueno para la sociedad, ¿cómo recibir esta recompensa?".

    "Hoy aquí, en Galicia, todo el mundo os quiere consolar", subrayó Del Río, quien agregó que "hombres y mujeres de buena voluntad queremos daros lo mejor que tenemos, el sentimiento, la cercanía, el afecto".

    Después de la homilía, el príncipe de Asturias impuso sobre los féretros de los dos militares, envueltos en la bandera de España, la cruz del mérito militar con distintivo rojo, que tras el acto religioso fue entregada a los familiares.

    Posteriormente, algunos de sus compañeros, algunos muy emocionados, retiraron los féretros del altar y se interpretó el himno nacional para despedir a Rubén Alonso Ríos y Andrés Suárez García, en medio de las muestras de dolor de sus viudas y los numerosos familiares que acudieron al funeral en la Brilat.

    Esta Brigada Ligera Aerotransportable ha sufrido, desde que comenzó sus misiones internacionales en 1995, un total de 16 bajas de soldados, de ellas quince en Afganistán y una en Iraq.

    A las honras fúnebres también han asistido, entre otros dirigentes políticos y miembros de la cúpula militar, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría; el dirigente catalán Josep Antoni Duran Lleida, el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, y el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, entre otros dirigentes gallegos y nacionales.

    Líderes europeos conmemoran en Francia el fin de la Gran Guerra

     
     
    Londres / París (EFE).- El Príncipe Carlos de Inglaterra y su esposa Camila acompañaron al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y Carla Bruni, y a otros representantes de diversos países europeos en la ceremonia conmemorativa del 90 aniversario del armisticio que puso fin a la I Guerra Mundial y recordaron a los más de 8,5 millones de soldados que perdieron la vida en el conflicto.
    Rompiendo con la tradición, el jefe del Estado francés presidió la ceremonia por primera vez en la fortaleza de Douamont, junto al escenario de la batalla de Verdún, una de las más sangrientas de la contienda (1914-1918).

    Ante sus ilustres invitados, -entre los que también se encontraban los Grandes Duques de Luxemburgo, el presidente del Bundesrat (senado) alemán Peter Muller, el de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, y el del Parlamento Europeo, Hans-Gert Poettering- Sarkozy rindió homenaje a todos los caídos "sin excepción".

    "Francia no olvidará nunca" a los soldados que "lucharon en nuestro suelo" y que defendieron "nuestra libertad", dijo el presidente en un discurso en el que puso de relieve también que es la primera vez que se conmemora el armisticio sin la presencia de supervivientes de la conocida como la Gran Guerra.

    El último combatiente francés, Lazare Ponticelli, falleció el pasado mes de marzo a los 110 años, recordó Sarkozy, tras dejar constancia de que, aunque "los testigos de la tragedia han desaparecido", su memoria está más viva que nunca.

    En el lugar donde reposan los restos de 130.000 soldados de los 300.000 que cayeron en los 300 días y 300 noches que duró la batalla de Verdún, el jefe del Estado francés y presidente de turno de la Unión Europea (UE) apostó por convertir la ceremonia de conmemoración del armisticio en el himno de reconciliación de Europa.

    Lo hizo en el mismo sitio en el que, en 1984, el presidente francés François Mitterrand y el canciller alemán Helmut Kohl enlazaron sus manos en un gesto que ha pasado a la historia como el símbolo de la reconciliación entre los antiguos adversarios.

    Merkel, enfadada
    Sin embargo, medios británicos aseguraron que la canciller alemana, Angela Merkel, canceló a último momento su asistencia al evento en desacuerdo con la decisión de Sarkozy de celebrar la ceremonia en Verdún, principal campo de batalla entre las fuerzas alemanas y francesas, y no en París, como venía siendo habitual.

    "Lo que debía ser un encuentro dignificante entre antiguos enemigos amenazó con convertirse en una disputa diplomática", publica el "Daily Telegraph". Merkel "está enfadada por el hecho de que Sarkozy haya escogido un símbolo del vergonzoso pasado militar de Alemania para este evento", dijo al rotativo un organizador de la ceremonia.

    Más de 300.000 soldados alemanes y franceses perdieron la vida entre febrero y diciembre de 1916 en Verdún en una de las batallas más largas y sangrientas de la Primera Guerra Mundial.

    A todos los caídos sin excepción
    Tras insistir en que se trata de un homenaje a todos los caídos, "sin excepción", Sarkozy citó concretamente a los soldados que fueron fusilados por deserción y sublevación, y destacó que ellos también fueron víctimas de una Guerra que "excluía toda indulgencia, toda debilidad".

    Con estas declaraciones, el presidente ha querido calmar la polémica que ha resurgido en Francia en torno a los soldados fusilados en 1917 por haberse amotinado contra lo que consideraban órdenes incoherentes de sus superiores.

    Hace diez años, el entonces primer ministro, Lionel Jospin, dijo que esos amotinados debían ser "rehabilitados", en contra de la opinión del presidente Jacques Chirac, y ahora son varias las organizaciones sociales y políticas que se suman a su propuesta.

    Este 11 de noviembre, 90 años después, es día de luto para los franceses, y no un día de celebración de "la victoria de un campo contra otro", subrayó Sarkozy, vestido con corbata y traje negro.

    Su esposa, Carla Bruni, no desentonaba, con una levita gris en la que llevaba prendida la insignia de las colectas en favor de los ex combatientes de guerra.

    La de Douaumont es solo una de las muchas ceremonias que hoy se celebran en todo el país, incluida la que protagonizó el propio Sarkozy por la mañana en París donde, rompiendo con otra tradición, depositó una corona de flores bajo la estatua de Georges Clemenceau, en lugar de hacerlo ante la Tumba del Soldado Desconocido del Arco de Triunfo.

    El príncipe Carlos, heredero de la corona británica, y la duquesa de Cornualles siguieron con atención el discurso del mandatario francés y el minuto de silencio que se guardó a las 11 horas y 11 minutos del día 11 del mes 11, marcando así el momento exacto en el que, hace 90 años, entró en vigor el Tratado del Armisticio.

    El Tratado fue firmado por el mariscal francés, Ferdinand Foch, y el alemán Matthias Erzberger a las 5 de la mañana del 11 de noviembre de 1918 en un vagón de tren en el bosque de Compiegne (Francia), a unos 90 kilómetros al norte de París.

