martes, 23 de noviembre de 2010

La boda del príncipe Guillermo será el 29 de abril en Westminster

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Agencias

Ya hay fecha para la boda del año sólo una semana después del anuncio de compromiso. El próximo 29 de abril el príncipe Guillermo de Inglaterra y su prometida, Kate Middleton, contraerán matrimonio en la abadía de Westminster. Un día 29 (de julio de 1981), también se casaron los padres del príncipe, Carlos y Diana.

Los costes de la boda (la misa, el banquete, la música, las flores, la decoración y la luna de miel) correrán a cargo de la familia real y de la familia Middleton, mientras que los gastos de seguridad serán pagados por el contribuyente británico.

Por su parte, Downing Street, residencia oficial del primer ministro británico, David Cameron, ha anunciado que el día de la boda, que cae en viernes, será festivo en Inglaterra y Gales, mientras que el Gobierno escocés tendrá que decidir si hace lo mismo.

El lugar de sus abuelos

El secretario privado del príncipe Guillermo, Jamie Lowther-Pinkerton, ha señalado que la pareja ha elegido la Abadía de Westminster (donde se casaron la reina Isabel II y el duque de Edimburgo en 1947) por su "extraordinaria belleza" y su "intimidad", a pesar de su gran tamaño.

"En un emplazamiento vinculado históricamente a la Familia Real porque ha sido durante mucho años iglesia real", agregó Lowther-Pinkerton al dar detalles de la boda en St.James, palacio contiguo a Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos.

Según explicó el secretario privado, los responsables de preparar la boda han tenido en cuenta la difícil situación económica por la que atraviesa el Reino Unido. "Todas las partes que preparan la boda, no sólo el príncipe Guillermo y la señorita Middleton, quieren asegurar que hay un equilibrio entre una jornada de alegría y la actual situación económica", agregó el secretario privado. "Por eso, la Familia Real y la familia Middleton se harán cargo de la boda", añadió.

El hijo mayor de Carlos de Inglaterra y Lady Di, fallecida en 1997, afirmó hace algún tiempo que calculaba que se casaría cuando tuviese 28 o 29 años, aunque posteriormente aseguró que no sería tan pronto. Finalmente, acertó con la edad.

El primogénito de Carlos de Inglaterra y la fallecida Lady Di contó que aprovechó un viaje "romántico" a Kenia realizado el pasado mes para preguntar a la que ha sido su pareja durante los últimos ocho años si quería casarse con él.

El enlace se está convirtiendo ya en todo un acontecimiento de Estado. Se prevé, por ejemplo, que la boda reporte a la economía británica unos 620 millones de libras (unos 730 millones de euros).

Un obispo destituido

Por otro lado, el obispo de la Iglesia Anglicana Peter Broadbent ha sido destituido por sus "comentarios profundamente ofensivos" sobre el futuro matrimonio, al que auguró no más de siete años de duración.

Así lo ha anunciado el obispo de Londres, Richard Chartres, quien en un comunicado ha declarado además estar "horrorizado" por las afirmaciones vertidas por Broadbent hace unos días en su página de Facebook, donde expresó su contrariedad por la boda real. Broadbent, obispo de Willesden (en el noroeste de Londres), fue destituido de sus funciones públicas "hasta próximo aviso".

"Al igual que la mayor parte del país, comparto la alegría por la noticia del compromiso", subrayó el obispo de Londres, quien ha hablado con la familia real sobre el asunto. "He tenido la oportunidad de hablar con el obispo Peter sobre cómo fue que hizo esos comentarios y me ha hecho constar que se disculpa sin reservas".

Según publicó la prensa británica el pasado fin de semana, Broadbent calificó a los miembros de la monarquía británica de "mujeriegos". "Los Windsor y sus antecesores no tienen un buen historial de permanecer en matrimonios. No los conozco, y no me corresponde celebrarlo. Sólo desearía que no tuviéramos que pagarla", dijo al referirse a la boda.

Los príncipes de Asturias, recibidos en Perú con honores de Estado

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MARIANGEL ALCAZAR
LA VANGUARDIA

El presidente de Perú, Alan García, ha recibido a los Príncipes de Asturias con honores de Estado por partida doble. En la ceremonia oficial de bienvenida, don Felipe ha cruzado el patio de armas del palacio presidencial a través de una alfombra roja, flanqueada por un regimiento de los húsares de Junín, que le han rendido honores mientras doña Letizia, por una confusión en el protocolo, daba un rodeo por un lateral junto al resto de la comitiva oficial de los Príncipes. Alan García ha saludado al Príncipe en el acceso al palacio e inmediatamente ha empezado a sonar el himno de España, sin esperar a doña Letizia que ha llegado minutos más tarde. Tras escuchar los himnos de ambos países, Alan García ha corregido el error protocolario y, tras saludar a doña Letizia con un beso en la mano, le ha ofrecido el brazo para bajar de nuevo al patio de armas y acompañarla en un camino de ida y vuelta, mientras la guardia de honor rendía honores a la Princesa.

