jueves, 31 de marzo de 2011

El Príncipe insta a solucionar el «contencioso» de Gibraltar

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ABC

«Hago votos para que nuestras autoridades avancen en la solución del contencioso histórico bilateral que aún sigue pendiente». Con estas palabras terminó el brindis que el Príncipe de Asturias dirigió durante la cena de gala que anoche ofreció al Príncipe de Gales y a su esposa en el Palacio Real. Sin mencionarlo expresamente, Don Felipe se refirió al conflicto de Gibraltar, que pronto cumplirá tres siglos. El Heredero de la Corona hizo estas declaraciones ante los más de cien invitados que asistieron a la cena, entre ellos, las ministras de Exteriores y de Ciencia. En el estreno de los Príncipes como anfitriones oficiales, no estaba el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

En el brindis, Don Felipe también animó a estrechar aún más las relaciones bilaterales y tuvo un recuerdo emocionado para su bisabuela la Reina Victoria Eugenia, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra, y para su abuelo, el Conde Barcelona, «quien en tiempos difíciles disfrutó de la hospitalidad británica».

El Príncipe de Gales, por su parte, no hizo alusión alguna a Gibraltar. Destacó la intensidad de las relaciones bilaterales, dijo que a pesar de las diferencias, España y Reino Unido nunca han perdido «el respeto y la admiración mutuas» y terminó sus palabras en español.

Con la cena de gala terminó una jornada en la que los Príncipes de Asturias se estrenaron como anfitriones y en la que quisieron dejar claro que ellos no son los Reyes. Por ello, marcaron diferencias, pero sin restar los máximos honores a sus invitados, el Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles. Don Felipe y Doña Letizia acudieron, poco antes de las dos de la tarde al Palacio de El Pardo,en cuya fachada ondeaba ya el guión del Príncipe de Gales. Símbolo del máximo nivel que se ha querido dar a esta visita oficial es que Carlos de Inglaterra y su esposa pernoctan en la residencia oficial de los jefes de Estado extranjeros que visitan España.

Los Príncipes de Asturias recibieron a sus invitados a pie de coche. Don Felipe dio dos besos a Doña Camila y la besó la mano, igual que hizo Don Carlos con Doña Letizia. Sonaron los himnos nacionales, con las salvas de honor de fondo, y el Príncipe de Gales y el de Asturias pasaron revista a la compañía de honor de la Guardia Real. Minutos antes de que llegaran los invitados, uno de los militares cayó desvanecido y los Príncipes estuvieron pendientes de él hasta que se aseguraron de que estaba recibiendo asistencia.

Después de presenciar un breve desfile de la Guardia Real, los Príncipes de Asturias acompañaron a sus invitados al interior del Palacio y abandonaron el lugar. También salió el Príncipe de Gales, quien se dirigió a la Puerta del Sol para reunirse con un grupo de empresarios y trasladarse, después, a la residencia del embajador británico, antes de asistir a la cena que le ofrecieron los Príncipes.

Diferentes a los Reyes

Fue en el Palacio Real donde los Príncipes marcaron sus diferencias, ya que la cena no se celebró en el comedor de gala, donde las presiden los Reyes, sino en el Salón de Columnas. Otra diferencia fue la etiqueta de la cena: en las que ofrecen los Reyes los caballeros suelen ir de frac y anoche la recomendación era esmoquin y vestido largo para las señoras. Tras recibir al Príncipe de Gales y a la Duquesa en el salón Teniers, los dos matrimonios pasaron a la saleta Gasparini para recibir a los invitados. Entre ellos, la duquesa de Alba, el duque de Aliaga, el marqués de la Romana, el hijo del duque de Wellington, en cuya finca pasarán el fin de semana, y la cantante Estrella Morente.

Discurso del Príncipe de Asturias

miércoles, 30 de marzo de 2011

El Príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles inician hoy su primer viaje oficial a España

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Madrid. (EUROPA PRESS).- El Príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles inician este miércoles su primera visita oficial a España con el objetivo de reforzar los lazos comerciales entre los dos países y en la que los Príncipes de Asturias se estrenarán como anfitriones llevando el peso de la visita, que durará tres días.

El Príncipe Carlos y su esposa serán recibidos por Don Felipe y Doña Letizia este miércoles en el Palacio Real de El Pardo, tras lo cual el hijo de Isabel II mantendrá un encuentro con inversores españoles que han emprendido proyectos relacionados con la economía sostenible en Reino Unido, como es el caso de Iberdrola con sus parques eólicos.

La reunión tendrá lugar en la sede de la Comunidad de Madrid, por lo que su presidenta, Esperanza Aguirre, acompañará al Príncipe de Gales en este acto al que se ha invitado a más de 150 personas.

Según el embajador británico en España, Giles Paxman, "en estos tiempos de crisis económica, es crucial aumentar el comercio y la inversión entre Reino Unido y España para así crear más trabajo y fomentar el crecimiento económico".

Con esta visita, destaca el diplomático, se generarán oportunidades para los empresarios de ambos países de "encontrar nuevas formas de ampliar sus operaciones internacionales" y con ello "impulsar la recuperación económica".

Cena de gala

La primera jornada de la visita, que culminará el viernes en Sevilla, se cerrará con la cena de gala que los Príncipes de Asturias, en su calidad de anfitriones, ofrecerán al Príncipe de Gales y a la duquesa de Cornualles en el Palacio Real.

El papel de Don Felipe y Doña Letizia como anfitriones durante toda una visita oficial de un príncipe heredero constituye toda una novedad que debe enmarcarse en la asunción progresiva de mayores funciones por parte del Príncipe de Asturias.

