martes, 29 de diciembre de 2009

Cuando don Juan pudo ser Rey

Buceando en la Hemeroteca de La Vanguardia he encontrado un brillante artículo publicado el 27 de diciembre de 1978.

Se reflexiona sobre la situación internacional de España en 1946 y cómo era vista por parte de las grandes potencias de la época: Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Estas democracias eran contrarias al régimen de Franco y en marzo de 1946 hicieron pública una declaración en la que promovían un proceso de democratización de España. El único que podría encabezar ese proyecto era Don Juan de Borbón, el rey Juan III en el exilio.

Sin embargo, la Historia transcurrió por otros caminos. El autor del artículo expone dos motivos por los que las grandes potencias occidentales desistieron de la pretensión de instaurar una democracia en España. Dos argumentos interrelacionados:

- la radicalidad de los exiliados que pretendían, como única solución, restablecer la República con todas sus consecuencias, incluyendo tribunales de depuración contra los que se habían opuesto a la República. No aceptaban ninguna opción democrática.
- ante el temor de que en España ascendiera al poder el comunismo cuyas trágicas obras eran bien conocidas en otros países, las grandes potencias prefirieron el control franquista, con cuyo régimen terminaron por colaborar.

Cuando don Juan pudo ser Rey

La visita de don Juan de Borbón, conde de Barcelona, al presidente de la Generalitat, Josep Tarradellas, suscita en mis recuerdos, una serie de acontecimientos políticos que, de haber sido adecuadamente interpretados por los líderes del interior y el exterior de España en los años inmediatamente posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial, habrían podido tener una gran repercusión al avanzar el reloj de la Historia en más de 30 años. Estábamos en el mes de marzo de 1946, pocos meses después de la victoria decisiva contra el Eje Berlín-Roma-Tokio, al que se había adherido Franco, por las fuerzas aliadas de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, representadas por el jefe del Gobierno laborista Inglés, Attlee, el general De Gaulle al frente de un gobierno de la Resistencia y el presidente Truman. Attlee estuvo en España durante la guerra civil, visitó en Barcelona al entonces presidente de la Generalitat Lluís Companys, fue recibido por una delegación del Parlamento catalán ante la que declaró su total oposición al régimen franquista y se trasladó al frente de Madrid. Dirigiéndose a los soldados republicanos los exhortó para que continuaran su lucha, pues «bien pronto» dijo, habrá un gobierno socialista en mi país del cual yo seré automáticamente presidente, en tanto que jefe del Partido Laborista, y entonces la Gran Bretaña tomará medidas decisivas contra la existencia de un régimen fascista en España. (Yo formé parte de la, delegación que acompañó a Attlee a Madrid y fui testigo de su firme actitud). El general De Gaulle, por su parte, nunca negó su desprecio hacia el general Franco considerado por él como un continuador de la triste serie de los «pronunciamientos» militares, originada en el siglo XIX y continuada con Primo de Rivera en 1931 y con Sanjurjo-Franco en 1936. De Gaulle, un humorista de alto nivel, acudió a la visita a Franco a través de un itinerario perfectamente «estudiado y significativo».- ¡la ruta de la invasión napoleónica de España! Cuando le preguntaron su Juicio sobre el generalísimo exclamó: ¡Ouel vieillard! (Vieillard es, en francés, el equivalente de «viejo decrépito»). En cuanto a Truman, un hombre que no tenía pelos en la lengua y que se caracterizaba por un lenguaje directo, sin demasiados matices ni consideraciones diplomáticas, dijo, refiriéndose a Franco: «I don't like that guy», no me gusta este tipo. Es decir, los tres grandes países de la democracia occidental y sus jefes respectivos, eran, fundamentalmente, antifranquistas; no les gustaba ni el régimen ni el hombre que lo encarnaba. Ni hay que decir que la Rusia de entonces, a la que Franco había clavado la flecha de la División Azul, era «brutalmente» adversa a la dictadura española. Esta situación general constituía el telón de fondo sobre el que se proyectó la formación de un gobierno español en el exilio, presidido por José Giral, del que fui representante en Estados Unidos al frente de la oficina «Spanish Information». Por otro lado, en Francia se estaban organizando grupos de guerrilleros dispuestos a invadir España a la primera oportunidad. Es entonces cuando se hizo pública la declaración tripartita de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, en fecha 4 de marzo de 1946, y cuya traducción literal transcribo a continuación:

«Los gobiernos de Francia, Reino Unido, y Estados Unidos de América han intercambiado criterios con respecto al presente Gobierno español y sus relaciones con ese régimen, Se ha acordado que mientras el general Franco continúe con el control de España, los españoles no podrán disfrutar de la asociación completa y cordial con las naciones del mundo que han vencido en esfuerzo común al nazismo alemán y al fascismo italiano, los cuales ayudaron al presente régimen español en su subida al poder y, de los cuales, el régimen tomó ejemplo. No hay intención de interferir en los asuntos internos de España. Los propios españoles deben, en su largo camino, solucionar su propio destino. A pesar de las medidas represivas del presente régimen en contra de los esfuerzos metódicos de los españoles para organizarse y dar expresión a sus aspiraciones políticas, los tres gobiernos esperan que los españoles no se someterán de nuevo a los horrores y amarguras de una lucha civil. Por el contrario se espera que destacados españoles patriotas y liberales encontrarán pronto medios para efectuar una retirada pacífica de Franco, la abolición de la Falange, y la fundación de un gobierno provisional bajo el cual los españoles podrán tener una oportunidad libre para determinar el tipo de gobierno que deseen y escoger a sus líderes. Son necesarias una amnistía política, la vuelta de los españoles exiliados, libertad de reunión y de asociación así como la disposición de unas elecciones libres. Un gobierno provisional que estaría y permanecería dedicado a estos fines recibiendo el reconocimiento y apoyo de todos los amantes de la libertad. Tal reconocimiento incluiría unas relaciones diplomáticas planas y la puesta en práctica de medidas para ayudar en la solución de los problemas económicos españoles, practicables en circunstancias actuales. Tales medidas no son en esto momento posibles. La pregunta sobre la continuación o fin de las relaciones diplomáticas con el presente régimen español por parte de los gobiernos de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, es un asunto a decidir según el curso de los acontecimientos y después de observar los esfuerzos de los españoles para alcanzar su propia libertad.»

Para aquilatar el alcance de aquella declaración hay que explicar las líneas subrayadas: los tres gobiernos esperan que los españoles no se someterán de nuevo a los horrores y amarguras de una lucha civil y se espera que destacados españoles patriotas y liberales encontrarán pronto medios para efectuar una retirada política de Franco, la abolición de la Falange y la fundación de un gobierno provisional. En nuestros contactos con Washington comprendimos que don Juan, el conde de Barcelona, formaba parte del grupo de destacados españoles patriotas y liberales, capaces de «hacer el puente» hacia un régimen democrático. Había generales y altos funcionarios en España que apoyaban aquella plataforma y en el exilio se contaba con el apoyo de Indalecio Prieto, el socialista-liberal de más prestigio, y Tritón Gómez, jefe de la UGT-, el sindicalista más significado de aquella época. Pero los líderes republicanos, antes y después de la formación del gobierno en el exilio, se mostraban intransigentes hacia cualquier fórmula intermedia y exigían simple y llanamente la restauración de la República con todas sus consecuencias: se hablaba de tribunales de depuración y de «tercera vuelta» represiva; es decir, los dirigentes españoles en el exilio soñaban en una solución necesariamente violenta en contra de la posición unánime de Londres, París y Washington. Cuando se llevó la cuestión de España a las Naciones Unidas, Giral vino a Nueva York después de habernos confiado a Antonio de Irala, representante del Gobierno Vasco, y a mí, la misión de sondear el Gobierno de los, Estados Unidos sobra la posibilidad de aplicar a España el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas que ofrecía la posibilidad de una acción militar aliada contra cualquier país que constituyera una amenaza para la paz mundial. Le pedí a Giral que nos diera los elementos necesarios para demostrar que, en efecto, España constituía realmente, al margen de cualquier consideración partidista, un peligro para la paz. Y fue entonces, ante la estupefacción de Irala y mía, cuando Giral aseguró que Franco construía, «en algún lugar de España», un acorazado de 35.000 toneladas y preparaba una acción contra Francia apoyada en unas fortificaciones levantadas por los franquistas en el Pirineo oriental. Le. dimos al alto funcionario, Reber, la documentación, enviada por Giral, para que los servicios secretos americanos constataran la veracidad de las «pruebas» presentadas. Todo resultó una ilusión: no había tal acorazado y las fortificaciones a que se refería Giral no eran más que unas ridículas trincheras destinadas a «defenderse» ante una posible operación guerrillera de los exiliados españoles en Francia... Exactamente al revés de lo que afirmaba el presidenta del Gobierno republicano en el exilio.

Mientras tanto iban pasando los días, las semanas y los meses. La situación internacional se complicaba; los comunistas europeos y la Unión Soviética iban desarrollando su política de expansión «tous azimuts». El año 1947 era el del Plan Marshall, seguido de la formación del organismo de defensa de la Europa occidental, la OTAN. El imperialismo ruso impone la «guerra fría». Churchill vuelve a ser jefe del Gobierno de Londres y un general llega a la pre- sidencia de los Estados Unidos. Él propio Truman envía una comisión económica a la España de Franco para estudiar su eventual integración a la defensa de Europa. En 1953, Eisenhower firma el pacto de amistad y colaboración con España. Si la «guerra caliente» fue aprovechada por Franco para usurpar el poder en España, la «guerra fría» le servía para mantenerse en él indefinidamente. Pero los «éxitos» de Franco fueron posibles únicamente gracias a los errores de sus adversarios.

El año 1946 fue crucial en la historia contemporánea española: El conde de Barcelona pudo haber sido entonces Rey de España; el país se habría integrado al Plan Marshall y beneficiado de la ayuda economica y técnica que permitió el rápido y «milagroso» renacimiento de la Europa occidental. España sería desde sus inicios miembro del Mercado Común y de todas las organizaciones europeas de integración política y económica. Los errores políticos se pagan muy caros en la historia y la poca visión de futuro de algunos de los líderes de dentro y de fuera son responsables de aquella terrible frustración.

Jaume MIRAVITLLES

sábado, 26 de diciembre de 2009

Discurso de Navidad de la reina Isabel II



Each year that passes seems to have its own character. Some leave us with a feeling of satisfaction, others are best forgotten. 2009 was a difficult year for many, in particular those facing the continuing effects of the economic downturn.