    En Francia fueron 1.394.000 los muertos en el conflicto, a los que se suman 3 millones de heridos, de los cuales 1 millón quedaron inválidos.

    Celebración en Londres

    La conmemoración del día de entrada en vigor del Tratado de Armisticio firmado en 1918 entre Alemania y los aliados también se celebró en Londres, donde el primer ministro Gordon Brown participó en una ceremonia solemne protagonizada por tres de los últimos sobrevivientes del conflicto.

    Los veteranos Henry Allingham, de 112 años, Harry Patch, de 110, y Bill Stone, de 108, centraron el emotivo encuentro en el cementerio de Cenotaph de la capital británica. La semana pasada murió con 108 años en Australia otros de los sobrevivientes británicos, Sydney Lucas.

    lunes, 10 de noviembre de 2008

    Los emperadores de Japón reciben con honores a los Reyes

     
    Los Reyes, acompañados de los emperadores de Japón
    Los emperadores de Japón Akihito y Michiko, han recibido hoy con honores en el Palacio Imperial, acompañados por el príncipe heredero, Naruhito, y su esposa, Masako, a los Reyes de España, que llegaron ayer a Tokio en su segunda visita de Estado.
     
    Se trata de la primera vez que la esposa del príncipe heredero, Masako, acude a una ceremonia oficial de bienvenida de un jefe de Estado extranjero desde que en octubre de 2003 estuvo en el recibimiento al presidente mexicano Vicente Fox.

    Los emperadores han esperado a sus invitados ante las puertas del Palacio imperial. La emperatriz y la Reina se saludaron besándose, una muestra de cercanía de los anfitriones, puesto que los japoneses se saludan con una inclinación de cabeza sin que haya ningún tipo de contacto físico, como ocurrió minutos después en la presentación a los Reyes de la delegación local.

    Los emperadores y los Reyes, seguidamente, han escuchado los himnos de España y Japón desde una plataforma de honor, mientras el resto de los miembros de la familia imperial ha seguido la ceremonia unos metros por detrás. Don Juan Carlos ha pasado revista a una compañía de honores de la Guardia Imperial, mientras un grupo de alumnas de entre 8 y 18 años del Colegio Internacional Seisen de las Esclavas del Sagrado Corazón agitaban banderitas de los dos países y los emperadores y Doña Sofía seguían la ceremonia desde la plataforma de honor.

    Tras la presentación a los Reyes de los integrantes de la delegación japonesa, los emperadores y sus invitados han pasado al interior del Palacio donde mantenido su primer encuentro, al que también asistieron el príncipe heredero y su esposa.

    Esta noche, los emperadores ofrecerán una cena de gala en el Palacio Imperial en honor de los Reyes, a la que también se espera que asista Masako, cuya actividad pública se redujo totalmente por una fuerte depresión, reconocida por la casa imperial en 2004.

    viernes, 7 de noviembre de 2008

    El Príncipe de Asturias visita por sorpresa a las tropas españolas en El Líbano

     
    El Príncipe de Asturias visita por sorpresa a las tropas españolas en El Líbano
     
    El Confidencia
     
    El Príncipe Don Felipe llegó esta mañana a Beirut, desde donde tiene previsto desplazarse en helicóptero hasta Marjayún, donde se encuentran destacados más de un millar de militares españoles en el marco de la Fuerza Interina de Naciones Unidas (FINAL). Don Felipe inicia así una visita por sorpresa a las tropas españolas desplegadas en el sureste de Líbano, cuatro meses después de acompañar por vez primera al contingente militar destacado en Afganistán.

    El Príncipe ha sido recibido a su llegada a Beirut por el embajador de España en Líbano, Miguel Benzo, mientras que será el general jefe de la Brigada Claudio Graziano el que le esperará en Marjayún. Tras los correspondientes honores militares, el Príncipe participará en la Base Miguel de Cervantes en un homenaje a los fallecidos en Líbano. Posteriormente recorrerá las instalaciones de la Base y se entrevistará con los mandos para conocer de primera mano los programas y la agenda de trabajo que desarrolla la misión.

    Don Felipe prevé concluir su visita a Líbano conversando con los militares destacados en la Base y con un vino de honor, donde se prevé que Su Alteza pronuncie algunas palabras.  El heredero de la Corona cumple así su deseo de visitar el mayor destacamento de las Fuerzas Armadas españolas desplegado en la actualidad en el exterior, compuesto por más de un millar de efectivos de Tierra y un patrullero de la Armada con 90 militares de dotación, después de que el pasado 30 de enero el mal tiempo impidiera su desplazamiento hasta la base española en Marjayún el día de su cuadragésimo cumpleaños.

    Ataviado con el uniforme de campaña del Ejército de Tierra, el comandante Borbón -Don Felipe tiene ese rango militar en los tres ejércitos- aterrizó a primera hora de la mañana en el aeropuerto internacional de Beirut a bordo de un avión Airbus 310 del 45 Grupo de la Fuerza Aérea española que partió la noche anterior desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.

    Acompañado por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire José Julio Rodríguez, y el comandante del Mando de Operaciones (CMOPS), teniente general del Ejército del Aire Andrés Navas, el Príncipe se trasladó en uno de los helicópteros del contingente español desde la capital libanesa hasta la Base Miguel de Cervantes, sede de la Brigada Multinacional española en la FINUL, situada en la localidad de Blat, en la región de Marjayún.

    Tras haber acompañado al destacamento español en Herat y Qala-I-Now (Afganistán) el pasado 17 de junio, Don Felipe tendrá oportunidad de compartir varias horas con los 'cascos azules' de la Brigada de Caballería Castillejos del Ejército de Tierra, la unidad con sede en Zaragoza que aporta el grueso de la actual agrupación española y que dirige el general de Brigada Juan Carlos Medina.

    Visita a las cuatro misiones en el exterior

    Con este viaje, el Príncipe completa su visita a las cuatro principales misiones españolas en el exterior, después de que en 2002 se trasladara a Bosnia y Kosovo para acompañar a los soldados que lideran las dos operaciones militares más antiguas de todas en las que mantienen participación las Fuerzas Armadas españolas.

    España mantiene desplegado desde noviembre de 2006 en Líbano su mayor contingente militar, compuesto por 1.100 efectivos destacados en el sureste del país al frente de la Brigada Multinacional Este de la Fuerza Interina de Naciones Unidas, con base en Marjayún.

