lunes, 31 de enero de 2011

Dispuesto a reinar, pero sin prisa

http://www.redajo.com/redajoblog/wp-content/uploads/2008/01/felipe11.jpg

ABC

Sin prisa por ser Rey, pero dispuesto a asumir con toda responsabilidad la Jefatura del Estado cuando llegue el momento. Una sucesión que todos desean lo más lejana posible por el afecto a Don Juan Carlos, pero que se abordará en su día con la normalidad propia de la Institución monárquica, que tiene garantizada la continuidad de la Jefatura del Estado.

Así es como afronta el Príncipe de Asturias su 43 cumpleaños. Una fecha especialmente importante porque hoy también se cumplen 25 años de su mayoría de edad y de la jura de la Constitución ante las Cortes Generales del Reino. Cinco lustros en los que Don Felipe se ha estado preparando para reinar y en los que también ha ido marcando un rumbo y ha mostrado su forma de hacer las cosas.

Con motivo de este aniversario, la Casa de Su Majestad el Rey convocó a principios de esta semana a un grupo de periodistas. A la reunión en el Palacio de La Zarzuela se acercó el Príncipe de Asturias, quien compartió algunas reflexiones con los informadores sobre su situación institucional y personal, 25 años después de haber asumido ese compromiso.

El Rey quiere normalidad

A Don Felipe se le ve satisfecho con la labor que realiza como Heredero de la Corona, lo que, unido a su formación, le ha aportado unos cimientos muy sólidos para asumir la Jefatura del Estado con toda responsabilidad cuando lo marque el destino. Una cuestión que el Rey también quiere que se aborde con normalidad y previsibilidad.

En la reunión, los portavoces del Palacio de La Zarzuela aseguraron en varias ocasiones que no hay ninguna aceleración del proceso de relevo ni ninguna operación de abdicación en marcha. Ni siquiera, impaciencia, insistieron, pues el Príncipe está muy satisfecho con la labor que está realizando. Como prueba de que no hay ningún proceso de sucesión, recordaron las palabras que dirigió el Rey en su último mensaje de Navidad: «Sigo y seguiré cumpliendo siempre con ilusión mis funciones constitucionales al servicio de España. Es sin duda mi deber, pero también mi pasión». Además, reiteraron que Don Juan Carlos superó con éxito hace meses el problema de salud por el que fue operado de un pulmón el pasado 8 de mayo.

Pilar de la Monarquía

En cualquier caso, consideran que es positivo recordar en este aniversario que el Heredero de la Corona está dispuesto y a la orden para asumir esa responsabilidad cuando llegue la hora. Si hace 25 años Don Felipe dio un paso más en la continuidad dinástica con su juramento de acatamiento a la Constitución y fidelidad al Rey, ahora el Príncipe reitera su disposición a ceñirse la Corona cuando llegue el momento. Lo cierto es que, hasta ahora, apenas se ha hablado con naturalidad de la sucesión, porque con frecuencia va unida a un hecho doloroso. Sin embargo, se trata de un pilar básico de la Monarquía, que aporta estabilidad y continuidad de forma automática y evita el vacío en la Jefatura del Estado.

Precisamente, la intervención quirúrgica practicada el año pasado al Rey y su posterior convalecencia llevó a Don Felipe a asumir actos a los que Don Juan Carlos no pudo asistir. Fue algo excepcional, breve y transitorio, pero que puso de manifiesto la capacidad de la Institución para resolver esa situación de forma tranquila, sin sobresaltos ni alteraciones.

Esta efeméride también ha servido a la Casa del Rey para mirar hacia atrás y hacer balance de la preparación que ha recibido Don Felipe como futuro Rey. En Zarzuela consideran que el Príncipe recibió una formación adecuada para la función que está llamado a realizar y que acertaron en su enfoque quienes la diseñaron, junto con el Rey, tanto en el terreno académico como militar.

Una educación que, por un lado, es la más específica que jamás haya recibido un Monarca español y, por otro, está en sintonía con la que han recibido los jóvenes de su generación. Además de conseguir el equilibrio entre la formación académica y la militar, su preparación fue completada con cursos en instituciones europeas y visitas de trabajo a casi todas las instituciones públicas de relevancia.