I am sure that we have all been affected by events in Afghanistan and saddened by the casualties suffered by our forces serving there. Our thoughts go out to their relations and friends who have shown immense dignity in the face of great personal loss. But, we can be proud of the positive contribution that our servicemen and women are making, in conjunction with our allies.

Well over 13,000 soldiers from the United Kingdom, and across the Commonwealth - Canada, Australia, New Zealand and Singapore - are currently serving in Afghanistan. The debt of gratitude owed to these young men and women, and to their predecessors, is indeed profound.
It is sixty years since the Commonwealth was created and today, with more than a billion of its members under the age of 25, the organisation remains a strong and practical force for good. Recently I attended the Commonwealth Heads of Government Meeting in Trinidad and Tobago and heard how important the Commonwealth is to young people.
New communication technologies allow them to reach out to the wider world and share their experiences and viewpoints. For many, the practical assistance and networks of the Commonwealth can give skills, lend advice and encourage enterprise.

It is inspiring to learn of some of the work being done by these young people, who bring creativity and innovation to the challenges they face.
It is important to keep discussing issues that concern us all – there can be no more valuable role for our family of nations.

I have been closely associated with the Commonwealth through most of its existence. The personal and living bond I have enjoyed with leaders, and with people the world over, has always been more important in promoting our unity than symbolism alone. The Commonwealth is not an organisation with a mission. It is rather an opportunity for its people to work together to achieve practical solutions to problems.

In many aspects of our lives, whether in sport, the environment, business or culture, the Commonwealth connection remains vivid and enriching. It is, in lots of ways, the face of the future. And with continuing support and dedication, I am confident that this diverse Commonwealth of nations can strengthen the common bond that transcends politics, religion, race and economic circumstances.

We know that Christmas is a time for celebration and family reunions; but it is also a time to reflect on what confronts those less fortunate than ourselves, at home and throughout the world.

Christians are taught to love their neighbours, having compassion and concern, and being ready to undertake charity and voluntary work to ease the burden of deprivation and disadvantage. We may ourselves be confronted by a bewildering array of difficulties and challenges, but we must never cease to work for a better future for ourselves and for others.

I wish you all, wherever you may be, a very happy Christmas.

Royal Family attends Christmas service in Sandringham

jueves, 24 de diciembre de 2009

Palabras de Su Majestad el Rey





En su tradicional mensaje de Navidad, Su Majestad el Rey ha instado a todos los españoles y a las Comunidades autónomas a «superar tensiones y divisiones», a reforzar la cohesión en los grandes temas de Estado, a defender la independencia de las instituciones que emanan de la Constitución y a redoblar los «esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo». En un discurso optimista pero exigente, también ha pedido «mucho sentido de Estado» al Gobierno y a la oposición a la hora de moldear el porvenir e hizo un llamamiento a la honradez.

El mensaje de Nochebuena, que se ha emitido por primera vez en la televisión autonómica vasca, ha ofrecido algunas novedades. Entre ellas, la incorporación de una bandera de la UE junto a la enseña española. A continuación reproducimos el discurso íntegro de Don Juan Carlos:

Mensaje íntegro del Rey

«¡Buenas noches! Mis primeras palabras en esta Nochebuena me salen del corazón para expresar mi afecto y mi mayor felicitación a todos los españoles. Quiero compartir con vosotros ideas y sentimientos sobre España, sobre nuestro presente y nuestro futuro. Unas ideas que buscan el bien de nuestro país, como gran Nación europea de larga historia e inmenso patrimonio. Un país que no puede comprenderse sin esa rica diversidad consustancial al mismo ser de España.

Con este espíritu, mis reflexiones de esta noche se dirigen a pediros que, juntos, acometamos tres tareas fundamentales:

En primer lugar, superar tensiones y divisiones, sobre la base de los principios y valores que alimentan lo mejor de nuestra convivencia e inspiran nuestra Constitución. En segundo lugar, sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado, reforzando nuestra cohesión interna y nuestra proyección exterior. Y, finalmente, redoblar esfuerzos para que España vuelva a crecer y a crear empleo. Cuanto antes, y de forma sostenible.

Vivimos tiempos complejos y difíciles. El siglo XXI va a cumplir su primera década. El mundo es más global en sus posibilidades —gracias a las comunicaciones y a los avances tecnológicos—. Más global también en sus desafíos —que desbordan las fronteras nacionales—. Desafíos que van desde la lacra del terrorismo, la crisis económica o el cambio climático, hasta las pandemias o el narcotráfico. Todos ellos requieren de la acción conjunta de los Estados. Es mucho lo que nos jugamos en los próximos años. El futuro impone decisiones estratégicas de gran calado, tanto a nivel interno, como a escala europea e internacional.

Decisiones en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica. Todas ellas esenciales para no perder el tren del progreso, defender el futuro de nuestro Planeta, y asegurar el mejor porvenir a las nuevas generaciones.
Decisiones que deben tener visión anticipatoria y estar a la altura de los retos planteados. Para afrontar estos retos, es preciso desplegar nuestras mayores capacidades, con una España sólida y cohesionada, en una Europa dinámica y solidaria.
Los tiempos actuales nos reclaman tesón y fortaleza. Fortaleza como país que a todos nos proporciona libertad, estabilidad y progreso. Fortaleza como ciudadanos más preparados y competentes, promoviendo la educación y la igualdad de oportunidades. Fortaleza en el plano económico y social, con un tejido productivo cada vez más innovador, competitivo y activo en el mundo, capaz de mantener y elevar nuestro bienestar social.

Esa mayor fortaleza requiere el más amplio entendimiento y solidaridad entre todos los españoles, entre todas y cada una de nuestras Comunidades Autónomas. No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos. Sabemos cuál es el camino a seguir. En las últimas décadas hemos sido capaces de resolver grandes problemas, contando con el esfuerzo de todos, la voluntad de acuerdo y el liderazgo responsable de nuestros dirigentes políticos, económicos y sociales. La experiencia nos demuestra que todos somos necesarios para culminar con éxito esa tarea.

Sirvamos al interés general. Para ello necesitamos actuar con inteligencia y generosidad, y aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco del respeto a nuestra Constitución.

La Constitución garantiza un amplio abanico de derechos y libertades, fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial, y nos dota de instituciones que son clave para la estabilidad y convivencia democráticas, y el buen funcionamiento del conjunto de España. Unas instituciones independientes para el mejor y más justo ejercicio de sus responsabilidades, por lo que todos debemos preservar esa independencia en aras de la confianza que los ciudadanos tienen depositada en ellas.

En 2009 la grave crisis económica ha llevado a que el desempleo sea la principal preocupación de las familias españolas. Afecta a varios millones de personas, angustiadas no sólo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales. Las dificultades han afectado y afectan a muchos trabajadores y empresas en los diferentes sectores productivos, desde la agricultura y la pesca hasta la industria, pasando por la construcción y los servicios.
Poner fin al desempleoVolver a crecer es el reto más apremiante para poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen. Debemos atender también las legítimas expectativas de nuestros jóvenes, apoyarles e ilusionarles, pues en ello nos va el futuro.

Se han tomado medidas a escala internacional, europea y nacional para detener la crisis y paliar sus efectos. Son muchos los esfuerzos y sacrificios desplegados a todos los niveles. Pero queda mucho por hacer, es preciso seguir adelante. Como ya dije el año pasado, la solución de la crisis exige trabajar juntos en la misma dirección.

Urge un pacto de EducaciónEs pues necesario seguir adoptando medidas, lograr acuerdos entre nuestras fuerzas políticas, económicas y sociales, que permitan, por un lado, asegurar la mayor solidaridad y, por otro, acometer las reformas precisas, a fin de lograr una pronta recuperación en un clima de seguridad y confianza. Urge asimismo —como vengo insistiendo desde hace tiempo— sellar —hoy mejor que mañana— un gran acuerdo nacional en materia de educación e incentivar aún más la innovación.

Se trata de dos factores fundamentales que, junto al trabajo sacrificado de todos, permitirán aumentar nuestra competitividad y productividad y, por ello mismo, nuestro progreso y bienestar.

Tampoco podemos escatimar esfuerzos a favor de la igualdad de oportunidades, de los más pobres, vulnerables y desfavorecidos, ni en la lucha contra la exclusión y la marginación social. A favor de quienes viven problemas que a todos nos incumben, como la discapacidad, las graves enfermedades, la drogadicción, o la inaceptable violencia de género.

En estas fechas tan entrañables, recuerdo con especial emoción —junto a mi Familia— a todas las víctimas del terrorismo y a sus familiares, que cuentan con nuestro apoyo, solidaridad y afecto, así como de toda la sociedad española.

Acabar con el terrorismo —desde el imperio de la Ley, la acción de la Justicia, la sacrificada entrega de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y la cooperación internacional— es un objetivo de todos los demócratas en defensa de la libertad y de los más elementales derechos humanos. Los avances en la lucha contra el terrorismo nos animan a redoblar esfuerzos. Se trata de una prioridad irrenunciable.Una lucha que se extiende al terrorismo internacional, que tan inmenso dolor ya ha causado, y que ha secuestrado de forma intolerable a varios compatriotas —volcados en nuestra Cooperación al desarrollo—, cuya libertad exigimos.

La paz y la seguridad de España no pueden desligarse del resto del mundo. De ahí que quiera volver a subrayar el reconocimiento de la sociedad española a quienes sirven a nuestro país en el exterior. Especial mención merecen los miembros de nuestras Fuerzas Armadas que arriesgan sus vidas en misiones internacionales, incluida la vigilancia frente a acciones delictivas tan inaceptables como la piratería marítima. Y es que nuestra seguridad, nuestro progreso y bienestar, dependen cada vez más de una eficaz protección y promoción de nuestros intereses en el mundo. Lo palpamos a diario. Por ello, importa consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España.

En este marco, dentro de unos días España asumirá por cuarta vez la Presidencia de la Unión Europea, en un momento en que la Unión debe tomar medidas de vital importancia para su futuro. Tras la puesta en marcha del Tratado de Lisboa, resulta prioritario lograr una Europa más unida, dinámica y presente en el mundo.