    El destacamento, completado con un patrullero de altura integrado en la Fuerza Naval de FINUL, se encarga de realizar patrullas de seguridad, opera varios puestos de observación próximos a la denominada 'linea azul' -que marca la frontera con Israel-, realiza misiones de desactivación de explosivos, presta asistencia sanitaria y desarrolla otras operaciones en colaboración con las Fuerzas Armadas de Líbano, todo ello con el objetivo de mantener el alto el fuego entre la guerrilla chií libanesa Hezbolá y las Fuerzas de Defensa israelíes tras el alto el fuego acordado al término del último conflicto bélico en agosto de 2006.

    jueves, 6 de noviembre de 2008

    Un brindis por las ideas de la Reina

     

     

     

     

     

     

     

    Por José Francisco Serrano Oceja
    Libertad Digital
     
    Con permiso de don Marcelino Menéndez y Pelayo, un brindis políticamente incorrecto por el pensamiento de la Reina. "Brindo por lo que nadie ha brindado hasta hora; por las grandes ideas que fueron alma e inspiración de los poemas calderonianos".
     
    El falso pudor que invade a no pocos de los puristas de la transición política y de la democracia ideal les ha llevado a enarbolar la bandera de la neutralidad como argumento primero para cubrir con un velo de sobresalto lo afirmado por doña Sofía a la periodista Pilar Urbano. Hemos asistido al típico ejemplo de goyesco navajeo colectivo, un linchamiento en el que lo mismo se mezclaba a los edecanes áulicos con los preteridos de la historia, al Opus Dei con la Iglesia Ortodoxa, a los jesuitas con los confesores reales.  No estaría de más que en España aprendiéramos, de una vez, a dar a cada uno lo suyo, y no lo de los demás, y a asentar el fecundo ejercicio del distingamos, que suele ser el principio de la ciencia y de la conciencia. Ya lo decía la hermenéutica clásica: todo texto, fuera de su contexto, se convierte en un pretexto. Los de siempre, los progresistas de sueldo y vuelo, los avanzados de múltiples colores, el poder alternativo del gay saber –nuevo poder contra viejo poder–, los ofendidos por sistema, no han hecho más que sacar de contexto no sólo las declaraciones de doña Sofía. Han pretendido sacar de contexto a la monarquía misma, a la Reina y al silencio elocuente que la define. Porque, con mucha probabilidad, sus palabras no son más que la rúbrica de su vida y de su pensamiento. Un pensamiento, por cierto, que está acreditado con su interés por la cultura, por las ideas, por lo que hace que el hombre sea más hombre. Lo que les ha molestado a los que no aceptan nada más que la doctrina del cambio social es la normalidad y la coherencia con la que unas ideas, que no son patrimonio de la política, y mucho menos de ningún partido político, que son anteriores y que están en el plano de la razón universal, se expresan con la naturalidad de la vida misma.

    Quienes atacaban desaforadamente a la Reina por expresar su pensamiento, lo han hecho por varias causas. ¿Qué hubiera pasado si Su Majestad la Reina hubiera dicho lo contrario de lo que afirmó? Aplausos en el foro público a diestro y siniestro; mutismo en el orbe católico, entre sorprendido y acomplejado. Pero no ha sido así, y la paradójica coincidencia del universo intelectual de Su Majestad con el contenido de la doctrina católica ha puesto a más de uno nervioso, no vaya a ser que los aliados de lo católico por sistema y en el sistema sean los Reyes de España. Dado que el Gobierno se ha empeñado en modernizar nuestro país, a cualquier observador atento no se le escapará pensar que la modernización, more Zapatero, debe abarcar desde la primera letra hasta la última. Lo que Pilar Urbano dice que ha dicho la Reina –por eso del oportunismo utilitario– expresa una relación interna con los presupuestos que están en el fondo de la razón y de la raíz de la existencia de la monarquía y de su función social. Pronto olvidamos que don Juan Carlos afirmó un 22 de noviembre de 1975, nada más jurar su cargo:
    El Rey, que es y se siente profundamente católico, expresa su más respetuosa consideración para la Iglesia. La doctrina católica, singularmente enraizada en nuestro pueblo, conforta a los católicos con la luz de su magisterio. El respeto a la dignidad de la persona que supone el principio de libertad religiosa es un elemento esencial para la armoniosa convivencia de nuestra sociedad.
    Se nos podrá decir que estas palabras son fruto de la historia, pero, ¿acaso la historia niega la evidencia de lo que afirma el Rey? ¿El respeto a la dignidad de la persona, que supone el principio de libertad religiosa, no es un elemento esencial para la armoniosa convivencia en nuestra sociedad? Según lo relatado por Pilar Urbano, de lo que doña Sofía ha hablado es de múltiples formas del respeto a la dignidad de la persona, como base para la convivencia armoniosa: una de las tareas que pertenecen a la naturaleza y vocación de la monarquía constitucional. "Brindo por la antigua y tradicional monarquía española, cristiana en la esencia y democrática en la forma". Aunque fuera otra, ahora es ésta.

    domingo, 2 de noviembre de 2008

    Recital regio de sentido común


    Ilustración de Mingote como homenaje a la Reina (ABC)

    Antonio Burgos
    ABC

    Esto pasa por no tener educación y por importar costumbres anglosajonas. En España nunca se celebraban los cumpleaños de la Familia Real, sino los días de santos. Nadie sabía cuándo era el cumpleaños de Don Alfonso XIII, ni falta que hacía. Pero todo el mundo sabía que el 23 de enero era San Ildefonso, día de santos del Rey, y hasta ponían su retrato en los balcones de los ayuntamientos de los pueblos para celebrarlo. Pero, hija, nos hemos puesto a importar de los países protestantes la costumbre del «happy birthday to you» y ahora ocurre justamente al revés que en los alfonsinos tiempos: que nadie sabe cuándo celebra la Iglesia la fiesta de Santa Sofía, pero en cambio todo el mundo ha sabido cuándo cumple años Su Majestad la Reina.

    Lo cual me parece una falta de educación, Señora. No felicito, pues, a Vuestra Majestad en la fecha de hoy, sino que la acompaño en el sentimiento. Total, entre unas cosas y otras, casi nadie se ha enterado de que Vuestra Majasted ha cumplido una edad que ni mentar quiero. Eso, que de suyo es una ordinariez con cualquier señora, decir en público los años que cumple, con Vuestra Majestad es además una falta de respeto. Una trastada. Una jangá, que decimos en Sevilla.