Ahora también se considera un acierto la decisión que se adoptó hace quince años, en 1996, cuando Don Felipe finalizó los estudios y se integró plenamente en la función pública al servicio de los intereses de España. De esta forma se dotó de contenido la actividad del Heredero de la Corona cuya función no está descrita en la Constitución. La Carta Magna apenas dice nada de las funciones propias del Príncipe de Asturias. Únicamente el artículo 59.2 prevé que el Heredero podrá ejercer la regencia en caso de inhabilitación del Rey reconocida por las Cortes Generales.

Sin precedentes

Aunque sus circunstancias eran muy distintas de las de sus antecesores, tampoco existían precedentes recientes en los que inspirarse, pues Alfonso XIII nació Rey y tanto Don Juan como Don Juan Carlos vivieron una situación peculiar como Herederos de la Corona española. Cuando se debatía sobre su futuro, Don Felipe ya tenía una idea muy clara que en seguida empezó a llevar a la práctica: «Ser Heredero no significa estar a la espera. Ser Heredero es prepararse para ser Rey», afirmaba. Y así lo ha venido haciendo el Príncipe desde que terminó su formación.

Desde 1996, ha realizado más de 200 viajes al exterior; entre ellos ha asistido a la toma de posesión de 57 jefes de Estado iberoamericanos, ha recibido a cerca de 20.000 personas y ha pronunciado más de 900 discursos. Además, ha mantenido contacto con 95 jefes de Estado que han visitado España y con los de la mayoría de los países a los que él ha viajado.

Un valioso bagaje

Esta labor como Heredero de la Corona le ha llevado a acumular unos contactos y un bagaje que se consideran una experiencia muy valiosa y que le han convertido en un extraordinario embajador de los intereses de España y en promotor de los valores positivos y culturales de nuestro país, señalan en Zarzuela. En otras palabras, el Príncipe es un eficaz instrumento de la política exterior de España.

Cada año, Don Felipe realiza una media de 320 actos oficiales, una velocidad de crucero que tiene previsto mantener a corto plazo, aunque en los últimos tiempos ha incorporado algunas actividades nuevas, como las audiencias militares, que complementan a las que concede el Rey. También han ganado profundidad algunos de sus discursos, como los que pronuncia en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias y en algunos actos de la Fundación Príncipe de Girona. Además de estas dos instituciones, Don Felipe es presidente de honor de la Fundación Codespa, del Real Instituto Elcano y de la Asociación de Periodistas Europeos.

A pesar de mantener este ritmo de actividad, en algunos sectores sigue extendida la idea de que el Príncipe no es suficientemente conocido por la opinión pública. Sin embargo, en Zarzuela se considera que Don Felipe no tiene que estar presente diariamente en los medios de comunicación, como les ocurre a los políticos. El Príncipe está convencido de que mantener su ritmo de trabajo es el camino para llegar en las mejores condiciones al momento de la sucesión.
Personas muy próximas a Don Felipe subrayan que el Príncipe siempre ha cumplido el papel constitucional que le corresponde a la Corona. Nunca ha suscitado polémicas ni conflictos, jamás ha roto la neutralidad política ni ha invadido competencias y siempre ha colaborado con el Rey.

Volcado en sus hijas

Un capítulo trascendental en la vida del Heredero de la Corona fue su matrimonio con Doña Letizia y el nacimiento de sus dos hijas, las Infantas Leonor y Sofía. Desde el punto de vista institucional la llegada al mundo de las dos niñas supuso la continuidad de la Dinastía. Pero también permitió descubrir nuevas facetas personales del Príncipe de Asturias. Don Felipe se ha revelado como un hombre profundamente preocupado por la formación de sus hijas, cuya educación desea que se aproxime a la de los demás niños. También ha insistido en la defensa de la privacidad de las Infantas y en su deseo de pasar con ellas el mayor tiempo posible.

Hasta ahora, el Príncipe se ha referido en muy pocas ocasiones al día en en el que sea proclamado Rey, pero lo que sí ha adelantado es una «vocación de continuidad» rotunda y firme con el modelo de Monarquía de Don Juan Carlos y Doña Sofía, «aunque las circunstancias serán diferentes y también las personas», dice. Don Felipe aplicará su propio estilo y personalidad, pero su deseo es que la Corona siga siendo «una institución útil al servicio de España y respetada y querida por todos los españoles».

No hay comentarios: