miércoles, 18 de julio de 2012

El Rey: "Otro en mi lugar estaría de baja, pero yo tengo que currar

El Rey, junto al ministro de Exteriores, el titular de Industria y el jefe de la Casa Real. | Efe

El Mundo

El Rey ha subrayado que el objetivo de las empresas españolas tiene que ser fijarse en el exterior. "La solución ahora aquí es exportar, exportar, exportar. Es lo que tienen que hacer las pymes españolas", ha afirmado en declaraciones a los periodistas que le acompañan en su viaje a Rusia.

El monarca ha volado a Moscú para recibir un premio de Vladimir Putin, que el año pasado lo galardonó por su labor de reconciliación durante la Transición española. En torno a esa oportunidad, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha tejido un viaje al más alto nivel político y económico. Se trata de engrasar el camino español hacia la consecución del contrato del AVE Moscú-San Petersburgo, un ambicioso proyecto de casi 18.000 millones de euros.

Sobre las nuevas oportunidades que se abren en el exterior, Don Juan Carlos ha destacado la importancia de estar "sobre el terreno". Así, ha animado a seguir el ejemplo de empresas como Siemens, que tiene desde hace dos años una oficina en Rusia. "La solución ahora aquí es exportar, exportar, exportar. Es lo que tienen que hacer las pymes españolas", ha remarcado. En este punto, ha vuelto a insistir en que todavía "nosotros creemos que mandando a uno u otro es suficiente" para hacer negocios.

El monarca ha citado el caso de Navantia en Australia, como ejemplo a seguir. "Les dije que había que llevar las fragatas allí para que las vieran y las tocaran y no que mandaran fotos, así Navantia ha vendido ya dos fragatas", ha señalado.

El jugoso contrato ferroviario para unir en alta velocidad a Moscú y San Petersburgo no es la única oportunidad en Rusia, según ha dicho el Rey, que ha indicado que también se va a construir más líneas en otros puntos del país que pueden interesar a nuestras compañías.

Este desplazamiento a Moscú cuenta con una particularidad: por primera vez en muchos años los periodistas han vuelto a volar con Don Juan Carlos desde Madrid. Entre bromas, el propio monarca no llegaba a recordar con precisión qué fecha. Cree que a finales de los años 80, pero fuentes consultadas señalan que podría ser 1991. "Ya tenía ganas de poderos traer en el avión, pero los de seguridad me engañaron y me dijeron que no había sitio la última vez que quise hacerlo", en el reciente desplazamiento a Brasil y Chile en junio. "Y al final había sitio", ha apostillado.

Sobre su estado de salud, ha apuntado que su fisioterapeuta le ha dicho que "otro en mi lugar estaría de baja". "Pero yo tengo que currar. Y vosotros encima no lo decís", ha dicho a los periodistas.

martes, 17 de julio de 2012

Reducción de sueldo al primer funcionario del Estado

ABC

Su Majestad el Rey ha decidido reducir un 7,1 por ciento su sueldo, lo que equivale a unos 20.000 euros menos al año. El Príncipe de Asturias también ha reducido su sueldo en ese mismo porcentaje, lo que equivale a unos 10.000 euros menos anuales, ya que recibe la mitad que su padre. El 7,1 por ciento equivale a la decimocuarta parte del sueldo, que es la cantidad equivalente a la paga extraordinaria de Navidad que han recortado a los funcionarios.

Don Juan Carlos ha tomado esta decisión libremente. La reducción se aplicará a su sueldo, al del Príncipe y a los gastos de representación del resto de la Familia Real (Reina, Princesa de Asturias e Infantas Doña Elena y Doña Cristina), a los que se había asignado una cantidad de 315.000, que ahora se ha quedado en 292.625 euros.

El año pasado el Rey recibió 140.519 euros en concepto de dotación personal y 152.233 euros en concepto de gastos de representación. La suma de ambas cantidades ascendía a 292.752 euros. Tras la rebaja, el Monarca recibirá unos 20.000 euros menos.