Moldear el porvenirSon muchos los retos y también las esperanzas que marcan este fin de año. El porvenir al que aspiramos no llegará sólo. Tenemos que moldearlo juntos desde ahora, con profunda confianza en España y en los españoles, aplicando mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar, como de ejercer la oposición.

Como he dicho tantas veces, la España de hoy es capaz de grandes empresas. Con empeño y determinación, se puede ganar la batalla contra la crisis y conseguir cuantos objetivos nos fijemos. Sigamos trabajando para que prime la fraternidad sobre las desavenencias, la confianza sobre el recelo, el bien colectivo sobre los egoísmos particulares, y para que la honradez sea regla inexcusable de conducta.
La Corona tiene como norte el servicio a España y a todos los españoles. Éste es y seguirá siendo mi compromiso diario con todos vosotros. Una tarea con la que el Príncipe de Asturias también está plenamente comprometido.

Para concluir, quiero reiterar —junto a la Reina y toda mi Familia— nuestro afecto a todos los españoles y a cuantos extranjeros residen en nuestra tierra. Queremos expresaros los mejores deseos para el Año Nuevo que esperamos lleno de felicidad para cada uno de vosotros y para vuestras familias. ¡Que sea para todos un Año cargado de paz, concordia, recuperación económica y más empleo! ¡Os lo deseo de todo corazón! Buenas noches».



El Príncipe, protagonista de la foto en un mensaje navideño del Rey con imagen actualizada

Una fotografía de 1985 del Príncipe Felipe acompaña al Rey en el escenario elegido para el tradicional mensaje que el monarca ofrece cada año antes de la cena de Nochebuena. La Casa Real ha propuesto esta vez una imagen más actualizada del discurso del monarca, con una iluminación más clara y planos que muestran de fondo los jardines de la Zarzuela.

El Rey aparece sentado, como es habitual, con los elementos decorativos tradicionales, como el árbol de Navidad y el Belén. A la bandera de España se suma en esta ocasión la de la Unión Europea puesto que nuestro país ocupará, desde el próximo 1 de enero, la presidencia de turno de los Veintisiete.

Una fotografía del príncipe vestido de cadete

En 2008, detrás el monarca aparecía un tapiz de Zarzuela mientras que en esta ocasión tras su imagen se aprecian los ventanales del Palacio de fondo, con las cortinas recogidas, lo que permite ver en algunos planos los jardines y concede a la imagen mayor sensación de profundidad.

En la 'postal' del mensaje navideño del Rey suelen incluirse una o varias fotografías en una mesita junto al asiento que ocupa el monarca. Este año, Don Juan Carlos ha elegido una imagen del Príncipe del año 1985. Se trata de una fotografía de Don Felipe con uniforme de cadete que data de la época en la que pasó por la Academia de Oficiales de Zaragoza.

La fotografía lleva la dedicatoria del Príncipe con el siguiente mensaje: "Para papá, en recuerdo de mi jura de bandera y para que te acuerdes de mi también como cadete. Un abrazo muy fuerte. Octubre de 1985".

En 2008, la foto fue de Luis Aragonés

No es la primera vez que el Príncipe protagoniza la instantánea que acompaña al Rey en su mensaje navideño. En 2001, el Rey ya seleccionó una imagen en solitario del heredero de la Corona. En 2008, el Rey eligió una fotografía de los Reyes con el ex seleccionador español de fútbol, Luis Aragonés, sujetando la Eurocopa. En la instantánea aparecían además el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Fue un guiño de la Casa Real a la 'Roja', que este verano se proclamó campeona de Europa.

En 2007, Don Juan Carlos aparecía plantando un árbol en la cumbre iberoamericana de Chile, la famosa cumbre del "Por qué no te callas" y el año anterior, la instantánea mostraba al monarca saludando a un grupo de personas durante su visita oficial a las Islas Canarias el mes anterior.

En el mensaje navideño de 2005, el Rey aparecía en la fotografía junto al Príncipe Felipe y la recién nacida infanta Leonor y en 2004, los reyes posaban junto a los Príncipes de Asturias en el día de su boda.

Un año antes, la instantánea elegida mostraba a los Reyes ejerciendo de abuelos con cinco de sus nietos mientras que en 2002 aparecían ellos dos solos. En el mensaje de Navidad de 2001, el Rey seleccionó una imagen de un solitario Príncipe Felipe, heredero de la Corona.


Diques a la bronca cotidiana

El Rey pide la unidad de todos bajo la Constitución

A pocas horas de que se emita el tradicional discurso de Su Majestad el Rey, algunos medios ya publican algunos extractos del mismo.

Para conocimiento de todos los lectores de este blog, los reproducimos a continuación a la espera de escuchar a Don Juan Carlos a las 21 horas.

La puesta en escena ha sufrido ligeros cambios. Este año a la bandera de España se une la de la Union Europea, a una semana de nuestra presidencia. Detrás de su majestad el Rey habrá un Nacimiento, como motivo principal de ambiente navideño, junto a un árbol decorado.

La sala donde Don Juan Carlos pronunciara el discurso da a los jardines de Magnolias. Así pues el tapiz de los ultimos años se sustituirá por un ventanal. Se ofrecerá en alta definición, como ha trascendido, y esta vez la foto que podrá verse será una del Príncipe Felipe. La instantánea tiene unn significado especial, ya que está dedicada a su padre. Don Felipe aparece en la misma con el uniforme de la Academia Militar de Zaragoza.

Como novedad también es importante destacar que la ETB, televisión autonómica vasca, emitirá por primera vez en su historia las palabras del Rey.

El Rey pide la unidad de todos bajo Constitución y para volver a crear empleo

Estas son las tres tareas fundamentales para las que el jefe del Estado ha pedido el consenso de los españoles en su alocución de Nochebuena, pocos días antes de que España asuma por cuarta vez la presidencia de la UE, en un momento en que la Unión debe adoptar "medidas de vital importancia para su futuro" y "resulta prioritario lograr una Europa más unida, dinámica y presente en el mundo".

En sus palabras para todos los españoles, el Rey les ha solicitado que, juntos, acometan "tres tareas fundamentales", la primera de ellas superar tensiones y divisiones "sobre la base de los principios y valores" que alimentan "lo mejor de la convivencia" entre los ciudadanos de este país e inspiran la Constitución.

En segundo lugar, el Monarca ha animado a "sumar voluntades en torno a los grandes temas de Estado", reforzando la cohesión interna y la proyección exterior de España, y, finalmente, ha llamado a "redoblar esfuerzos" para que el país "vuelva a crecer y a crear empleo; cuanto antes y de forma sostenible".

Tras recordar que el mundo se enfrenta a desafíos "que van desde la lacra del terrorismo, la crisis económica o el cambio climático hasta las pandemias o el narcotráfico" y "todos ellos requieren de la acción conjunta de los Estados", Don Juan Carlos ha señalado que "el futuro impone decisiones estratégicas de gran calado, tanto a nivel interno como a escala europea e internacional".

Para afrontar estos retos, se precisa "una España sólida y cohesionada", ha añadido el Monarca, quien ha reclamado "tesón y fortaleza" y ha puesto el énfasis en que la mayor fortaleza que necesita el país en el plano económico y social requiere "el más amplio entendimiento y solidaridad" entre los españoles y entre todas las Comunidades Autónomas.

En su discurso, ha recordado que en 2009 la "grave crisis económica" ha llevado a que el desempleo sea la principal preocupación de las familias españolas, que afecta "a varios millones de personas, angustiadas no sólo por la pérdida de ingresos, sino por la falta de horizontes en sus vidas laborales y personales".

Por tanto, ha pedido "redoblar esfuerzos" para que España vuelva a crecer y a crear empleo cuanto antes y de forma sostenible, lo que requiere acuerdos entre las fuerzas políticas, económicas y sociales que permitan "asegurar la mayor solidaridad" y "acometer las reformas precisas".

"Volver a crecer es el reto más apremiante para poner fin al desempleo, garantizando la más alta protección social a quienes lo padecen", ha subrayado el jefe del Estado.

También ha apelado a la necesidad de que todos los españoles sirvan "al interés general", para lo que, según advierte, hace falta actuar con generosidad "y aplicar la fuerza de la unidad, del diálogo y del compromiso, en el marco del respeto a la Constitución".

La Carta Magna "garantiza un amplio abanico de derechos y libertades, fundamenta una avanzada articulación de nuestra rica diversidad territorial y nos dota de instituciones que son claves para la estabilidad y convivencia democráticas y el buen funcionamiento del conjunto de España", argumenta en este sentido.

Tras recordar la importancia de preservar la independencia de esas instituciones, el Rey ha recalcado que, ante los numerosos retos que marcan este fin de año, hay que moldear el porvenir al que aspiran los españoles "aplicando mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar como de ejercer la oposición".

"Sigamos trabajando para que prime la fraternidad sobre las desavenencias, la confianza sobre el recelo, el bien colectivo sobre los egoísmos particulares y para que la honradez sea regla inexcusable de conducta", ha solicitado el Monarca en su discurso.

Asimismo, el jefe del Estado ha exigido la libertad de los tres cooperantes víctimas del "intolerable" secuestro perpetrado en Mauritania por el terrorismo internacional y ha expresado su reconocimiento a los militares españoles que "arriesgan sus vidas" frente a "acciones delictivas tan inaceptables como la piratería marítima".

Como cada Nochebuena, Don Juan Carlos ha recordado "con especial emoción", junto al resto de la Familia Real, a todas las víctimas del terrorismo y a sus familiares, quienes, según ha recalcado, cuentan con el "apoyo, solidaridad y afecto" de la Corona y "de toda la sociedad española".

"Acabar con el terrorismo -desde el imperio de la Ley, la acción de la Justicia, la sacrificada entrega de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, y la cooperación internacional- es un objetivo de todos los demócratas en defensa de la libertad y de los más elementales derechos humanos", ha subrayado el Monarca en su mensaje.

Don Juan Carlos ha lanzado además un llamamiento para "consensuar y coordinar al máximo el papel internacional de España", ya que la seguridad, el progreso y el bienestar de los españoles "dependen cada vez más" de una "eficaz protección y promoción" de sus intereses en el mundo. EFE

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El príncipe Guillermo pasa una noche bajo el puente

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BEGOÑA ARCE
EL PERIÓDICO

A pesar del frío y el hielo, el príncipe Guillermo ha querido vivir a fondo su trabajo humanitario. El futuro rey de Inglaterra pasó una noche durmiendo en las calles de Londres junto a los sin techo. El primogénito del Carlos eligió la pasada semana un rincón, muy cerca del céntrico puente de Blackfriars, para extender su saco de dormir. La experiencia formaba parte de sus tareas como patrón de la oenegé Centrepoint, volcada en la ayuda a gente joven sin un lugar donde vivir.

La primera vez que Guillermo visitó la organización favorita de su madre, Diana de Gales, lo hizo con ella, cuando era un niño. Tras la muerte de la princesa, él ha tomado el relevo. «Pobreza, enfermedades mentales, dependencia del alcohol y las drogas y rupturas familiares son la causa de que mucha gente se vea en la calle», ha declarado el príncipe, que quería llamar la atención de la sociedad sobre este gran problema.

A CUATRO BAJO CERO // El nieto de Isabel II también ha querido entender mejor lo que sienten quienes deben dormir en las aceras, incluso en los meses más crudos del invierno. Durante la noche que pasó al raso, la temperatura descendió a cuatro grados bajo cero. Guillermo tuvo por compañero a su secretario particular, Jamie Lowther-Pinkerton, y a Seyi Obakin, el gestor de la oenegé. Los tres trataron de protegerse del frío colocando cartones sobre el pavimento y aislándose parcialmente con una muralla de cubos de basura. «Pero no había protección contra el terrible frío, el suelo duro o el miedo a verse acosados por los vendedores de drogas, los chulos o esos a los que les gusta dar a los sin techo una buena paliza», ha escrito Obakin en la web de la organización. «Había además obras muy cerca y mucho ruido. No había manera de pegar ojo», declaró después a la BBC.

Según Clarence House, la experiencia contó con «un pequeño elemento de seguridad». A las 6 de la mañana, Guillermo y su compañero recogieron el petate y se fueron a ver a otros sin techo que duermen en el West End. Ya en el Soho, entraron en los locales de Centrepoint, donde pudieron darse una ducha caliente, cambiarse de ropa y tomar un desayuno que preparó el príncipe. Durante sus 40 años de existencia, la oenegé, instalada en los sótanos de una iglesia, ha proporcionado ayuda a 73.000 jóvenes sin techo, poniendo una cama a su disposición y otro tipo de recursos.

Guillermo y su hermano, Enrique, han creado juntos el llamado Fórum de los Príncipes, que se reúne dos veces al año y en el que están integrados todos los grupos a los que ambos ayudan. Las organizaciones que han elegido reflejan lo variado de sus intereses, ya que van desde la atención a niños enfermos hasta el apoyo a la Unión Galesa de Rugby.

domingo, 20 de diciembre de 2009

¿Carlos III o Guillermo V?

http://www.elpais.com/recorte/20091220elpdmgrep_7/LCO340/Ies/principe_Guillermo.jpg

Lola Galán
El País

Las admiradoras neozelandesas del príncipe Guillermo de Gales llevan semanas pendientes de los pormenores de la que será la primera visita oficial del nieto de Isabel II a su país, el mes que viene. Las citas oficiales, inauguraciones y cenas de gala, se detallan ya en una página de Facebook (Prince William: First official visit to New Zealand), que seguirá todos sus desplazamientos. El príncipe Guillermo volará después a Australia, donde pasará dos días, esta vez en visita semioficial. Que Isabel II haya dado tanta responsabilidad a su nieto, de 27 años, demuestra hasta qué punto confía en él. Pero no deja de ser sorprendente. Después de todo, el hijo mayor de la difunta Diana de Gales es el segundo en la línea sucesoria al trono británico. El heredero oficial, uno de los más veteranos, por cierto, en el panorama de las monarquías europeas, sigue siendo su padre, Carlos Mountbatten-Windsor, investido como príncipe de Gales hace 40 años.

La decisión real ha reavivado inevitablemente la polémica sobre el futuro de la Casa de Windsor y de la monarquía británica. Polémica que se resume en una doble pregunta: ¿significa este viaje oficial del príncipe Guillermo que la monarquía británica apuesta por el hijo de la llorada Lady Di para asegurar su futuro? ¿Será Carlos III o Guillermo V el sucesor de Isabel II en el trono del Reino Unido y de otros 15 Estados independientes integrados en la Commonwealth?

El encargado de remover las aguas ha sido el rotativo The Mail on Sunday, versión dominical de The Daily Mail, el diario de las clases medias británicas, monárquico hasta los tuétanos, pero siempre un poco ácido con los Windsor. En una exclusiva publicada hace unos días, el periódico anunciaba la existencia de una operación secreta para convertir a Guillermo de Gales en el rey en la sombra, es decir, en el verdadero sucesor de su abuela. Para ello, el Tesoro británico habría destinado ya una partida económica (deducida de los impuestos que paga su padre, el príncipe Carlos, que percibe 17,6 millones de euros anuales del ducado de Cornualles).

¿Pura fantasía? Hasta los miembros de Republic, un grupo de presión republicano que se jacta de haber facilitado al Mail la exclusiva, consideran la información algo pasada de rosca. "Es una exageración, porque no sería tan sencillo saltarse al príncipe Carlos en la línea dinástica. Eso requeriría un debate ex profeso y un acuerdo del Parlamento. No es una simple decisión de los Windsor", dice Graham Smith, portavoz de Republic, en conversación telefónica.

Buckingham Palace, desde luego, ha desmentido la existencia de la supuesta Operación Rey en la Sombra. Aunque no es la primera vez que un desmentido pretende camuflar una realidad. Y la realidad es que Isabel II, pese a su excelente salud, que confirma la tradicional longevidad de las mujeres de la Casa de Windsor (su madre vivió 102 años), ha cumplido ya 83 años, y dentro de tres celebrará sus 60 años en el trono británico, el llamado Jubileo de Diamantes. Para entonces, su nieto Guillermo tendrá 30 años. Una edad perfecta para casarse con su novia, Kate Middleton, y quizá convertirse en rey de una de las monarquías más ricas, poderosas y arraigadas del planeta. Es cierto que la soberana sigue activa, como lo demuestran los más de 400 actos oficiales que presidió el año pasado. Pero también es cierto que en febrero, y contra su costumbre, canceló una visita a Oriente Próximo, por sobrecarga en su agenda.

Hasta ahora, Isabel II había echado mano de su hijo mayor para cumplir con un calendario de actos interminable, por más que las prerrogativas de una reina constitucional sean pocas. Ya decía el periodista y politólogo británico Walter Bagehot hace más de un siglo, que los poderes de la monarquía se limitaban "al derecho a ser consultado, el derecho a estimular, y el derecho a consolar".

El príncipe Carlos representó a su madre el año pasado en las ceremonias del 90º aniversario del armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial, en Francia. Con su mujer, Camilla, duquesa de Cornualles, ha viajado a América del Sur, y a Canadá, más recientemente. ¿Qué puede haber de extraño en que la reina empiece a contar también con la ayuda del príncipe Guillermo? Absolutamente nada, en opinión de los monárquicos.

"Es normal que quieran darle responsabilidades a Guillermo de Gales. Es muy joven aún, casi desconocido internacionalmente, y es necesario que se vaya formando", opina Alistair McConnachie, secretario de la Monarchist League of Scotland, una asociación minoritaria, pero representativa del purismo monárquico escocés.

En su opinión, el viaje a Nueva Zelanda no significa nada en materia sucesoria. Por una razón fundamental: "La reina Isabel II no abdicará nunca", asegura. Aunque existen precedentes tanto en la Casa de Windsor como en otras familias reales. Eduardo VIII abdicó en 1936 para casarse con la divorciada norteamericana Wallis Simpson, y don Juan de Borbón renunció a sus derechos al trono de España en favor de su hijo don Juan Carlos. Pero en el caso de Isabel II no hay razones personales ni políticas que lo justifiquen.

Hay quien considera, sin embargo, que la segunda esposa del príncipe Carlos, su ex amante Camilla Shand, divorciada y católica, es un potencial obstáculo para su ascenso al trono. Hoy es una discreta dama de 62 años, abuela devota y poco dada a escándalos, pero su pasado la persigue. Hace dos años la cadena británica Channel 4 realizó un documental sobre Camilla en el que se contaba, por ejemplo, que perdió su virginidad en la fiesta de su puesta de largo, en 1965.

Según McConnachie, nada de esto importa a la opinión pública. Por más que se empeñen los periodistas en dañar la imagen de Carlos de Gales, "su hijo sólo le arrebataría el trono si la reina falleciera a una edad avanzada. En ese caso, el príncipe de Gales, que tiene ahora 61 años, sería también muy mayor para ser rey", opina.

Si, por el contrario, la vida de la reina se apaga antes, McConnachie tiene claro que el príncipe Carlos sería el nuevo monarca. Un rey sumamente popular además, según este fervoroso monárquico escocés. "Carlos de Gales ha demostrado ya tener una personalidad fuerte, opiniones claras sobre casi todo. Mientras que su hijo es un perfecto desconocido, sin experiencia, ni personalidad clara". Una página en blanco.

Puede ser, pero precisamente por eso, el príncipe Guillermo no tiene los adversarios que se ha creado su padre. El príncipe Carlos ha intervenido para anular contratos ya firmados con arquitectos famosos, en su defensa numantina de la estética tradicional, de la armonía británica, frente a cualquier modernidad. Ha introducido la agricultura ecológica en su residencia de Highgrove; defiende la medicina natural; es un acuarelista de no mala factura, y ha pasado de ser un personaje ninguneado a ser temido en algunos sectores. Especialmente por su afición a intervenir en política. Según denunciaba esta semana el diario The Guardian, el príncipe se dedica a enviar cartas con sugerencias apremiantes a los ministerios del Gobierno laborista que más le interesan.

¿Quién es en cambio su hijo mayor? El príncipe Guillermo tenía 15 años cuando murió su madre en un accidente de automóvil, el 31 de agosto de 1997. Era entonces un chico serio, alto y con facciones que recordaban mucho a las de Diana. Hoy, a sus 27 años, el parecido con la princesa ha quedado atenuado bajo el peso de los genes paternos, visibles hasta en la incipiente calva en la coronilla. Guillermo, y su hermano Enrique, dos años menor (acaba de heredar al cumplir los 25 años los ocho millones de euros que les dejó su madre a cada uno), estudiaron en Eton, durante un tiempo el internado de los aristócratas británicos, hoy día un colegio copado por los retoños de los multimillonarios de medio mundo. A la edad en la que su padre penaba en el severo internado escocés de Gordonstoun -golpeado con saña por sus compañeros, según confesión propia-, donde había estudiado su padre, el duque de Edimburgo, ellos se divertían practicando el waterpolo, o el rugby, en las magníficas instalaciones de Eton.

Como todos los adolescentes ingleses, Guillermo Windsor se tomó un año sabático antes de ir a la universidad, en 2001. Un tiempo que aprovechó para hacer un safari en África, visitar las islas Mauricio e incluso trabajar en una granja inglesa. En una de las escasas entrevistas que ha concedido, Guillermo contaba a la agencia oficial británica que esta experiencia, levantándose al alba para ordeñar a las vacas y limpiar los establos, por 4 euros la hora, había sido lo mejorcito del año sabático.

Mientras su hermano menor ha dado la nota un par de veces -los tabloides airearon con gran despliegue su disfraz de nazi en una fiesta, y los comentarios racistas hechos en un vídeo grabado por él mismo cuando era cadete en el ejército -, Guillermo es discreto y tímido, poco dado a excesos.

Su educación ha sido la habitual en un príncipe británico. Después de graduarse en la universidad escocesa de Saint Andrews (hizo Geografía), siguió un curso militar en la Academia de Sandhurst. No hace mucho, obtuvo los galones de piloto, y se prepara ahora para ingresar en la unidad de rescate de la RAF. Su hermano y él presiden un foro que aglutina a varias organizaciones caritativas y ambos viven con su padre y su madrastra en perfecta armonía familiar.

El punto débil de Guillermo de Gales puede estar en su novia, Kate Middleton, una atractiva inglesa de clase media, de larga melena castaña, compañera de universidad, y de su misma edad. Los padres de Kate, ex piloto comercial él, ex azafata ella, se han hecho millonarios gracias a un negocio de venta por correo de artículos para fiestas. Los tabloides británicos, tras casi una década de sequía en cuanto a exclusivas escandalosas de los royals, han encontrado un nuevo filón en torno a Kate y a los Middleton. Hace poco, The News of the World, buque insignia de la prensa escandalosa, publicó un reportaje demoledor sobre el tío materno de Kate, Gary Goldsmith. Dos de sus reporteros consiguieron intimar con este floreciente constructor, que les invitó a su mansión de Ibiza, donde hizo gala de su afición a la coca y al hachís, y se ofreció a pasarles la droga que quisieran.

Un incidente que vendría a demostrar la fragilidad pública de la familia real y sus allegados. Por si esto fuera poco, los fotógrafos británicos, provistos de cámaras con lentes potentísimas, se han convertido en la maldición de los Windsor. Gracias a la última tecnología han conseguido imágenes devastadoras, como la del príncipe Eduardo de Wessex, el menor de los hijos de Isabel II, golpeando a sus perros de caza. Unas fotografías publicadas en enero pasado que motivaron una investigación de la sociedad protectora de animales. Casi un año después, la reina ha reclamado respeto a la privacidad de su familia en un comunicado sin precedentes difundido este mes.

¿Significa esto que está próximo el compromiso matrimonial de su nieto y teme una ofensiva de los paparazzi? Los hijos de Diana han disfrutado de un periodo de cierto respeto por parte de los tabloides, impresionados por el duelo popular que desató la muerte de su madre. Pero ese tiempo está tocando a su fin. Las cámaras les apuntan de nuevo, y el viaje oficial del príncipe Guillermo a Nueva Zelanda, con todo lo que significa, puede ser el pistoletazo de salida para una nueva temporada de caza mediática, con el príncipe, presunto sucesor, como presa principal.

sábado, 19 de diciembre de 2009

La Familia Real felicita la Navidad

Zarzuela felicita las navidades con fotos familiares

Mariángel Alcázar, La Vanguardia.

Como es tradicional, la familia real ha hecho públicas las felicitaciones navideñas que cada año por estas fechas envía a las instituciones y entidades, así como a sus amistades y familia. Los Reyes han optado en esta ocasión por ilustran su felicitación con una fotografía de "La Natividad", grupo de figuras que representan a la Virgen, San José y el Niño, pertenecientes al llamado Belén del Príncipe, ya que el rey Carlos III lo encargó para su hijo, el futuro, Carlos IV. Las figuras datan del siglo XVIII y están realizadas según la tradición napolitana, que Carlos III trajo a España tras ser proclamado rey.

Los Príncipes de Asturias han optado por un imagen familiarm en la que aparecen junto a sus hijas, las infantas Leonor y Sofía, sentados en las escaleras de un hórreo tradicional que se levanta en los jardines del palacio de la Zarzuela. Don Felipe y doña Letizia aparecen con atuendos invernales y las dos niñas visten idénticos pichis blancos con flores azules a juego con los jerseys y los leotardos.

Doña Elena, que este año ha firmado el acuerdo de divorcio de su marido Jaime de Marichalar, ha optado por enviar una fotografía veraniega de sus dos hijos, Felipe y Victoria. Los duques de Palma también han escogido una fotografía de sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin, en la que se puede ver a los cuatro niños muy sonrientes sentados a las puertas de su nueva casa de Washington, en donde doña Cristina y su familia viven desde el pasado verano.

Imágenes de las felicitaciones

La Reina se sube al tren

Quiet trip ... Queen and aide on train

La prensa publica unas curiosas imágenes de la reina Isabel II viajando en un tren de viajeros "normal".

Pocos viajeros se dieron cuenta de la presencia de la reina Isabel en el tren que salió el pasado jueves de la estación King's Cross de Londres a las 10:45 horas de la mañana. La monarca británica, de 83 años, decidió pagar 44,75 euros por un billete con destino Norfolk y citó en la estación londinense a un fotógrafo para que captara el momento de su subida al tren. Para no ser descubierta, se vistió de incógnito con un pañuelo en la cabeza y, según el diario británico 'The Sun', reservó doce asientos en primera clase, aunque sólo viajaba con un detective. Un pasajero afirmó que no la había reconocido porque "pensaba que sería algún personaje famoso", pero jamás se imaginaba que pudiera ser la propia reina". Un trabajador de la estación también opinó sobre la inesperada visita de la monarca, y explicó que: "Es un buen ejemplo para los británicos viajando en tren, esperemos que use nuestros servicios más veces".

En The Daily Telegraph se puede ver un vídeo del momento en que la Reina llega a la estación.

domingo, 13 de diciembre de 2009

La Fundación Príncipe de Girona se vuelca en ayudar a los jóvenes


La Fundación Príncipe de Girona, presidida por Felipe de Borbón, celebró ayer en Girona su primera reunión operativa, en la que se decidió que la mayoría de los esfuerzos de la entidad se orientarán hacia la juventud. Fue una reunión plácida y sin el protagonismo de las protestas de grupos de independentistas que suelen marcar las visitas del Príncipe a la ciudad. El encuentro se celebró a unos dos kilómetros de Girona, en un local celosamente custodiado.
La noche anterior, en Figueres (Alt Empordà), solo 12 miembros de Maulets se concentraron contra la visita a la comarca de los Príncipes, Felipe y Letizia, invitados por la Associació Comerç Figueres. La protesta, que carecía del permiso de la Conselleria d'Interior, transcurrió sin incidentes, algo que se reprodujo ayer en Girona. De hecho, los miembros del colectivo independentista serían, dada su juventud, firmes candidatos a algunas de las ayudas que otorga la recién creada Fundación Príncipe de Girona, que aún no tiene medio año de vida.
En la primera reunión con contenido, que duró algo más de una hora y media, se eligieron los primeros proyectos. En total son seis. La fundación tiene como objetivo trabajar en los ámbitos social, científico, académico, cultural, deportivo y empresarial, y encargará un libro blanco sobre la capacidad emprendedora de los jóvenes en estos aspectos. El documento lo elaborará ESADE, junto con otras instituciones académicas internacionales.
También se dio vía libre a la creación de unas becas para proyectos de excelencia que premien iniciativas en este mismo sentido. Además, en el encuentro, celebrado en el Parc Científic i Tecnològic de la Universitat de Girona (UG), se acordó convocar un foro antes del verano en la ciudad para tratar dichos temas.
La otra preocupación de la fundación es el ámbito social. Por eso dos de los proyectos aprobados ayer inciden en este aspecto. Así, se promoverá una iniciativa de investigación con la UG para ayudar en la rehabilitación de discapacitados intelectuales. Y con la Associació Gerd en América Latina se fundará una empresa taller en un país de Latinoamérica para facilitar sillas de ruedas y otros artículos ortopédicos.

EJEMPLO DE IMPLICACIÓN / El patronato, con más de 30 componentes, es un ejemplo de la implicación del tejido social y empresarial catalán. Entre los miembros que ayer acudieron al encuentro presidido por Felipe de Borbón estaba el presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah. También había representantes de bancos y cajas, firmas agroalimentarias, farmacéuticas, constructoras y energéticas. Entre los asistentes políticos destacó el presidente de la Generalitat, José Montilla.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

El Rey ensalza la Constitución por haber permitido «integrar a todos» en España

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El Rey destacó hoy los logros que se han conseguido en estos 31 años de vigencia de la Constitución, una norma producto del "más amplio consenso logrado entre españoles" y "respetuosa de la rica pluralidad y diversidad consustanciales al ser de España". En este marco, prosiguió, se ha conseguido una España moderna y democrática capaz de integrar a "todos" y debe servir para "seguir avanzando" y "superar retos y dificultades siempre en este marco de libertad y concordia".

Así lo expuso Don Juan Carlos tras recibir el premio "FAES de la Libertad" de manos del ex jefe del Ejecutivo y presidente de FAES, José María Aznar, por su compromiso firme y eficaz en la reconciliación de los españoles, su papel en la Transición española y por difundir los valores de democráticos y de libertad en todo el mundo.

En su intervención tras recibir el galardón, el Rey afirmó que los méritos corresponden sobre todo al pueblo español y señaló que ha dedicado estos años a "estimular y articular las aspiraciones democráticas del pueblo español, depositario de la soberania nacional y dueño de su libertad".

Tras repasar algunas de las claves de la España moderna y democrática que han construido juntos los españoles, Don Juan Carlos aseguró que esas mismas claves son también "imprescindibles para el futuro, para seguir avanzando, para plantear nuevos objetivos, para superar retos y dificultades, siempre en ese marco de libertad y concordia, de cohesión y solidaridad, de respeto y de diálogo, de estabilidad y de convivencia".