Los Príncipes de Asturias han iniciado con esta ceremonia oficial su primer viaje oficial a Perú. Tras colocar una ofrenda floral ante el monumento a los próceres que en el siglo XIX lucharon por la independencia de la corona española, don Felipe y doña Letizia fueron recibidos por Alan García en el palacio presidencial, situado en la plaza de Armas símbolo del poder colonial en la época del virreinato. Alan García ha mantenido una reunión con don Felipe, mientras doña Letizia ha sido atendida por Josefina García, hija del presidente, que ejerce de primera dama tras la separación de sus padres. García, casado durante más de 30 años con Pilar Norés, anunció recientemente su separación tras asumir públicamente la existencia de un hijo extramatrimonial.

El encuentro entre el presidente peruano y el Príncipe de Asturias ha sido calificado por ambas partes de "cordial, franco y afectuoso". Alan García ha agradecido el apoyo de España a Perú en la consecución de un acuerdo con la Unión Europea y también el papel que juegan las empresas españolas en el desarrollo del país. El Príncipe ha recordado que España es el primer donante y el primer inversor en Perú y ha transmitido al presidente peruano un saludo personal del Rey, con quien García se verá la próxima semana en el marco de la Cumbre Iberoamericana que tendrá lugar la ciudad argentina de Mar de Plata. Los Príncipes han regalado al presidente peruano un cuadro titulado Las dos orillas y García ha obsequiado a don Felipe con un bastón de mando incaico. Tras el encuentro con el mandatario peruano, los Príncipes se han trasladado a la sede del congreso, donde fueron recibidos por el presidente del parlamento, César Zumaeta, a quien don Felipe ha agradecido la acogida brindada por el gobierno y el pueblo peruano en su primera visita oficial al país.

domingo, 21 de noviembre de 2010

El Rey que reconcilió a las dos Españas

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ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

ABC

«HOY comienza una nueva etapa de la historia de España». Desde que el Rey pronunció esta frase en su primer mensaje a los españoles hasta hoy han transcurrido 35 años que constituyen el más largo periodo de paz civil, progreso y libertad de nuestra historia reciente. Un periodo sin precedentes solo ensombrecido por el látigo asesino de ETA y, más recientemente, por una grave crisis económica que amenaza con convertir en un paréntesis esta etapa de prosperidad.

Hasta aquel 22 de noviembre de 1975 y durante el último siglo y medio la historia de nuestro país había sido la de media España contra la otra media, el fracaso de la convivencia entre españoles de ideas enfrentadas. Pero aquel día Don Juan Carlos habló de un futuro distinto al afirmar que quería ser el Rey de todos los españoles, por encima de las diferencias políticas. La Corona ofrecía un horizonte de concordia y reconciliación a una España que había abandonado el subdesarrollo, pero que afrontaba su futuro con una mezcla de esperanza y temor. Había deseos de libertad, pero temían poner en peligro el desarrollo que había empezado en los años 60.

Era la primera vez que los españoles oían una afirmación similar en boca del Jefe del Estado. Aunque sus palabras fueron recibidas con escepticismo por una parte de la sociedad española, pronto les siguieron los hechos. Tras la celebración, año y medio después, de las elecciones democráticas, el 6 de diciembre de 1978, los españoles acudieron a votar la primera Constitución de la historia sometida a referéndum popular —las anteriores solo las aprobaron las Cortes— y la única que ha contado con el consenso y la aceptación de todos, desde la derecha conservadora al Partido Comunista.
Hasta entonces los españoles no habían sabido acordar un marco político y jurídico de convivencia en el que se desarrollaran en paz las discrepancias que se producen en el seno de cualquier sociedad viva.