El Príncipe de Asturias recibe exactamente la mitad que su padre. El año pasado Don Felipe tuvo un sueldo de 70.259 euros y recibió 76.117 en gastos de representación. La suma, que ascendía a 146.376 euros, se ha visto ahora reducida en unos 10.000 euros.

Ambas cantidades son brutas y están sometidas a una retención del 45 por ciento en el caso de Don Juan Carlos y del 39 por ciento en el caso de Don Felipe.

La cantidad que el Rey distribuye entre la Reina, la Princesa de Asturias y las infantas Doña Elena y Doña Cristina correspondientes a gastos de representación y que el año pasado ascendió a 375.000 euros, se ha reducido este año a 292.625 euros.

El Presupuesto de la Casa del Rey para 2012 era de 8.264.280 euros, un 2 por ciento menos que en 2011, y tras la reducción de estos sueldos, se queda en 8.160.000 euros, aproximadamente.

viernes, 13 de julio de 2012

El Rey pide que "nadie quede excluido de los efectos de la recuperación" económica

El Rey pide que

La Vanguardia

El Rey Don Juan Carlos ha presidido el Consejo de Ministros de carácter informativo, reunido en el Palacio de la Zarzuela, al que han asistido el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y la totalidad de los miembros de su Gabinete. Al inicio del Consejo, el Jefe del Estado quiso transmitir un mensaje central en que destacó la necesidad "fundamental de trabajar con el mayor rigor, con visión de futuro y con la mira puesta en el interés general y el bien común de todos los españoles", pero también puso el acento en la necesidad de que en ese futuro "nadie puede excluido de los efectos de la recuperación económica, que todos deseamos y esperamos", ha pedido.

Así, el monarca ha dirigido su atención especialmente a quienes pueden verse más afectados por la crisis económica: "Pienso particularmente en los jóvenes y en quienes sufren cada día la desazón por la falta de empleo y de perspectivas de futuro", ha destacado.

Consciente de estar ante "una coyuntura económica particularmente complicada, tanto a nivel español como europeo, que exige mucha firmeza y determinación" el Rey considera que la española es "una sociedad madura que sabe responder con responsabilidad, solidaridad, templanza y espíritu de sacrificio cuando las circunstancias lo exigen" añadiendo que "no nos faltan experiencia ni ejemplos de superación en la historia de nuestra Nación".

Para resolver la actual situación, Su Majestad cree que "debemos actuar codo con codo con nuestros socios europeos, porque juntos afrontamos las dificultades y solo juntos podremos resolver los desafíos que amenazan a nuestras sociedades". Por eso Don Juan Carlos confía que "la vieja vocación europeísta de España saldrá reforzada de esta dura prueba".

Tras la intervención de Su Majestad, tomó la palabra el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y sucesivamente el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que han informado al Monarca sobre la actual situación económica.

Este Consejo de Ministros informativo ha sido el primero que preside Don Juan Carlos en la actual Legislatura.

martes, 10 de julio de 2012

El Rey presidirá este viernes el Consejo de Ministros

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El Mundo

El Rey presidirá este viernes un Consejo de Ministros deliberante en el Palacio de la Zarzuela. Se trata de una práctica habitual de cada inicio de legislatura que, en este caso, se ha ido posponiendo debido al accidente de caza que sufrió Don Juan Carlos en abril y las subsiguientes operaciones a que tuvo que someterse. En este caso, coincidirá en el tiempo con un Consejo de Ministros decisorio que se celebrará acto seguido en La Moncloa, y en el que se adoptarán duras medidas de tipo económico.

Esta reunión, que está convocada para las 10.00 horas del viernes y que durará una hora, contará con la presencia del Ejecutivo en pleno. Se abrirá con unas palabras del Rey, que lo preside en función del artículo 62 de la Constitución, que le otorga la prerrogativa de "ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente de Gobierno".