    Pero es que, además, por si no se había enterado nadie de la septuagenez, llega el librito dichoso, y Doña Sofía da un recital de sentido común, de ética, de principios, de valores y de vergüenza, todo un Tratado de lo Políticamente Incorrecto, y acaba con el cuadro. ¿Que tiene valor José Tomás, dice usted? Al lado de la Reina, Tomás tiene más jindama que Cagancho. Para lo que se necesita valor es para desafiar a la Inquisición de lo Políticamente Correcto como ha hecho la Reina. Que no ha dicho ninguna tontería, sino lo que pensamos muchísimos españoles... que no nos atrevemos a afirmarlo por temor a las dictatoriales minorías envalentonadas desde el poder, que han convertido los delitos en derechos. La Reina tiene 0,0 por ciento de Ojana. Le hubiera sido mucho más rentable la falsía de repetir el Catecismo de lo Políticamente Correcto, con los nuevos dogmas de cumplimiento obligatorio. Nadie habría protestado, y la Casa de Su Majestad no habría tenido que dar comunicado alguno, si la Reina hubiera dicho lo que sigue, apunta, Pilar Urbano:

    «Me parece muy bien que los homosexuales se unan en matrimonio y que adopten todos los niños que tengan por conveniente».
    «La eutanasia es tan estupenda que en cada ciudad de España debería haber un hospital como el de Leganés».
    «El aborto es un derecho de la mujer, que puede hacer con su cuerpo lo que quiera; hay que dar más facilidades, y barra libre de aborto en la Seguridad Social».
    «Hace falta más Ley de Igualdad, porque no hay derecho a que en el Ejército haya tan pocas generalas y tantas sargentas».
    «En los colegios no hay por qué enseñar religión, eso es lavar el coco a los niños».
    «Marruecos hace muy bien con reclamar Ceuta y Melilla, estamos en el siglo XXI y se acabó ya el colonialismo».
    Y así sucesivamente.

    Si la Reina hubiera dicho esto, los que estamos en contra de todas estas barbaridades políticamente correctísímas nos hubiéramos callado la boca, como solemos hacer cada día, porque somos tolerantes con las ideas ajenas y no como los dictatoriales progres que no admiten disensiones. No se habría formado polémica alguna... y así de paso nadie se habría enterado de que la Reina tiene ya una edad. Ni la coordinadora homosexual hubiera puesto el grito el cielo, ni las abortistas hubiesen protestado. Pero como la Reina ha dicho nada más que el Evangelio de la Sensatez, de la Cordura y de la Vergüenza, pues ya ven la que le han liado a la pobrecita mía, encima de que toda España se ha enterado de que tiene 70 tacos en todo lo alto. ¿Un error? Evidentemente. Ese libro no tenía que haberlo escrito Pilar Urbano. Tenía que haberlo escrito María Antonia Iglesias, que es de los nuestros. Entonces sí que hubiéramos estado todos contentísimos con esta Reina tan progre, a la que la ética, la moral, la vergüenza y la ley natural le importan un pimiento. Del piquillo, naturalmente.

    Reina de todos los españoles

    LA conmemoración hoy del septuagésimo aniversario de Su Majestad la Reina, que en ABC celebramos ampliamente en las páginas de nuestro suplemento D7, debe de ser un momento de alegría para todos los españoles que tienen en su Soberana una figura que es un modelo de virtudes. Sus muchos servicios desde las instituciones que preside y alienta y su impecable papel institucional están en la mente de todos y algún día se hará un recuento de la muy concreta labor realizada por Doña Sofía desde el papel de Reina consorte, despreciado por algunos y reivindicado por ella como eficacísima herramienta de prestación pública.Es por ello que resulta especialmente desalentador que esta conmemoración se haya visto rodeada de una polémica que nunca es conveniente y que sin duda ha sido azuzada por quienes anteponen sus intereses más personales sobre el bien del conjunto de todos los españoles. En primer lugar resulta evidente que los mismos que critican con palabras y formas desmesuradas las opiniones vertidas por la Reina en un ámbito que no aspiraba a ser público, con toda seguridad hubiesen guardado silencio, o incluso hubieran colmado de elogios a la Soberana, si su opinión sobre alguno de los asuntos sensibles tratados hubiera sido la opuesta de la que ahora conocemos. Aquí se ha movilizado más un lobby que unos ciudadanos legítimamente contrariados por un proceder institucional del que discreparan.
    A ello urge sumar que quienes hoy se sienten violentados por las opiniones expresadas por la Reina de España convendrán que esas posiciones privadas, hasta ahora nunca expresadas, en nada parecen haber influido sobre el devenir legislativo del Reino de España. No habrá un solo parlamentario, presente o pasado, que pueda decir que se ha visto mínimamente afectado en su labor por las opiniones de Doña Sofía. Y que, como es natural, las ideas manifestadas privadamente por la Reina parecen encajar plenamente con sus conocidas creencias cristianas, de origen ortodoxo y de plena comunión hoy con el Santo Padre. Convicciones conocidas por toda persona que lea alguna vez un periódico o un libro y para quien la sorpresa sólo puede ser farisaica.
    A mayor abundamiento, el que la Reina haya entrado en su 70 cumpleaños -con voluntad de hacerlo público o no- en detallar algunas de esas ideas que alberga en su fuero interno debería ser visto con gratitud por todos los españoles y en especial por los historiadores. Doña Sofía está a punto de cumplir treinta y tres años como Soberana consorte a los que habría que sumar seis años y medio como Princesa heredera consorte. No parece exagerado suponer que aún si tuviera la longevidad de la Reina Victoria de Inglaterra, ya tendría bien superado el ecuador de su vida pública. Es por ello que no habrá un solo español de bien que pueda negar que es bueno, al menos para la Historia, saber lo que la Reina de España pensaba en su intimidad de la sociedad sobre la que ha reinado constitucionalmente. Qué valores albergaba ella en su fuero interno; qué preocupaciones tiene ella a la vista de la evolución de la sociedad española; qué fundamentos sostienen sus creencias. No parece excesivo pedir que a la vista de la impecable actuación de la Reina de España a lo largo de todos estos años, se le conceda, cuando menos el derecho de tener una opinión personal sobre cuestiones de valores. Y que pueda expresarla como madre y como mujer que es Reina. Una Reina que ha prestado grandes servicios a España aportando su sentido común, su cautela y su enorme sentido institucional a lo largo de más de cuatro décadas compartidas con el Rey de España. Acallen los jaraneros y reconozcan que estas declaraciones hacen a Doña Sofía, hoy más que nunca, Reina de todos los españoles.