Estos siete lustros de paz civil, estabilidad y progreso sin precedentes han borrado de la memoria colectiva la historia turbulenta de la España contemporánea, cuyo último coletazo fue el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Esa noche el Rey volvió a demostrar que era el primer defensor de la democracia. Atrás quedaban cuatro guerras civiles, cinco magnicidios, decenas de atentados, cerca de 200 pronunciamientos militares y golpes de Estado, siete Constituciones sin consenso (la de 1876 solo tuvo el de la burguesía y no supo incluir después a las clases trabajadoras); 142 presidentes de Gobierno se sucedieron a lo largo de 142 años, la mayoría sin llegar a cumplir un año de mandato; privación de libertades y vidas condenadas al exilio o a la intolerancia. «No podíamos repetir los errores del pasado. De ahí que apostáramos por el respeto mutuo, la tolerancia, la reconciliación y la concordia», explica el Rey, convencido, desde el primer momento, de que «la normalidad democrática era inaplazable».

Como consecuencia de esos más de cien años de inestabilidad y violencia, en los años 30 del siglo pasado casi la mitad de la población española era agrícola y el 44% de sus habitantes (58,2% de las mujeres) eran analfabetos. Los campesinos cobraban sueldos de miseria y la renta media de los españoles era solo el 40% de la que tenía un alemán de la época. En cuanto se dieron las condiciones de estabilidad y paz social, España abandonó su retraso secular y experimentó un proceso de modernización, democratización y europeización sin precedentes. A modo de ejemplo, en 1975 España apagaba su última locomotora de vapor y, 35 años después, está a la cabeza del mundo en kilómetros de alta velocidad. La esperanza de vida ha aumentado siete años y hasta la estatura media de los varones ha subido siete centímetros por la mejora de la nutrición.

Una extraordinaria transformación protagonizada, sin duda, por el pueblo español, pero en cuyos inicios jugó un papel esencial una generación de políticos que supo encauzar ese proceso con inteligencia y generosidad y en plena sintonía con las aspiraciones de los ciudadanos. En comparación con los 142 presidentes de Gobierno en 142 años de etapas anteriores, el Reinado de Don Juan Carlos se ha caracterizado por la estabilidad y por una tranquila alternancia democrática en la que solo se han producido cinco cambios de jefes del Ejecutivo en 35 años, de los que el PSOE ha gobernado veinte, el PP ocho y el centro, seis.

Aprender del pasado

Tras esta historia de éxito, en los últimos años se ha producido un deterioro de la convivencia política, especialmente entre los dirigentes, lo que sumado a una crisis económica cuyo fin no se atisba, ha dibujado un horizonte poco esperanzador. Igual que hizo hace 35 años, la Corona ha marcado el camino y ha apuntado a la lección de responsabilidad histórica que dieron los dirigentes políticos de los años 70, cuando fueron capaces de resolver una crisis institucional dentro de una grave crisis económica. «No nos podemos permitir que las legítimas diferencias ideológicas resten energías al logro de los consensos que piden nuestros ciudadanos», afirma el Rey. «Está en nuestras manos —añade el Príncipe— demostrar que los españoles de hoy no sólo aprendimos aquella gran lección de responsabilidad nacional, sino que podemos volver a ser ejemplo de capacidad y de superación».

Artículos publicados en ABC con motivo del 35 aniversario de la proclamación del Rey:

35 años al servicio de España

35 años de estabilidad

El Rey más cercano a los españoles

Embajador ante el mundo

Ultima ratio

La maravillosa innovación monárquica

Tres días de noviembre: de Franco a Don Juan Carlos I

Amplio despliegue el que dedica La Gaceta este domingo a los "tres días que cambiaron España", tal y como titula el especial en el que repasa, con apoyo de fotografías y documentos inéditos hasta ahora, cómo España pasó "de la agonía" del franquismo, y del propio Generalísimo, a "la Monarquía".

Entre los documentos que muestra La Gaceta podemos ver el "borrador manuscrito" que escribió el todavía Príncipe Juan Carlos antes de presidir su primer Consejo de Ministros como Jefe de Estado en funciones. Fue durante la enfermedad de Franco el 9 de agosto de 1974.

También destaca la reproducción del telegrama que el Conde de Barcelona, Don Juan, envía desde Francia al ya proclamado Rey, su hijo Don Juan Carlos. Sorprende por escueto y frío. Al menos ésta es la sensación que destila: "QUE DIOS TE BENDIGA Y BUENA SUERTE ABRAZOS PADRE".

La Gaceta ha accedido asimismo a las fotos nunca vistas de Franco, el Rey y el Príncipe Felipe, así como al borrador del discurso de proclamación de Juan Carlos I de Borbón, con apuntes de su propio puño y letra.