Aunque Don Felipe y Doña Letizia han ejercido este papel de forma puntual en algunas visitas de príncipes herederos, acompañándoles por ejemplo en ciertas actividades en lugar de los Reyes, nunca antes han hecho de anfitriones de una forma tan completa como la que se ha programado para esta visita.

La imagen de los Príncipes presidiendo una cena de gala en el Palacio Real sólo tiene un precedente y se debió a circunstancias excepcionales, cuando el Príncipe en mayo de 2010 tuvo que sustituir al Rey, convaleciente de su última operación, en la cena ofrecida a los jefes de Estado que participaban en una cumbre entre la UE y América Latina.

Reunión con Zapatero

Ya el jueves, el Príncipe de Gales tiene previsto reunirse el jueves con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez, antes de visitar, acompañado por Don Felipe, al Centro de Tecnología de Repsol en Móstoles.

Mientras, la Princesa de Asturias acompañará a Camilla Windsor a la escuela de perros guía de la ONCE en Boadilla del Monte, prevista para la misma hora.

Ese mismo día, los duques de Cornualles mantendrán un almuerzo privado con los Reyes y los Príncipes de Asturias en el Palacio de la Zarzuela y por la noche asistirán a un concierto benéfico en el hotel Ritz organizado por la Asociación hispano británica, dedicada a mejorar las relaciones bilaterales entre ambos países.

Asimismo, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, entregará la llave de oro de la capital al Príncipe Carlos.

El viernes pondrán rumbo a Sevilla, donde visitarán el Ayuntamiento y el Príncipe de Gales participará en un acto con empresarios españoles que exportan sus productos a Reino Unido, además de asistir a una jornada organizada por la Fundación Tres Culturas sobre la convivencia entre diferentes culturas, mientras su esposa recorrerá el Museo del Flamenco, por el que ha mostrado interés.

Al término de su visita oficial, el Príncipe de Gales y la duquesa de Cornualles se trasladarán a la finca del duque de Wellington en Íllora (Granada), donde pasarán el fin de semana con una agenda privada.

Carlos de Inglaterra y su esposa llegarán a España dentro de una gira que incluirá también Portugal y Marruecos y que persigue como objetivos potenciar las relaciones comerciales del Reino Unido con estos países, fomentar la cooperación en materia de lucha contra el cambio climático y reforzar los lazos culturales, entre otros asuntos.

Esta será la décima visita oficial del Príncipe a España, pero la primera de la duquesa de Cornualles.

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sábado, 19 de marzo de 2011

Muere la hermana del Príncipe Rainiero de Mónaco

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Vanitatis

La princesa Antoinette, hermana mayor de Rainiero de Mónaco, que falleció este viernes a los 90 años, tuvo una vida intensa y extremada donde sus historias sentimentales con romances complicados, amores prohibidos y pasionales se conjugaron con conspiraciones para apartar a Rainiero del trono monegasco.

En aquellos años locos la tía traidora aducía que el hermano no estaba capacitado para dirigir el Principado porque estaba más interesado en montar su zoo y coleccionar coches y, además, no tenía descendencia. Junto a su segundo marido, pretendía convertirse en regente hasta que su hijo Cristian de Massy alcanzara la mayoría de edad. No funcionó la estrategia y durante años vivió en un simulado exilio porque también pretendió minar la vida de Grace Kelly, a la que acusaba de no saber educar a sus hijas.

La princesa no quería saber nada de esa cuñada malvada que se dedicaba a lanzar rumores contra ella y contra las hijas. En su caso, era más ficción que realidad, y en el de las niñas Grimaldi, más realidad que ficción. Carolina primero y después Estefanía fueron alumnas aventajadas de la tita en su vertiente amorosa.

Antoinette, como en el tango, tuvo tres maridos a los que no envenenó con unas cuantas gotas de cianuro en el café como cantaba Massiel, pero tampoco los aguantó. Fue la primera princesa europea que tuvo tres hijos siendo soltera de ese primer cónyuge, tenista de profesión. Esa querencia por el deporte la heredó Carolina, cuyas fotografías en top less con el argentino Guillermo Vilas dieron la vuelta al mundo.

Tras su segundo divorcio, el hermano la perdonó y la permitió volver al Principado. Impuso sus condiciones y una de ellas era que no mantuviera relación alguna con el poder y se dedicara a obras sociales. Hubo un tercer marido, bailarín para más señas, del que quedó viuda al poco de casarse. Las maledicencias se desataron pero, en este caso, Antoinette se mostró públicamente desolada.

Su historia vital no tuvo desperdicio. Con los años se calmó y se convirtió en una dulce ancianita con vestidos de fiesta imposibles y cortados por el mismo patrón. Lo único que variaba era la tonalidad, y un año aparecía de gasas azules y al siguiente el mismo estilismo pero en verde, y así año tras año posando en la foto oficial junto al resto de la familia Grimaldi.

Uno de los capítulos más sugerentes de su vida fue cuando se lió con un apuesto caballero, réplica de Cary Grant en Atrapa a un ladrón. Y, como sucedía en la película, en los fastos de la boda de su hermano con la actriz Grace Kelly (era la protagonista femenina de la cinta), desaparecieron joyas de las invitadas que no las habían depositado en la caja fuerte del hotel. Nunca se pudo demostrar la intervención del novio de Antoinette en la sustracción. O, seguramente, la policía monegasca prefirió pasar página por orden expresa del principe Rainiero. Antoinette vivió intensamente una vida casi de culebrón.