Después, tendrán lugar tres intervenciones por parte de miembros del Gobierno. Serán las del presidente, Mariano Rajoy, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y el ministro de Economía, Luis de Guindos.

Los tres harán un resumen ante Su Majestad de la manera en la que se está gestionando la crisis económica en España, así como los resultados del último Consejo Europeo, en el que se aprobó la recapitalización de la banca. En estas reuniones no se toma ningún tipo de decisión.

Una vez finalizado este primer Consejo de Ministros, a las 11.00, el Gobierno se desplazará a La Moncloa para celebrar uno decisorio, en el que se aprobarán duras medidas de tipo económico.

Se trata del undécimo Consejo de Ministros de este tipo que se celebra desde el inicio de la democracia, y el último tuvo lugar en mayo de 2008, tras la constitución del segundo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. En aquel caso, intervinieron, además de Zapatero, los ministros de Asuntos Exteriores y Economía, y cerró el cónclave la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega.

El Rey anticipó a Lorca la cuantía del premio que recogerá en Rusia

ABC

Su Majestad el Rey realizará la próxima semana un viaje oficial a Rusia en el que, además de reunirse con las autoridades y de apoyar a los empresarios españoles que quieren aprovechar las oportunidades que brinda ese país, recogerá el Premio Estatal de la Federación Rusa, que se le concedió hace algo más de un año.

Lo curioso es que Don Juan Carlos había donado la cuantía de este premio, dotado con cinco millones de rublos (unos 120.000 euros) a la restauración del municipio murciano de Lorca, tras los daños producidos por fuertes terremotos registrados en mayo de 2011. Como la entrega del galardón se ha ido retrasando por distintas razones -mientras a Lorca le urgía el dinero-, el propio Monarca decidió hace seis meses anticipar la cantidad.

Adelantar una transferencia

El pasado 15 de diciembre Don Juan Carlos ordenó hacer una transferencia por importe de 119.500 euros al Ayuntamiento de Lorca. Un dinero que Don Juan Carlos recuperará la próxima semana, cuando las autoridades rusas le entreguen el galardón y su correspondiente dotación económica. Aunque el viaje aún no está cerrado ni ha sido anunciado oficialmente por ambos países, lo más probable es que se realice los días 18 y 19 de julio. Este será el sexto viaje oficial al exterior realizado por el Monarca en lo que va de año, después de los efectuados a Kuwait, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Chile y Arabia Saudí.

Un año y un mes después de su concesión, el Rey recogerá el Premio Estatal de la Federación Rusa 2010 que se le otorgó el 9 de junio del año pasado en reconocimiento a sus méritos excepcionales en el campo de la actividad humanitaria. La idea original era que el Rey viajara a Moscú en esos días y recogiera el premio en una solemne ceremonia de entrega que se celebró en el Kremlin con motivo de la Fiesta Nacional de la Federación Rusa. Sin embargo, Don Juan Carlos no pudo acudir entonces a recoger el galardón, porque se encontraba convaleciente de la operación de rodilla que se le había practicado unos días antes. La entrega quedó aplazada para una fecha posterior que no se ha cerrado hasta ahora.

Símbolo de reconciliación

La condecoración rusa que ahora recogerá el Monarca es la única que puede concederse a ciudadanos extranjeros. En su propuesta, las instituciones proponentes mencionaron, entre otros méritos, que «Su Majestad el Rey se ha convertido en el símbolo de la reconciliación en España», «un símbolo de un activo humanista que utiliza su autoridad y poder por el bien de la sociedad, que es importante para España y el mundo».

En concreto, los cinco millones de rublos donados por Don Juan Carlos se destinaron a la restauración de la Capilla del Rosario, sede de la Cofradía del Paso Blanco, y a la Iglesia de San Francisco, sede de la Cofradía del Paso Azul.