Previamente, tomó la palabra José María Aznar, quien reivindicó la Transición y el pacto constitucional porque "señalaron un nuevo camino, fomentaron pautas de comportamiento constructivo y actitudes de compromiso cívico". "Nada de esto debería perder vigencia", proclamó, para defender la necesidad de "revitalizar la arquitectura constitucional y asegurar condiciones de estabilidad y eficacacia del modelo organización del Estado".

Numerosos ex ministros

A este acto solemne, que presidieron los Reyes, asistieron alrededor de quinientas personas, entre ellos numerosos ex ministros de los gabinetes de Aznar como Francisco Álvarez-Cascos, Angel Acebes, Eduardo Serra, Isabel Tocino, Rafael Arias Salgado, Pío Cabanillas, Ana Palacio, Abel Matutes, Romay Beccaria, Federico Trillo o Juan José Lucas, entre otros.

También estaban presentes el presidente fundador, Manuel Fraga, la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. El líder del PP Mariano Rajoy, no acudió al final porque esta mañana debatía en el Congreso con el jefe del Ejecutivo sobre la nueva Ley de Economía Sostenible.

Discurso de Su Majestad el Rey
Discurso del Presidente Aznar

lunes, 30 de noviembre de 2009

Juan Carlos I: la Transición coronada

JOSÉ MARÍA AZNAR, presidente de FAES y ex presidente del Gobierno
ABC

Creo sinceramente que para la inmensa mayoría de los españoles la Transición que alumbró la Constitución de 1978 constituye un motivo de orgullo común. Pese a la profunda transformación social que ha experimentado España, el aprecio por la Transición y por quienes la hicieron posible continúa teniendo un alcance auténticamente nacional. En todas las Comunidades Autónomas, varones o mujeres de todas las edades, con cualquier nivel de estudios, de izquierda o de derecha, en el campo o en la ciudad, los españoles siguen creyendo que el proceso político que tuvo lugar en España hace ya tres décadas realmente estuvo bien hecho y es para sentirse orgullosos. Es llamativo que esa convicción haya permanecido casi intacta durante tanto tiempo, porque la costumbre de la libertad puede hacernos perder la perspectiva histórica e incluso hacernos creer que la democracia llegó a España porque tenía que llegar, porque ya nos tocaba. Pero eso nunca ocurre en ningún lugar. Si hay motivos de orgullo es porque se sabe y se reconoce que en el alumbramiento de nuestra democracia hubo mucho más que el simple flujo natural de las cosas. Sin duda, existían las condiciones en las que el tránsito era posible, pero eso no aseguraba el éxito.

España afrontó la Transición en medio de un proceso de turbulencias económicas y políticas de alcance mundial que inmediatamente se convirtieron en una crisis de empleo hasta entonces desconocida. La conflictividad social se extendió rápidamente, y entre 1975 y 1980 se produjeron más de 450 muertes causadas por algún tipo de violencia política. El legado del autoritarismo pesaba en la economía, en la sociedad y en la cultura política, y dificultaba el retorno de la sociedad civil.
Los retos que hubo que abordar eran difíciles uno a uno; pero eran mucho más que eso cuando coincidían en el tiempo, y justo en el momento en el que nuestro país se esforzaba por alcanzar su libertad. Transformar el legado del autoritarismo en una democracia moderna y en un país abierto y próspero exigió mucho más que «permitir» el cambio: exigió «hacerlo posible», trabajar para ello. No bastaba con dejar hacer a la sociedad. Había que animarla, orientarla y ofrecerle caminos por los que avanzar en unas circunstancias adversas, con miedo e incertidumbre y con una ayuda exterior menos generosa de lo que cabía esperar. España permaneció fuera de las Comunidades Europeas hasta 1986, e hizo la Transición casi siempre con el viento en contra. Si todas estas dificultades se vencieron no fue porque se dejó que las cosas simplemente siguieran su curso. Si nadie hubiera tenido la claridad moral, la inteligencia política y el coraje personal necesarios para hacer que fueran como afortunadamente fueron, las cosas habrían sido muy distintas.

En los momentos de crisis y desorientación es precisamente cuando se revela el auténtico sentido y el valor de las ideas y de los principios políticos. Ellos son los que nos permiten encontrar el rumbo y mantenernos firmes en él pese a todo, cuando no hay puntos de referencia claros y cuando todo está aún por crear. Es la única compañía segura cuando se sienten la soledad del cargo y el peso de la Historia. La decisión de construir un país para todos los españoles fue la clave que orientó el proceso hacia la política de la reconciliación. Fue también la que fijó el nivel de exigencia moral necesaria en el punto más alto posible, porque abordar la tarea de hacer una España para todos era algo que nunca habíamos sabido hacer. Incluso había quien creía que los españoles padecíamos algún tipo de maldición histórica que nos inhabilitaba para la vida pacífica en una sociedad abierta. Afortunadamente, decidimos desafiar a nuestra Historia.

Hoy, cuando son tantos los problemas que tenemos pendientes, es necesario recordar que éstos no son el legado de la Transición, sino el resultado de nuestros propios actos, porque en 1978 culminó la creación de un sistema de libertades pleno. El primer instrumento para ese desafío histórico fue la Ley para la Reforma Política, cuya aprobación en referéndum puso fin a la política de la ruptura que algunos patrocinaban. Este hecho es fundamental y no siempre es suficientemente recordado: fueron las urnas las que acreditaron, fijaron y legitimaron el modelo de transición que finalmente tuvo lugar. Fueron los españoles los que eligieron la reforma y rechazaron la ruptura.

En España se acudió a las urnas para abordar las cuestiones políticas esenciales en 1976, en 1977, en 1978 y en 1979. Fue un proceso político en el que cada paso se dio para el pueblo español, pero también -y aún más importante- «con» el pueblo español. Esto es lo que ha hecho posible que la Transición y la Constitución hayan sido sentidas siempre por los españoles como hechos de los que nosotros mismos fuimos protagonistas. Porque realmente lo fuimos. Algo que contrasta vivamente con la distancia y la impostura que caracterizan invariablemente las iniciativas políticas de quienes pretenden erosionar el valor normativo de la Norma Fundamental.

Conviene recordar esto especialmente a los más jóvenes, porque padecemos un ambiente político enrarecido por el deseo, minoritario pero estridente, de poner en duda la base misma de nuestra convivencia mediante la idea de que se trata de una democracia impuesta. Quienes dentro de unos días esperarán pacientemente su turno para contemplar la sede de la soberanía nacional no venerarán lo que se hizo en 1978, sino que celebrarán, como cada año, el hecho de que desde esa fecha disponen plenamente de su voz y de su voto. Si además los españoles guardamos un profundo sentimiento de orgullo colectivo por nuestra Transición, es porque reconocemos en ella un modo especialmente elevado de ejercer la libertad: la Transición es el fruto de la libertad que se ejerce teniendo presente el bien de todos.

Esto es lo que debemos aprender y esto es lo que debemos recordar y premiar como ejemplo que debe pervivir en nuestra memoria común: no sólo que las cosas salieran bien, sino que en mitad de la niebla de la Historia se eligiera el camino recto que nos condujo hasta la libertad. Por eso las cosas salieron bien. Su Majestad el Rey Juan Carlos encarna esa decisión primera que puso en marcha todo lo demás. Su persona fue la clave para que España coronara la conquista de su libertad, coronara su transición a la democracia. Por esta razón, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, que tengo el honor de presidir, ha acordado conceder al Rey el I Premio FAES de la Libertad. Es un premio a Su Majestad por su contribución personal a la conquista de la libertad política en España como fruto de un esfuerzo intelectual y moral ejemplar. Es un premio a la institución que encarna. Lo es también a toda una generación de políticos españoles que supieron fijar la altura a la que el país y ellos mismos debían estar, y cumplieron; una generación que Su Majestad guió y encabezó. Finalmente, FAES premia al Rey como símbolo del pueblo español que quiso ser libre, y lo fue. Para FAES constituye un inmenso honor que Su Majestad haya aceptado recibir este premio.

G. K. Chesterton escribió que la mediocridad probablemente consiste en hallarse delante de la grandeza y no darse cuenta de ello. Hay mucha grandeza en el pueblo español y la hay en su Rey. Necesitamos recordárnoslo porque en ocasiones padecemos la tiranía de quienes simplemente son incapaces de comprender la magnitud de la empresa histórica que es la democracia española.

Para todos, feliz fiesta de la Constitución. Feliz fiesta de la libertad.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La Infanta Elena y Jaime de Marichalar firman el convenio que pone fin a su matrimonio