Precisamente la ceremonia de proclamación fue una de las más cuidadas por la Casa Real y el propio Rey, a través de la "operación Alborada", cuyos documentos secretos desvela ahora el diario de Intereconomía. Se celebró el 27 de noviembre de 1975. La Gaceta señala que dichos documentos revelan el interés de la Familia Real por demostrar en dicha ceremonia que España había cambiado. "Hasta España se había desplazado la mayor concentración de mandatarios internacionales que nuestro país había visto nunca", apunta el diario.

Además, destaca que "aquel día parecía que la barrera histórica de los Pirineos había desaparecido". También dice que "la Casa del Rey facilitó al pueblo español que pudiera participar de esta jornada de exaltación al Monarca".

Llama especialmente la atención la lectura de los tres folios en los que el Príncipe Juan Carlos preparó el Consejo de Ministros que presidió el 9 de agosto de 1974. Franco se encontraba convaleciente en el Pazo de Meirás y Arias Navarro propuso que el Príncipe de España tutelara la reunión como jefe de Estado en funciones.

El documento gráfico de La Gaceta muestra tres folios manuscritos con anotaciones, tachados y subrayados del puño y letra del propio Juan Carlos Primero cuando aún era príncipe.

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martes, 16 de noviembre de 2010

Vocación de servicio

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Ramón Pérez Maura
ABC

Cuando murió Diana de Gales el 31 de agosto de 1997 no fueron pocos los que dieron por finiquitada con ella la Monarquía británica. Trece años después parece claro que con su muerte -propia de una pobre niña rica dispuesta a disfrutar de todos los privilegios que le daba su matrimonio, mas rebelde contra todas las ataduras que ese vínculo forzaba- se cerró una etapa que fue extremadamente dañina para la institución monárquica. Como reza el último verso del soneto de Cervantes ante el túmulo de Felipe II en Sevilla, “fuese y no hubo nada”. El anuncio de la boda de su hijo primogénito, que por la sangre de su padre es segundo en la línea de sucesión a la corona británica, puede contribuir a revivir el apagado recuerdo de la que Elton John bautizó como la Rosa de Inglaterra.

El Príncipe Guillermo de Inglaterra ha sido educado para ser un día Rey en los cinco continentes –en su condición de Rey de Inglaterra y cabeza de la Commonwealth será Soberano, entre otros países, de Canadá o de Australia. Sabe bien, por haberlo sufrido más que nadie, lo que supuso el erróneo matrimonio de sus padres. Para él como hijo y para la institución a la que está llamado a servir. El reto de su matrimonio no es sólo el de ser capaz de formar una familia unida –que ya es mucho- sino el de demostrar que con las lecciones aprendidas en su propia casa ha sido capaz de escoger a la mujer adecuada para ser Reina de Inglaterra.

Si se mantienen las disposiciones vigentes, Kate Middleton sucederá a Isabel II en el tratamiento de Reina de Inglaterra, aunque no en la plenitud del título. Isabel Il es reina titular y Kate lo será como consorte. Y si se cumplen las previsiones sucesorias, la Duquesa de Cornualles, mujer del Príncipe de Gales, no ostentará el título de Reina como tampoco ha querido emplear el de Princesa de Gales como muestra de respeto a la difunta Diana. Claro que, cuando murió Diana eran muchos los que decían que Carlos no podría casarse nunca con Camilla. Pero su matrimonio en 2005 no fue nada controvertido y contribuyó a consolidar la imagen pública del heredero. Quién sabe. Es posible que las razones que llevaron a anunciar entonces que la nueva Duquesa de Cornualles no ostentaría nunca el título de Reina de Inglaterra puedan considerarse hoy caducas.

En todo caso los Windsor abren hoy una nueva etapa. Décadas de la dinastía sobreexpuesta a los medios de comunicación plantean la difícil cuestión del papel que los británicos esperan de su Monarquía. Pero, sobre todo, demuestra el valor de la señorita Middleton. Diana intentó servirse de los medios de comunicación y acabó muriendo mientras huía de ellos. Una triste metáfora de su vida. Y para estar dispuesto a enfrentarse a ese acoso mediático el resto de su vida hay que estar muy enamorado y tener mucha vocación de servicio. Si no, no hay nada que compense lo que espera a quien no ha sido preparado para lo que ahora tiene por delante.

El anillo de Kate Middleton, «heredado» de Lady Di



Tras el anuncio hecho hoy oficial de que el príncipe Guillermo de Inglaterra contraerá matrimonio en 2011 con su novia Kate Middleton, todos los ojos curiosos miraban hacia el dedo anular de la futura princesa. Y ella, ataviada con un bellísimo traje azul petróleo, ha mostrado esta tarde la joya. El color del traje no había sido escogido al "tuntún"; de hecho, compaginaba perfectamente con el azul del zafiro central del anillo de compromiso, salpicado de brillantes.