    Doña Sofía, una gran española

     
    Se señala, y es verdad, la insustituible labor de Don Juan Carlos en el desmantelamiento de las asfixiantes estructuras franquistas y su decidido impulso -denominado justamente el «motor del cambio»- a la Transición política. Se afirma, y es cierto, su escrupuloso cumplimiento de las competencias asignadas en una Monarquía parlamentaria vertebradora del régimen constitucional instaurado en 1978. Pero no podemos ni debemos desconocer el relevantísimo quehacer de Doña Sofía, siempre al lado de Don Juan Carlos. No se puede comprender la Presidencia de George Washington sin su esposa, Martha Dandridge Custis. No se puede comprender tampoco el Reinado de Don Juan Carlos sin la presencia de Doña Sofía. De ella podemos afirmar con Víctor Hugo, que «cuando todo se vuelve pequeño, ella permanece grande».
    Por tanto es secundaria la escasa atención que los constituyentes brindaron, expresa o tácitamente, a la figura de la Reina consorte en nuestra Carta Magna. Ésta se limita explícitamente -en su artículo 58- a hacer una mención a la «Reina consorte o al consorte de la Reina», quienes «no podrán asumir funciones constitucionales, salvo lo dispuesto para la Regencia». Se trataba de evitar intromisiones y duplicidades en las atribuciones del Monarca. Se consagraba pues la interdicción de las competencias de la Reina consorte y la indisponibilidad de las competencias regias. Es decir, la preservación de un unitario ejercicio del officium regis, esto es, del difícil y complejo oficio de Rey. De aquí también que el mandato -artículo 32.1- por el que «El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica», sufre las lógicas excepciones relativas a los estrictos cometidos constitucionales de unos y otros. Un caso, por lo demás, el de la Regencia -dada la mayoría del Príncipe de Asturias- que el decurso del tiempo ha hecho inaplicable. Doña Sofía no ha tenido que desempeñar un papel semejante al de María Cristina de Borbón durante la minoría de edad de Isabel II, o de María Cristina de Austria hasta la mayoría de Alfonso XIII. Finalmente, la Constitución prevé implícitamente su participación en el supuesto, también hoy sin objeto, de la Tutela por minoría de edad (artículo 60).
    Ahora bien, los ingleses saben que la comprensión de las instituciones no se agota en las tasadas funciones consagradas en la Constitución y en las leyes. La Política se halla vinculada a las prácticas, convenciones y costumbres de quienes ostentan los poderes políticos, pero también por quienes se encuentran cerca, y hasta disfrutan de ascendencia, entre los titulares de los órganos constitucionales. Y aquí la acción de Doña Sofía ha sido destacada, como diaria alter ego de Don Juan Carlos, en tanto que permanente consejera y fiel esposa (en la estela de Bárbara de Braganza). Y, por supuesto, en el papel de madre de Don Felipe, como Heredero de la Corona (en la línea de María de Molina). Acertaba Tomás Villaroya, al entender que «sólo el Rey es el Jefe del Estado dotado de poderes constitucionales: es necesario evitar intromisiones que puedan resultar molestas y suscitar recelos y aún animadversión»; pero al esgrimir simultáneamente, que «la Reina consorte no está despojada de toda posibilidad de influencia. La situación privilegiada no le prohíbe las sugerencias y consejos en sus conversaciones privadas; al contrario, dentro de la natural discreción, puede expresar el parecer que le merecen los negocios públicos y aún es conveniente que tenga conocimiento de ellos. Conviene que tenga alguna noticia de la vida política para participar en las preocupaciones del marido, para aconsejarle con exquisita prudencia».
    Pero siendo ello cierto, la observación de la realidad nos lleva más allá. Doña Sofía lleva ejerciendo -disquisiciones de habilitación dogmática jurídica al margen- un amplio elenco de acciones que institucionalizan, exteriorizan y se integran en la Jefatura del Estado. Un ámbito donde, en una interpretación atinada de la realidad, las prácticas y convenciones constitucionales complementarias de la letra de la Constitución -las denominadas praeter Constitutionem- ocupan un lugar preferente.
    ¿Cuáles han sido dichos cometidos? ¿Cómo se han materializado? Las funciones más sobresalientes desarrolladas por Doña Sofía han sido de dos clases. Las primeras, de carácter simbólico. El artículo 56.1 de la Constitución dispone que «El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia...». Pues bien, en los tradicionales aspectos simbólicos de la Monarquía, su labor ha sido de primer orden. Una acción simbólica añadida a la dimensión integradora de la realidad social y política por la Corona. La segunda, de naturaleza representativa. La Reina ha ejercido en infinidad de ocasiones, tanto dentro del territorio nacional como fuera de nuestras fronteras, como la mejor embajadora de la Corona y del Estado español. Sin olvidar, particularmente, su preocupación por el medio ambiente, la atención a los más débiles, su cercanía a los discapacitados, su interés por los problemas de la drogadicción, el cariño hacia los niños y su solicitud por la educación y la cultura. Unas tareas en las que llama la atención su naturalidad: «La Reina está dentro de la ceremonia pero por su tranquilidad y dominio de la situación parecería indicarnos que todo lo observa desde fuera».
    Sin embargo, aparte de dichas reflexiones constitucionales, o de su profesionalidad tan traída periodísticamente, la cualidad que yo resaltaría es otra: ¡Doña Sofía es una gran española! Un caso de patriotismo adquirido, de mayor mérito si cabe -afirma bien Feliciano Barrios-, que el patriotismo de nacimiento. Así, cuando se pregunta a Doña Sofía si es griega, contesta con corrección, no exenta de firmeza, que ella es total y únicamente española. Doña Sofía ha asumido los dictados del artículo 6 de la Constitución de Cádiz: «El amor de la Patria es una de las principales obligaciones de todos los españoles». Y lo ha hecho sin estridencias, sin vanagloriarse, ni sobresaltos ni atropellos. Con capacidad, discreción y elegancia. A veces, como la Penélope de Homero, tejiendo y destejiendo. En otras ocasiones, como en la cubista pintura de Fernand Léger, La couseuse, hilvanando y cosiendo los más sólidos hilos. Pero siempre, como La Encajera de Vermeer, la Reina actúa con dedicación y esmero. En suma, es la primera de nuestras Hilanderas velazqueñas. Doña Sofía ha sabido, en fin, encarnar el tacto y la inteligencia pedidos a los consortes de los Reyes por Die y Mas en sus Nociones de Derecho civil de las Familias Reales. Matrimonio de Reyes y Príncipes: «no debe aspirarse a ejercer ningún poder por sí mismo y debe rehuirse toda actitud que suponga ostentación; pero debe ser de ayuda, estímulo y, en definitiva, consejero confidencial». Ha seguido, en suma, los mejores ejemplos: el del Príncipe Alberto, marido de la Reina Victoria de Inglaterra, o el de la reseñada María Cristina de Austria.
    Emanuel Schikaneder escribió para Mozart el libreto de La flauta mágica, un canto al poder transformador de la bondad humana. En el primer acto, Pamina y Papageno, dos de sus protagonistas, cantan que «todo ser humano que siente cualquier forma de amor, posee también un buen corazón». Doña Sofía es, también, esa mujer que sabe transmitir confianza y serenidad. Y, sobre todo, esperanza. Una llamada a lo mejor de nosotros que nos recuerda al personaje de Portia, la protagonista de El mercader de Venecia de Shakespeare, que restablece la cordura a través de la realización de lo justo: «la propiedad de la clemencia es... dos veces bendita: bendice al que la concede y al que la recibe». La Reina es, como en la creación del dramaturgo de Stratford-upon-Avon, cortés y clemente. Aunque hablando de una mujer que es y se siente española no hay como los versos de Antonio Machado para festejar su aniversario: «Vive quien ha vivido». Doña Sofía habita ya en la mejor historia moderna de esta España constitucional. En la más hermosa, la más genuinamente compartida y la más auténtica.
     

    sábado, 1 de noviembre de 2008

    Reportajes sobre el 70 cumpleaños de la Reina




    Con motivo del 70 cumpleaños, se han publicado numerosos reportajes y libros. Estos son algunos de los contenidos que pueden resultar de interés para los lectores:

    Charlando en La Zarzuela. Entrevista a Pilar Urbano, autora del libro “La Reina muy de cerca”.

    También se recoge el testimonio de diversas personalidades que han conocido a la Reina y expresan su interés por temas relacionados con la solidaridad, la infancia, el arte y la música.

    Así la define Muhammad Yunus, promotor de los microcréditos que la Reina apoya: “Al ver su majestad en las aldeas más humildes de Bangladesh, deja de parecer una reina. Para saber cómo es ella en realidad, hay que observarla en el interior de una cabaña, rodeada de mujeres, charlando como si fueran amigas de toda la vida. Ella proviene de un planeta completamente diferente –¡occidental y soberana de un estado europeo!–, pero tiene una tendencia natural para llegar a los pobres, no intenta ser amable; simplemente, lo es.”


    Este domingo, el suplemento D7 de ABC estará íntegramente dedicado a la Reina con diferentes reflexiones de Doña Sofía y fotografías inéditas.

    Por su parte, Televisión Española emitirá el sábado a las 23 horas un programa que refleja la vida de la Reina desde cinco escenarios:

    El documental recorre todos los escenarios sobre los que se ha sustentado su vida desde la infancia en Grecia hasta la actualidad, pasando por los años de noviazgo con el Rey Juan Carlos, la incertidumbre vivida con Franco en el poder, su implicación en importantes proyectos de educación y cultura, o los enlaces de sus dos hijas y de su hijo Felipe. Así, el audiovisual se compone de cinco partes diferenciadas: 'Grecia', 'La boda', 'España', 'La familia' y 'Ella'.

    Este especial se inicia con 'Grecia', viajando a los escenarios donde nació, creció y se convirtió en princesa, que incluye entrevistas con personas que trabajaban en el Palacio de Tatoi.
    Le sigue 'La boda', que narra cómo y dónde conoció a Juan Carlos de Borbón, las dificultades de su amor, las negociaciones previas a la celebrarlación del matrimonio por el rito católico y por el ortodoxo, la boda en sí y los invitados.

    En 'Española' se recuerda que la Reina se ha declarado cien por cien española tras 46 años de vivir en España y se centra en el período calificado por la reina de "cuando no éramos nadie".
    En 'La familia', el reportaje muestra su faceta de madre, suegra y abuela y cómo ha acogido a la princesa Letizia, lo que piensa y aprende de ella o cómo acepta la separación de su hija mayor.
    Y en 'Ella', el especial se centra en la obsesión de la Reina por "ser útil" en un retrato en el que se recogen sus gustos, preocupaciones o aficiones personales; su apoyo a iniciativas musicales y sus preferencias a la hora de vestir.

    Con motivo de esta efeméride, Televisión Española ha puesto en internet varios reportajes dedicados a la Reina:

    'Sofía, Reina de España' es un reportaje biográfico de 60 minutos emitido en 1998 estructurado en cuatro apartados que profundiza en la personalidad de la Reina, en su fortaleza al enfrentar las situaciones difíciles que le ha tocado vivir desde su infancia, el apoyo y lealtad al Rey y su discreta presencia junto a él.

    'Retrato De Una Reina' es un reportaje de 24 minutos emitido en 1998 en Informe semanal con motivo de su 60 cumpleaños en el se hace un repaso biográfico a Doña Sofía a través de diversas entrevistas a destacados personajes de la política, el periodismo y las artes como Rostropovich, Joaquín Ruíz Giménez y Pilar Urbano entre otros.

    '40 aniversario de la boda de los Reyes' es un especial informativo de 29 minutos emitido en 2002 con un montaje de imágenes de archivo y entrevistas a personajes que vivieron el evento y reconstruye detalladamente el enlace Real entre SS MM Don Juan Carlos de Borbón y Doña Sofía de Grecia.

    Galería fotográfica de la Reina y 70 momentos en la vida de Doña Sofía.

    La Reina Sofía: 70 años de vida discreta


    Libros

    Además de “La Reina muy de cerca” que hemos comentado ya en el blog, se han publicado otros libros dedicados a Doña Sofía:



    La reina Sofía. Imágenes para 70 años de vida

    Más de 400 fotografías para recorrer 70 años de vida. Una obra única, sentimental y rigurosa, que se convierte en el mejor álbum de la vida de Sofía de Grecia, Reina de España.

    Autores: Ricardo Mateos Sáenz de Medrano y otros.
    Editorial: La Esfera de los Libros, 39 euros.


    Doña Sofía, vida cotidiana y pensamiento de la Reina

    Recorre los episodios más destacados de la vida de Su Majestad. Una obra concebida como un homenaje a su personalidad, con motivo de su 70 cumpleaños.

    La Reina habla de su lado más íntimo y cotidiano, sus ideas, sus gustos y costumbres, su pasión por los animales y la música, su carácter y sus amistades. Los autores recogen sus palabras y describen los episodios más significativos de su infancia, su noviazgo con el rey Don Juan Carlos, los momentos más difíciles, «los años de hibernación», como los denominó Julián Marías, o en las propias palabras de la Reina «los años en los que no éramos nadie»; la educación de las infantas y del Príncipe.

    El perfil humano de una mujer que ha sabido, desde la discreción, ganarse la confianza y el respeto de todo un pueblo. Una biografía fundamental que nos habla de Doña Sofía como soberana y como mujer; como esposa, madre y abuela, en la que se incluyen fotografías inéditas y testimonios exclusivos de algunos de las personas del entorno de la Casa Real.

    Autores: Carmen Enríquez y Emilio Oliva
    Editorial: Aguilar, SA, 19 euros.


    La sonrisa que cautivó a España

    Algunas de las mejores anécdotas y fotografías de la Reina han permanecido inéditas hasta la aparición de este volumen. Sus páginas recogen vivencias personales y actos oficiales de profunda significación y ofrecen una visión sobre la personalidad de Doña Sofía que puede considerarse definitiva. El prólogo ha sido escrito por Sabino Fernández Campo, que en 1977 fue designado por el Rey Juan Carlos I Secretario General de la Casa de Su Majestad el Rey hasta 1993, siendo al mismo tiempo desde 1990, Jefe de la Casa de Su Majestad. Es imposible hablar de la historia de la Monarquía española sin nombrar a Fernández Campo.

    Autor: Fermín Urbiola
    Editorial: Libros Libres, 20 euros.

    La Infanta Leonor cumple 3 años

    Vídeo conmemorativo con imágenes y vídeos de la futura Reina de España:



    Fuente: Canal de Youtube fandeltz

    Doña Sofía: "Es obvio que el Rey y yo no somos iguales"

    'Doña

    Mariángel Alcázar
    La Vanguardia

    La Reina Sofía cumple mañana 70 años. Durante mucho tiempo, sus opiniones, incluso su voz, se han mantenido en un plano aún más discreto que su propia vida. Muy pocos sabían lo que piensa y menos aún lo que habla. Estos días, ha aparecido un libro en que se atribuyen a doña Sofía opiniones sobre diversos temas en torno a cuestiones morales objeto de debate público que han generado una notable polémica.

    Pero hay otra doña Sofía, valorada y admirada simplemente por su saber estar, que confesaba a La Vanguardia que "además de estar, hay que hacer".

    Es difícil encontrar un hueco para hablar con la Reina. Finalmente y, como un puzzle, hemos podido armar una especie de entrevista uniendo los espacios de confesiones que nos ha regalado a lo largo de sus viajes de cooperación.

    El último y más duradero tuvo lugar el pasado mes de febrero en Siem Reap al finalizar un viaje de cooperación a Camboya. Doña Sofía que pudo comprobar como su presencia ponía foco y atención a problemas tan graves como la prostitución infantil y las minas antipersona, acepta hablar de su "trabajo". "Representar a un país es importante pero eso no es todo. También se puede contribuir activamente. Eso es lo que hago, a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional y de la Fundación Reina Sofía".

    La Reina ha viajado por todo el mundo y se ha movido entre los representantes del poder. No parece impresionada. Desde hace más de 20 años empezó a llevar a la práctica su deseo de ser útil.

    Una de las personas que ha marcado la última etapa de su vida ha sido Muhammad Yunnus, el economista de Blangladesh que llevó a la practica el sistema de microcréditos. "Lo conocí en una Cumbre de Mujeres Rurales y le pedí que me mandara documentación sobre sus proyectos". Yunnus le dijo que mejor le fuera a ver in situ y eso hizo. "Comprobé como, de verdad, los microcréditos cambian la vida de los más pobres, les ofrecen autoestima y, además, no es caridad".

    La Reina considera que "lo principal en la vida, es el otro" y eso es un valor para todas las familias y, también para la monarquía. En este punto, la Reina reflexiona en torno al papel de la Corona, recordando que, según marca la Constitución, "la monarquía da estabilidad a la política".

    La Reina ve su papel público como una clara opción de servicio. "Si con mi presencia puedo contribuir, bendita sea" y añade "siento que estoy obligada a dar esperanza a quien no tiene nada."

    La Reina no le da mucha importancia a la edad. Cuando el pasado mes de enero, el Rey y el Príncipe cumplieron años, (70 y 40, respectivamente), la Reina pensaba "nadie se acordará del mío. Pero veo que sí se han acordado". Doña Sofía se considera una mujer afortunada: "Lo importante no es cumplir muchos años, sino tener salud y estoy agradecida porque no tengo ningún problema, ninguno".

    Doña Sofía no es amiga de la nostalgia. Recuerda el día que cumplió 9 años porque "dije me tengo que acordar toda la vida de este día y eso he hecho". También el día que cumplió 40, en el que el Rey le organizó una fiesta sorpresa con todos sus amigos y familia en casa de doña Pilar, "fue muy emocionante".

    Mañana, la Reina reunirá en una cena a su familia y algunos de sus amigos más cercanos y, antes, asistirá a un concierto dirigido por Zubin Mehta.

    Para la Reina los momentos más tristes de la vida tienen que ver con la pérdida de los seres queridos: "Las muertes de don Juan y de doña María, y de mis padres, claro. Pero, no hay que olvidar que también ganas a las personas que llegan, los hijos y los nietos".

    La Reina dice: "Tengo muchas ilusiones de seguir adelante, tengo una actitud positiva. No entiendo a los que no disfrutan de la vida. Hay tanto que aprender, tanto que leer, tanto que escuchar".

    A la hora de hacer balance, Doña Sofía dice: "Pienso que he tenido una vida muy movida. Nos hemos movido mucho a lo largo de la vida, y eso es una bendición, te da apertura de mente, amplía tu base cultural, y todas las experiencias enriquecen".

    Pero, la Reina no es mujer de mirar al pasado y continúa diciendo: "Tengas la edad que tengas, no hay que perder las ilusiones. Seguir con salud y poder contribuir como hago, hasta que no pueda. Aunque tenga la edad de jubilarme, uno nunca se jubila de la actitud."