ABC

La Infanta Elena y Jaime de Marichalar han acordado hoy el divorcio de su matrimonio con la firma del correspondiente convenio regulador y "mantienen una fluida interlocución en todo lo referente al interés común de sus hijos".
Según informan sus abogados en un comunicado conjunto al que ha tenido acceso Efe, ambos "testimonian el afecto y consideración que por Don Jaime siente la Familia de Su Alteza Real la Infanta, como ha sido así a lo largo de estos dos últimos años".
El comunicado -firmado por el abogado de la Infanta, Jesús Sánchez Lambás, y la letrada de Jaime de Marichalar, Cristina Peña, precisa que Doña Elena y Jaime de Marichalar han suscrito el convenio regulador de los efectos de su divorcio "de mutuo y común acuerdo".
Fuentes jurídicas que han participado en este proceso han explicado a Efe que ya se ha iniciado el trámite de este convenio a través del correspondiente juzgado y han subrayado la necesidad de no desvelar los términos concretos del acuerdo para proteger a los hijos, menores de edad.
Los Duques de Lugo -que contrajeron matrimonio el 18 de marzo de 1995 y tienen dos hijos, Juan Felipe Froilán (de 11 años) y Victoria Federica (de 9)- anunciaron el 13 de noviembre de 2007 el "cese temporal de la convivencia" del matrimonio.
A raíz de su separación, Jaime de Marichalar permaneció en el que fue domicilio conyugal, mientras que Doña Elena se trasladó a una nueva residencia junto a sus dos hijos. Desde entonces, Jaime de Marichalar se ha encontrado en algunos actos públicos con los Reyes, que siempre se mostraron muy cariñosos con él.
La Infanta Elena cumplirá 46 años en diciembreLa hija mayor de los Reyes, que el próximo 20 de diciembre cumple 46 años, contrajo matrimonio con Jaime de Marichalar en la catedral de Sevilla ante 1.300 invitados y representantes de 33 casas reales el 18 de marzo de 1995, día en el que el Rey le concedió el título de Duquesa de Lugo, que no es hereditario, y que Jaime de Marichalar no podrá utilizar cuando se produzca el divorcio.
Ese 18 de marzo, la Infanta Elena protagonizaba la primera boda real que se celebraba en España desde el 31 de mayo de 1906, cuando Alfonso XIII se casó con Victoria Eugenia de Battemberg.
Los Duques se establecieron en París después de contraer matrimonio y dos años después se trasladaron a Madrid, ciudad en la que nacieron sus dos hijos.
Desde su separación de hecho, la Infanta, como miembro de la Familia Real, ha continuado representando a la Corona en distintos actos oficiales y desarrollando su trabajo, desde julio de 2008, como directora de Proyectos Sociales de la Fundación Mapfre. Es licenciada en Ciencias de la Educación.
Hoy ha cumplido con su agendaDoña Elena ha acudido esta mañana a la Facultad de Humanidades de la UNED para presidir la entrega de los IV Premios Universidad-Empresa y tenía previsto visitar por la tarde a la Reina, quien no ha podido acompañar al Rey en la visita de Estado a Malta que comenzaba hoy por encontrarse indispuesta.
Jaime de Marichalar, que cursó estudios de Economía, es desde 2001 consejero delegado de Cementos Portland y desde 2004 miembro del Consejo de Administración de Loewe.
El 21 de noviembre de 2008 se dio a conocer su cese como presidente de la Fundación AXA, antigua Fundación Winterthur, en donde comenzó su labor diez años antes, aunque continuó vinculado con el Grupo AXA en España como miembro del Consejo de Administración de cinco sociedades.
Jaime de Marichalar pertenece a una aristocrática familia castellana, vinculada desde antiguo a la Monarquía. Su abuelo, Luis de Marichalar y Monreal, vizconde de Eza, fue ministro del Ejército y Marina durante el reinado de Alfonso XIII.

Reportaje del enlace en La Vanguardia y en ABC

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tradicional apertura del Parlamento británico



Una vez más hoy se ha cumplido con la tradición en la apertura del Parlamento británico por la reina Isabel II.

Con toda la pompa que da lustre a la Monarquía, la Reina ha pronunciado el discurso de la Corona, escrito por el Primer Ministro y que habla del programa de Gobierno para el curso parlamentario que se inicia.

La ceremonia es relativamente nueva, se celebró por primera vez en 1852, durante el reinado de la reina Victoria. Sin embargo, algunos de los elementos de la ceremonia se remontan a siglos anteriores como la Corona Imperial que luce la Reina y la preservación de la independencia entre la Cámara de los Comunes y la de los Lores.

La Reina no puede entrar en la Cámara baja y envía un emisario para que avise a los parlamentarios con el encargo de que acudan a la Cámara alta. Esta independencia se mantiene desde el intento de Carlos I de clausurar el Parlamento en 1642.

Para garantizar que la Reina no será secuestrada por los parlamentarios y regresará sana y salva a Buckingham Palace, un parlamentario es retenido en Palacio durante la ceremonia hasta que la Reina llega a su residencia.

Isabel II ha presidido la apertura del Parlamento todos los años desde 1952 excepto en dos ocasiones: en 1959 y en 1963 por estar embarazada del Príncipe Andrés y del Príncipe Eduardo.

Página web del Palacio de Westminster explicando la ceremonia

Galerías de fotos: una, dos, tres

Discurso de la Reina: en castellano e inglés

Queen's Speech: The traditions of State Opening of Parliament




domingo, 15 de noviembre de 2009

Obama y el protocolo real


Democrat president Barack Obama bows to Japan's Emperor Akihito and Empress Michiko 11-09


Los medios de comunicación americanos, y también parte de los europeos, se hacen eco de la visita del Presidente Obama a Japón y destacan la exagerada reverencia que le dedicó al emperador Akihito.

Lejos de la leve inclinación de cabeza que sería lo correcto protocolariamente, más teniendo en cuenta que ambos son Jefes de Estado, es decir, con igual dignidad oficial y el pasado bélico entre ambos países, Obama hace una exagerada inclinación hasta formar un ángulo recto con su cuerpo y quedar su cabeza por debajo de la del emperador lo que teniendo en cuenta la remarcable estatura de ambos líderes pone aún más en ridículo el gesto.

Estados Unidos siempre ha tenido debilidad por la Realeza, tal vez por su pasado como súbditos del monarca británico. En el pasado siglo XX encontraron su propia Familia Real en los Kennedy y la llamada Corte de Camelot. Con la muerte de Ted Kennedy el pasado verano, de alguna manera se extinguía el glamour de esa dinastía.

En "Los Angeles Times" recuerdan las relaciones complicadas de los Obama con la realeza. Se preguntan como de bajo puede llegar Obama mostrando una foto del saludo al emperador de Japón así como la inclinación igualmente exagerada del Presidente al Rey Abdullah de Arabia Saudí, país que no respeta los derechos humanos, y que fue considerado como un "gesto humillante". En este enlace se preguntan si Obama saludaba al rey Abdullah o limpiaba el suelo, y se pueden ver varios vídeos del momento.

En esa misma recepción, celebrada en el Palacio de Buckingham con motivo de la reunión del G-20, también resultó polémico el gesto de Michelle Obama pasando el brazo por la espalda a la reina Isabel II (fotos y vídeo).

En estos detalles se puede certificar una vez más el valor de la Monarquía y la experiencia que le aporta a un jefe de Estado haber conocido a políticos de todas las culturas y condiciones, para conservar un bagaje de gran utilidad en las relaciones internacionales.

Como ejemplo, la galería fotográfica de la reina Isabel II con los 11 presidentes que han transcurrido por la Casa Blanca durante su reinado, desde Eisenhower hasta Obama… hasta el momento.

Historia de España en el siglo XX: La decisión del Rey

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El País publica un extracto del libro de Julián Casanova y Carlos Gil Andrés, "Historia de España en el siglo XX" (Editorial Ariel), en el que se profundiza sobre nuestro pasado más reciente.

En este extracto se analiza el primer día de reinado de Don Juan Carlos aún con el General Franco corpore in sepulcro en la capilla ardiente en el Palacio Real.

A las 12 horas y 35 minutos del 22 de noviembre de 1975, los acordes del himno nacional anunciaron la entrada del príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón, vestido con el uniforme de capitán general, en el hemiciclo de las Cortes. En su interior, puestos en pie, le esperaban los miembros del Gobierno, los procuradores y consejeros nacionales y los invitados que llenaban la tribuna superior. Después de ocupar el sitio de honor dispuesto en la presidencia del estrado, el presidente de las Cortes y de los Consejos del Reino y de Regencia, Rodríguez de Valcárcel, procedió a tomar juramento al nuevo rey según lo dispuesto en la Ley de Sucesión de la Jefatura del Estado: "Juro por Dios y sobre los Evangelios cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional". A continuación, Juan Carlos I pronunció su primer mensaje dirigido a la nación, un discurso de apenas doce minutos que contenía referencias esperanzadoras. El monarca declaró el inicio de "una nueva etapa en la historia de España", manifestó su deseo de alcanzar un "efectivo consenso de concordia nacional" y su intención de integrar a "todos los españoles", admitió la existencia de "peculiaridades regionales", la necesidad de realizar "perfeccionamientos profundos", el "reconocimiento de los derechos sociales y económicos" y la apuesta decidida de la Corona por la integración en Europa.

Pero esas frases no fueron las más celebradas por los concurrentes. La crónica de La Vanguardia recogió el detalle de la duración de los aplausos que interrumpieron el discurso del Rey. Treinta segundos cuando recordó con respeto y gratitud la figura de Francisco Franco, diez segundos después de invocar el buen nombre de su familia y la tradición monárquica de cumplimiento del deber y de servicio a España, diecisiete segundos cuando subrayó "las peculiaridades nacionales y los intereses políticos con los que todo pueblo tiene derecho a organizarse de acuerdo con su propia idiosincrasia". La interrupción más larga, treinta y cinco segundos, llegó después de que el Rey recordara la lucha "por restaurar la integridad territorial de nuestro solar patrio", una de sus más firmes convicciones. Los últimos aplausos no fueron para él. Al terminar el discurso, y después del grito unánime de "¡Viva España!", todos los procuradores y consejeros nacionales se volvieron hacia la tribuna de invitados para ovacionar durante veinte segundos a Carmen Franco Polo, "un último homenaje al Generalísimo Franco". En el mismo periódico, el dibujante Máximo San Juan publicó una viñeta con un mapa de España con terciopelo bordado sobre el que descansaba la corona y el cetro, y añadió un texto que resumía bien las esperanzas y las preocupaciones de quienes, fuera del hemiciclo, esperaban encontrar en las primeras palabras del Rey gestos que pudieran interpretarse como una apuesta por el cambio hacia una sociedad democrática.

(...) Pocos signos de cambio se pudieron ver en esos días. En el salón de columnas del Palacio de Oriente seguía abierta la capilla ardiente de Franco. Según las crónicas, ya habían pasado más de trescientas mil personas a despedir al dictador, y en las tiendas de confección de Madrid se habían agotado las existencias de corbatas negras. El mensaje del Rey a las Fuerzas Armadas, "salvaguarda y garantía" de las Leyes Fundamentales, volvía a hablar de las "virtudes de nuestra raza" y prometía la defensa "a cualquier precio de los enemigos de la Patria". Al día siguiente, el domingo 23 de noviembre, en el funeral de Estado, el cardenal primado de España y arzobispo de Toledo, Marcelo González Martín, recordó la comunión de la espada que Franco entregó un día al cardenal Gomá y la cruz que iba a coronar su tumba, dos símbolos que habían protagonizado "medio siglo de la historia de nuestra patria", y subrayó el deber de conservar la "civilización cristiana, a la que quiso servir Francisco Franco, y sin la cual la libertad es una quimera" y que el hombre muere "ahogado por un materialismo que envilece". Entre los mandatarios extranjeros, ausentes los representantes de las democracias europeas, destacaba la capa gris del general Augusto Pinochet. El dictador chileno alabó al "Caudillo que nos ha mostrado el camino a seguir en la lucha contra el comunismo", contra "el marxismo que siembra el odio y pretende cambiar los valores espirituales por un mundo materialista y ateo".