Se trata de la misma sortija de compromiso que lució la malograda Diana de Gales (como muestra la imagen, tomada en 1996 en un acto en el Ballet londinense), algo que forma parte de los empeños del propio príncipe William como que la ceremonia coincida con el trigésimo aniversario del enlace de sus padres, a pesar de que aquel matrimonio no acabó bien, como es por todos conocido. Será la próxima primavera o verano. El príncipe lo ha hecho para "recordarla", porque según ha expresado: "Es mi manera de asegurarme de que mi madre no se pierde el día de hoy y toda la emoción". El segundo en la línea de sucesión al trono británico sella así su amor con una joya muy especial para él.

El príncipe Guillermo y su prometida se casarán en primavera o verano del año próximo en Londres, después de ocho años de discreto noviazgo. Así lo ha anunciado hoy en un comunicado Clarence House, la residencia y despacho oficial del príncipe Carlos de Gales, heredero de la Corona británica y padre del novio, sin especificar más detalles de la que sin duda será la boda del año.

Prometidos desde octubre

Guillermo y Kate, ambos de 28 años, se prometieron oficialmente -aunque sin hacerlo público- este octubre durante unas vacaciones en Kenia, tras lo cual el príncipe buscó la bendición de su abuela, la reina Isabel II, para casarse, y pidió formalmente la mano de su prometida al padre de ésta, Michael Middleton. Según la BBC, Guillermo entregó entonces a su novia el anillo de compromiso de su madre, la difunta princesa Diana, para mostrarlo hoy al pueblo británico y a los ojos del mundo. Se conocieron en 2001 cuando los dos estudiaban Historia del Arte -aunque él acabó finalmente Geografía- en la Universidad de Saint Andrews en Fife (Escocia), donde además compartieron piso durante cuatro años.

La pareja vivirá en el norte de Gales, donde el príncipe sirve en una unidad de la Real Fuerza Aérea del Reino Unido (RAF) después de graduarse como piloto de rescate el pasado septiembre.

Con esta boda, Kate Middleton -apodada últimamente por la prensa "waity Katie" ("la paciente Katie")-, que es de clase media alta, se unirá a la lista de mujeres sin sangre azul que se han casado con príncipes británicos, entre ellas Sophie Rhys-Jones, esposa del príncipe Eduardo (hijo menor de Felipe de Edimburgo e Isabel II), o Sarah Ferguson, ex mujer del príncipe Andrés. Otras mujeres que llegaron a la Casa Real sin ser princesas, aunque sí eran miembros de la aristocracia, fueron la propia Diana de Gales, de la familia Spencer, o Camilla Parker Bowles, esposa actual del príncipe Carlos.

Sesión fotográfica


Amplia información en The Daily Telegraph

El príncipe Guillermo y Kate Middleton se casarán en 2011

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Agencias

El príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión a la corona británica, se casará con su novia Kate Middleton el año próximo, según ha informado Clarence House, residencia oficial del príncipe Carlos.

El compromiso se produjo el mes pasado durante unas vacaciones en Kenia. El comunicado dice: "El Príncipe de Gales se complace en anunciar el compromiso del príncipe Guillerno y Catherine Middleton. La boda tendrá lugar en la primavera o el verano del año que viene en Londres".

Además, añade que el príncipe ha informado a su abuela, la reina Isabel II, y a los miembros más cercanos de su familia, además de pedir permiso al padre de su ya prometida.

Tras la boda, "la pareja vivirá en el Norte de Gales, donde el príncipe Guillermo continuará su servicio en la Royal Air Force".

Guillermo, de 28 años, conoció a Middleton, también de 28, mientras los dos estudiaban en la Universidad de St. Andrews (Escocia), en 2001. Llevan juntos ocho años, aunque en 2007 rompieron y estuvieron separados durante varios meses.

El hijo mayor de Carlos de Inglaterra y Lady Di, fallecida en 1997, afirmó hace algún tiempo que calculaba que se casaría cuando tuviese 28 o 29 años, aunque posteriormente aseguró que no sería tan pronto. Finalmente, acertó con la edad. La ceremonia coincidirá con el 30 aniversario de la boda de sus padres.

El primer ministro británico, David Cameron, ha dicho a través de su portavoz que desea lo mejor a su pareja y que está "encantado". Por su parte, el líder laborista, Ed Miliband, ha asegurado que "todo el país les deseará la felicidad".