domingo, 16 de enero de 2011

Juan Carlos, el hombre de la mirada triste

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¿Cómo fue la relación entre don Juan y don Juan Carlos antes de saber quién de los dos sería posiblemente el rey de España? ¿Generó conflicto entre ellos? ¿Qué peso tuvo Franco en la educación de don Juan Carlos? ¿Cómo se tomó la decisión de que fuese don Juan Carlos rey y no don Juan? ¿Abdicó don Juan, hijo y padre de reyes, voluntariamente? El periodista Abel Hernández aporta un rayo de luz a la relación entre Don Juan y el actual Rey de España en Don Juan y Juanito, un libro que tiene la llave de la España que nunca fue y que pudo ser.

Pregunta: ¿Qué hay de cierto y de mito en la relación de don Juan Carlos con su padre?

Respuesta: Hay de verdad que hubo mucho conflictos. Franco había eliminado a don Juan como candidato al trono, y éste no esperaba que su hijo participara en la exclusión. Fue un trago muy duro para los dos. Don Juan sentía que su hijo le traicionaba entre comillas, que se llevaba mejor con Franco que con él…pero nunca se rompió la relación entre ellos, a diferencia de lo que a veces se comenta. En 1966, el Rey doña Sofía habían sido invitados a una importante reunión en Estoril a la que declinaron en el último momento acudir. Don Juan montó en cólera y dijo cosas horribles, pero María de las Mercedes siempre fue el hilo conductor en la relación entre ambos. Don Juan soñaba con España, pero Juan Carlos la vivía.

P: ¿Le llegó a perdonar Don Juan esa especie de traición por parte de su hijo a la que se refiere?

R: Sí. Me consta, por los diferentes testimonios a los que he acudido para documentarme, entre los que se encuentra el de la infanta Pilar, que estaba muy orgulloso de su hijo. Al final, se dio cuenta de que aquella situación que tanto dolor le había ocasionado se resolvió de la mejor forma que se pudo hacer, aunque tuviera que abdicar a favor de su hijo. Además, murió feliz al comprobar que su Juanito cumplió con su proyecto político: dejar fuera de la Monarquía el Movimiento y convertirse en el rey de todos los españoles. Y además ser querido por su práctica totalidad.

P: Esta teoría se reforzaría  con aquellas imágenes de Don Juan Carlos en las que aparece llorando en el entierro de su padre

R: Aquel momento fue muy intenso. El Rey lloraba, entiendo yo, porque se le acumulaba todo lo vivido: el enorme sacrificio que había hecho para esto separándose de su familia a los 10 años, la ausencia de su padre, de su madre, la muerte de su hermano... A pesar de que don Juan llegó a utilizarle como un instrumento político en la pugna con Franco, como pelota de pimpón entre Estoril y el Pardo. No hay personaje más dramático que él en el siglo XX. No llegó a entrar en la Tierra Prometida.

P: ¿Con quién se llevaba mejor el Rey? ¿Con su padre o con su madre?

R: Desde el punto de vista humano, con su madre. La primera persona a la que llama tras su nombramiento es a María de las Mercedes antes que a Don Juan. Cuando no podía hablar con él se ponía a llorar.

P: Pilar Eyre afirma en su libro María La Brava que la madre del Rey se refugió en el alcohol cuando murió en circunstancias trágicas su hijo Alfonso, ¿es cierto?

R: Yo creo que sufrió una gran depresión a raíz de este suceso, que se desarrolló un Jueves Santo de una forma tremenda. Siempre se sintió culpable por haberles dejado jugar con la pistola. Además, este acontecimiento coincide con la muerte de su madre y la menopausia. Yo pienso que a raíz de esto, según testimonios cercanos, el Rey ha tenido una mirada muy triste y nostálgica toda la vida. Es imposible borrar algo así.

P: ¿Cuál era la verdadera relación de Don Juan Carlos con Franco?

R: Aquí tuvo mucho que ver la reina Sofía a quien conoció en 1960 en las Olimpiadas. Le dijo que se tenía que llevar bien con él, porque era quien tenía la llave hacia la Monarquía. Hasta el punto de que en aquella reunión de 1966 en la que don Juan se enfadó mucho con el Rey, ella le convenció para que mintiese a su padre y fueran a ver a Franco a El Pardo, que les vigilaba de cerca. Por eso creo que el papel de la Reina es muy importante. Ella había vivido una situación similar con la salida de su hermano Constantino del poder en Grecia y sabía qué pasos se debían seguir y cuáles no.

P: ¿Qué papel desempeña doña Sofía en este proceso?

R: El de una mujer conservadora, pero muy realista. No se le ha hecho justicia, pero ella se negó a irse a vivir a Estoril como pretendía don Juan, por eso a Franco le gustaba tanto la Princesa. Hay mujer como Amparo Illana que han contribuido de una forma absoluta al devenir de nuestro país.

P: ¿Don Juan Carlos también ha tenido muchos conflictos con su hijo?

R: Claro, como en todas las familias. Lo que no quita el afecto entre padre e hijo. La diferencia es que el Príncipe se lo tendrá que trabajar como hizo su padre para ser querido y respetado por los españoles, un pueblo que no brilla por sus ideales sobre la Monarquía. He hablado alguna vez con el Príncipe y sé que está técnicamente mejor preparado que su padre. Es un hombre fiable, gracias, en parte, a la influencia de su madre. No veo riesgo grave de que, cuando pase algo, no logre convertirse en el rey de España.

P: ¿Qué pensaría don Juan de la situación actual de la Monarquía y de la boda del príncipe Felipe y Letizia?

R: Da la impresión que tanto él como don Juan Carlos hubiesen preferido otra solución a la boda con Letizia, periodista y divorciada. Creo que no habrá rechazo, salvo que en la familia haya graves peligros internos que puedan influir negativamente en la Jefatura de Estado.

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