El recuerdo permanente de la Guerra Civil presidió el funeral del "Generalísimo". El cortejo fúnebre que salió del Palacio de Oriente llegó hasta el Arco de Triunfo de la Ciudad Universitaria y desde allí emprendió el camino hacia la basílica de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. La multitud congregada en la explanada exterior entonó el Cara al sol, el Oriamendi y el himno de la legión, con la presencia destacada de grupos de ex combatientes, que iban a ser recibidos por el nuevo Rey en su primera recepción oficial. En el interior del templo, detrás del altar mayor, esperaba la fosa abierta junto a la tumba de José Antonio Primo de Rivera.

(...) Lo que entonces empezaba no tenía un curso fijo ni un plan determinado. Había tanta ilusión esperanzada y expectación como ambigüedad e incertidumbre. Todo el mundo, dentro y fuera de España, salvo los nostálgicos del espíritu del 18 de julio, reconocía que se iba a abrir una nueva época histórica, que a corto o a medio plazo el cambio político sería inevitable, pero eran muy pocas las coincidencias en torno a la manera de llevar adelante ese proceso, quiénes serían sus protagonistas y cuál sería su alcance y resultado final. Desde luego, el grueso caparazón del régimen franquista que controlaba el poder no contenía el embrión de la democracia y tampoco el nuevo jefe del Estado ofrecía las mejores garantías. Al PSOE no le había sorprendido el mensaje del Rey en las Cortes, que a su juicio renovaba su compromiso con la dictadura. En octubre del año anterior, el congreso del partido había subrayado su apuesta por la república como forma de Estado. Para Santiago Carrillo, el dirigente del PCE, el nuevo monarca pasaría a la historia como Juan Carlos "el breve". En aquellos momentos, la oposición democrática no se planteaba otro escenario que no fuera el de la ruptura política, la movilización social y la constitución de un Gobierno provisional sin ataduras con el pasado.

En el discurso de su proclamación, el Rey había basado su legitimidad en tres principios diferentes: la tradición histórica, las leyes fundamentales del Reino y el mandato del pueblo. Pero lo cierto es que la corona no le llegaba por sucesión real -el derecho al trono seguía en manos de su padre, don Juan, que permanecía en el exilio- y que los parlamentarios que le escuchaban en las Cortes no representaban, ni mucho menos, la voluntad de la soberanía nacional. Su única legitimidad en esos momentos, por tanto, procedía del testamento político del dictador, de la legalidad franquista vigente. Si quería salvaguardar la monarquía, tenía que servirse de ella para iniciar un proceso de reforma, controlado desde el interior de las instituciones, que permitiera la creación sin sobresaltos de un régimen representativo homologable dentro del marco político europeo. Un difícil equilibrio entre la continuidad y el cambio.

Historia de España en el siglo XX, de Julián Casanova y Carlos Gil Andrés. Ediciones Ariel. Fecha de publicación: 18 de noviembre. Precio: 29,90 euros.

Divorcio de mutuo acuerdo de los Duques de Lugo

La Infanta Elena y Jaime de Marichalar se casaron en Sevilla el 18 de marzo de 1995. | G8

El Mundo publica la noticia de que los Duques de Lugo podrían estar ultimando un acuerdo de divorcio amistoso.

Según esta información, Don Jaime de Marichalar perdería el título de Duque de Lugo y pasaría una pensión a la Infanta para la manutención de sus hijos.

Se comenta también la posibilidad de presentar una demanda de nulidad matrimonial ante el Tribunal de la Rota del Vaticano.

Dos años después de anunciar la "separación temporal" de los Duques se pondría así final a 12 años de matrimonio.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Visita de los Príncipes a India



ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS
ABC

Los Príncipes de Asturias terminaron anoche en Nueva Delhi uno de los viajes más intensos de su vida oficial y también uno de los más emocionantes para Don Felipe, que ha heredado de su madre, la Reina, la pasión por la India. No ha habido discurso en el que no recordara los «frecuentes viajes» que hizo «durante mi infancia y juventud a esta tierra que nos cautiva». Por ello, regresar ahora con la Princesa para realizar su primera visita oficial juntos, tenía una especial significación. Sin embargo, los Príncipes tenían una agenda tan apretada que no han podido disfrutar en privado de «las maravillas» de la India.

Ayer, en su última jornada, se reunieron con las principales autoridades de la República. Almorzaron con la presidenta, la hindú Pratibha Patil, y la comida se desarrolló de forma tan agradable que se prolongó 40 minutos más de lo previsto. También se vieron con el primer ministro, Manmohan Singh, que es sij; cenaron con el vicepresidente, Mohammad Ansari, que es musulmán, y recibieron al líder de la oposición, Lal Krishna Advani.

Además, los Príncipes se descalzaron, como señal de respeto, para rendir homenaje al Mahatma Gandhi, ante cuyo mausoleo lanzaron pétalos de flores y recordaron los «Siete pecados sociales» que describió el líder pacifista. Como obsequio recibieron un busto de Gandhi.

Inauguraron el Instituto Cervantes de Delhi, el primero de la India. El edificio linda con el Templo Hanuman, el dios mono de la religión hindú, pero también el dios de la gramática. Habitualmente hay unos 80 monos merodeando por el Instituto Cervantes, pero ayer sólo había dos machos dominantes, alquilados por la directora de la institución, Carmen Caffarel, para que ahuyentaran a los demás. En el acto, el Príncipe destacó la «creciente demanda» de aprender español que hay en la India, donde consideran a nuestro idioma «un instrumento idóneo pra abrirse nuevas oportunidades».

Antes de partir también recibieron a la colonia española de Delhi. Entre ellos, el nuncio de Su Santidad en la India, Pedro López Quintana, quien, a preguntas de ABC, comentó que la mayor parte de los católicos de este país asiático son parias o intocables.

El gusto de los monarcas hecho bronce en el Palacio Real

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- La muestra Brillos en bronce. Colecciones de Reyes se inaugura este jueves

- Es una colección de Patrimonio Nacional de pequeñas joyas en bronce

- Se trata de la primera vez que se hace una exposición de este tipo en España

La colección de Patrimonio Nacional de pequeñas joyas en bronce, una de las más importante y ricas de Europa, se exhibe por primera vez en la exposición Brillos en bronce. Colecciones de Reyes.

Una selección de 130 piezas de esta colección, junto con algunos préstamos, bronces en su mayoría, además de pinturas y obras sobre papel, forman la exposición que, organizada en colaboración con la Fundación Banco de Santander, inaugura este jueves la Infanta Elena en el Palacio Real.

El recorrido por las diez salas que la forman permite hacer una reconstrucción del gusto de los monarcas españoles, en función de sus circunstancias históricas y las ideas estéticas, desde finales del Renacimiento, con la colección de Felipe II, hasta la época moderna en tiempos de Carlos IV.

Esa gran desconocida

Escultura de bulto redondo, con una altura inferior a los 50 centímetros, vaciados por el método de la cera perdida y modelados y acabados con gran perfección técnica, el pequeño bronce surgió en Italia como objeto precioso de colección destinado a los gabinetes.

Brillos en bronce.Colecciones de reyes es la culminación de un trabajo de muchos años de las comisarias Rosario Coppel y María Jesús Herrero, quienes han señalado durante la presentación que la escultura en bronce en las colecciones reales españolas, a pesar de su gran importancia, es una de las menos conocidas por el público y no se ha hecho nunca en España una exposición de bronces.

Con un cuidado montaje, el recorrido se inicia en la época de los Austrias, con los bronces del Renacimiento que Felipe II reunió en una importante colección con piezas heredadas de su padre Carlos V, de su tía María de Hungría y de obsequios de importantes mandatarios.

"El Espinario", atribuido a Guglielmo della Porta, preside esta sala en la que también destacan obras de Giambologna, el artista más reputado de la época, una escultura de Felipe II, atribuida a Jacques Jonghelinch y la pieza de 8 centímetros "Lucerna", procedente de Mantua.

Un abanico de gustos y estilos

Los siguientes espacios profundizan en el gusto de Felipe IV, cuya presencia la marca Diego Velázquez y su viaje a Roma para encargar esculturas destinadas a la decoración del Alcázar madrileño.

Una reproducción de la "Fuente de los Cuatro Ríos" hecha por Gian Lorenzo Bernini en bronce, así como el retrato ecuestre de Felipe IV, atribuido a Pietro Taca, y obras de Antonio Susini ilustran la sala a la que sigue la dedicada a "Los Planetas y Baco", la serie más importante de obras de Jacques Jonghelinck..

Con la llegada de los Borbones a comienzos del siglo XVIII se produce un cambio de gusto en la corte, que se refleja en todos los ámbitos palaciegos y se plasma en las preferencias artísticas de Felipe V, que heredó de su padre Luis el Gran Delfín una parte de las colecciones que este había reunido.

La colección de bronces de la corona francesa estaba compuesta por reducciones de estatuas clásicas y por algunas copias de obras de Miguel Ángel, Alessandro Algardi o Bernini.

Destacan en la sala los bronces del retrato ecuestre de Felipe V, de Lorenzo Vaccaro, y el retrato del Gran Delfín Luis de Borbón y Austria.

Amor por el coleccionismo

A las adquisiciones de Felipe V e Isabel de Farnesio, en las que destaca la compra de la colección del marqués de Carpio, se dedica el siguiente espacio en el que, por primera vez desde el siglo XIX, se puede contemplar el libro que mando hacer el Marques de Carpio con dibujos de todas las esculturas que formaban su colección.

Cuando Carlos III abandonó Nápoles para acceder al trono de España no trajo ninguna obra procedente de las excavaciones de Herculano y Pompeya, pero ordenó hacer moldes en yeso de algunas para vaciarlas en bronce.

Junto a algunas de ellas se pueden contemplar dos retratos ecuestres de Carlos de Borbón, uno con peluca corta y otro con peluca larga.

A continuación se exhibe la colección de pequeños bronces de Carlos IV, gran mecenas de las artes decorativas, entre ellas algunas de las pertenecientes al Conde de Proy, adquirida por el monarca.

Los siguientes espacios hacen un recorrido por los bronces franceses, en los que se percibe la formación clásica de los artistas, su atracción por el barroco romano y su interés por la anatomía.