    Curiosa siempre, Doña Sofía tiene aficiones, pasiones y obsesiones. De su interés por las fotos dan fe las 30.000 imágenes que tiene guardadas, la mayoría de ellas de los últimos años desde que descubrió la tecnología digital. Esa afición le ha dado algún disgustillo y ahora se atreve a confesar ser la autora del fotomontaje que los Reyes utilizaron como felicitación para las navidades del 2006. "Estaba orgullosísima, lo hice yo sola con el photoshop. Lo criticó todo el mundo pero yo estaba encantada de haber colocado a todos mis nietos en una sola foto".

    Doña Sofía esta encantada con su papel de abuela. Asegura que "lo más gratificante de mi vida es mi familia" y se desborda al hablar de sus nietos. "No tengo ningún preferido y, aunque quiero ser una abuela cariñosa, no los consiento". La Reina confiesa que "me gusta tenerlos conmigo y, cuando puedo, voy a Barcelona a ver a los de Cristina". También le gusta que estén juntos, "para que sigan unidos cuando sean mayores".

    "A mis nietos -continúa la Reina-, les digo que miren, que aprendan a conocerse, que sean felices y que, sobre todo, piensen en los otros".

    Como otros abuelos, la Reina piensa que los niños de hoy en día "tienen de todo, demasiados regalos, el consumo no es bueno para la educación de los niños."

    La Reina vivió su infancia y juventud en los años 40, en una Europa azotada por los conflictos: "Soy de una generación que creció en un tiempo de guerras y conflictos. Los hijos han tenido una vida mejor, pero también hay que educarles en la responsabilidad, no pueden tener todo hecho. Mi infancia pasó durante la guerra, pero no me acuerdo de nada. Salimos de Grecia, fuimos a Sudáfrica y en un año cambiamos once veces de casa. Para mis padres debió ser muy duro", recuerda.

    Tuvo una juventud feliz en Grecia, junto a sus padres y hermanos, y los 23 años dejó su país natal para casarse con don Juan Carlos, un príncipe español de futuro incierto. Junto a él ha pasado 46 años. Sofía de Grecia, según consta en su carné de identidad, se siente totalmente española: "Mi comida preferida es el gazpacho, la tortilla de patatas y la paella", alimentos que le permiten seguir su dieta ovoláctovegetariana. La Reina nunca come carne, "no considero necesario matar animales, los adoro, qué vamos a hacer". Tengo varios perros y me cuesta no adoptar a los gatos callejeros que consiguen colarse en la Zarzuela. Tengo también un loro gris y tortugas de tierra", cuenta Doña Sofía.

    En el recinto de la Zarzuela hay un cementerio de perros y sobre cada tumba figura una lápida con la foto del animal. La Reina los recuerda a todos. Cuando está en casa, tiene con ella a Tipsy y Topsy, sus dos yorkshire.

    Doña Sofía no da importancia a lo que hace y mucho menos a sí misma. No se considera una mujer especial, ni cree haber hecho en la vida más que cumplir su deber. "He conocido a mujeres muy valerosas y solo algunas eran conocidas", recuerda Doña Sofía. La madre Teresa de Calculta le impresionó vivamente y recuerda que en su entierro pensó que a ella, tan humilde, no le hubiera gustado un funeral tan ostentoso.

    Respecto al papel de la mujer, la Reina cree que es imprescindible para el desarrollo. "Lo veo cuando visito comunidades en las que las mujeres reciben los microcréditos y hacen avanzar a sus familias con sus talleres, sus cultivos, sus animales, sus puestos en los mercados. En las sociedades occidentales está muy bien todo eso de las cuotas, aunque sin ser estrictos. Pienso que no habrá igualdad hasta que no exista un 'Ministerio del Hombre'", dice.

    Pero además de a los desheredados, la Reina también presta su balsámico cobijo a quien está llamada a ser su sucesora. Asegura orgullosa que la princesa Leticia "es muy inteligente y muy trabajadora y nos apoyamos mutuamente". Hasta Jaime de Marichalar, separado de doña Elena, recibe palabras de afecto de la abuela de sus hijos.

    La Reina consigue acabar todas las conversación sin alterarse, por eso ha sorprendido tanto verla retratada, en los últimos días, a través de un objetivo desenfocado.
    "Para mí la libertad, es hacer lo que siento"

    "El Rey y yo no somos iguales, eso es obvio, pero nos complementamos", asegura la Reina. Los Reyes tienen una agenda común que supone, más o menos, la mitad de sus actividades. El resto de su tiempo lo dedican a los actos que tienen programados por separado.

    Doña Sofía explica que el Rey se dedica a "cosas más políticas, mas institucionales y yo, más a cuestiones culturales o sociales. Pueden parecer temas menores - reflexiona- pero son igualmente necesarios y a mi me gustan".

    La Reina recuerda muy claramente sus primeros años en España. "Yo me hice española por amor, estaba muy enamorada y todo me parecía fácil". Doña Sofía explica que no le costó nada adaptarse. "El carácter de los españoles es muy parecido al de los griegos. Además -recuerda- mi marido me ayudó mucho. Me explicó muchas cosas de España en nuestro viaje de novios que duró tres meses. Lo pasamos muy bien y tengo que decir que el Rey, acostumbrado a las academias militares y a vivir solo, era el que hacía las maletas, las suyas y las mías".

    Durante sus primeros años de casada, "cuando no éramos nadie", como los define doña Sofía, a la entonces princesa le hubiera gustado ayudar en hospitales, con niños, con enfermos, ser útil. "Pero no me dejaron y lo único que pude hacer es ponerme a estudiar". En 1973, la entonces princesa empezó unos cursos de Humanidades, en la Universidad Autónoma de Madrid, que se daban los sábados.

    El 22 de noviembre de 1975, día de la proclamación de don Juan Carlos como Rey, obviamente se suspenieron las clases pero el sábado siguiente doña Sofía, ya reina, quiso volver a la universidad. "Estábamos en pleno curso y, de un día para otro ya era reina. Pensé si no vuelves en seguida ya no podrás hacerlo. Así que el día 29 de noviembre de 1975, después de todo, volví a clase. Una de mis compañeras me dió unas flores, se rompió el hielo y todo siguió igual. En aquella época la universidad no era fácil, pero encajé bien". "Eso es para mí la libertad", concluye, "hacer lo que siento".