La llama olímpicia visita a la Reina

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El Mundo

La reina Isabel II y su esposo, el duque de Edimburgo, dieron la bienvenida a la antorcha olímpica en el castillo de Windsor, en el condado inglés de Berkshire, cuando quedan 17 días para que se inauguren los Juegos de Londres.

Acompañados por el presidente del Comité Organizador (LOCOG), Sebastian Coe, la soberana, de 86 años, y su marido, de 91, contemplaron cómo la comitiva olímpica llegaba a la que ha sido residencia real durante nueve siglos.

La encargada de portar la llama en uno de los momentos más emblemáticos de su itinerario por el Reino Unido fue la exjugadora de "netball" de 74 años Gina MacGregor.

En una jornada lluviosa en el centro de Inglaterra, la exdeportista llevó la antorcha hasta la entrada interior del castillo, donde le esperaban Isabel II y el príncipe Felipe con sendos paraguas plegados en la mano.

"Qué tiempo más inglés ¿No puede hacer nada al respecto, verdad?", comentó MacGregor a la soberana, que, vestida con gabardina y sombrero, respondió, sonriendo, un escueto "No, nada".

El duque de Edimburgo, por su parte, sostuvo la antorcha durante unos instantes, comprobando su peso, y le preguntó a la relevista si pensaba "llevársela consigo a casa", una opción que tienen todos los portadores de la llama olímpica.

Tras conversar en el exterior del castillo con algunos deportistas que participaron en las Olimpiadas de Londres de 1948, la soberana y su esposo asistieron a un nuevo relevo de la antorcha.

MacGregor se encargó de encender el fuego para un nuevo corredor, el niño de doce años Phil Wells, encargado de recorrer, antorcha en mano, "The long walk" ("El largo paseo"), la avenida arbolada que lleva hacia castillo medieval, levantado en el siglo XI.

A las puertas del complejo se agolpaban cientos de personas para ver salir la llama olímpica tras su visita a la soberana británica.

El conjunto arquitectónico de Windsor, 37 kilómetros al oeste de Londres, está rodeado por 20 kilómetros cuadrados de bosque, un antiguo coto privado de caza para la familia real británica que en la actualidad es un parque abierto al público.

La antorcha desembarcó en el Reino Unido el pasado 18 de mayo y desde entonces recorre a manos de cerca de 8.000 relevistas gran parte de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, además de un breve paso por la República de Irlanda, un trayecto de casi 13.000 kilómetros.

La llama, uno de los símbolos más reconocibles de los Juegos Olímpicos, ha sacado a las calles y a los márgenes de las carreteras a millones de personas en un país que se prepara para inaugurar, el 27 de julio, las terceras olimpiadas que se celebran en Londres.

Las celebraciones olímpicas llegan poco después de otro evento multitudinario en el Reino Unido, la conmemoración en junio de los sesenta años en el trono de Isabel II.

jueves, 5 de julio de 2012

Franco, Don Juan y la Monarquía totalitaria

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Jorge Vilches
Libertad Digital

Los proyectos para restaurar la Monarquía existieron desde el mismo momento en que Alfonso XIII abandonó España. Sin embargo, a partir de su muerte, en febrero de 1941, la figura de Don Juan emergió como una poderosa posibilidad de presentar un proyecto de nueva España.

Don Juan se inclinaba por un acuerdo con Gran Bretaña para la restauración de la Monarquía, pero Pedro Sáinz Rodríguez, que también jugaba la carta británica, le aconsejó que sondeara el apoyo alemán. Lo cierto es que entre 1940 y 1942 la opinión de que Alemania podía ganar la guerra era mayoritaria, por lo que se veía a Hitler como el próximo y único árbitro de Europa. Contar con el beneplácito del dictador nazi parecía lo más conveniente.

Ribbentrop, ministro nazi de Asuntos Exteriores, convenció a Hitler de que era necesario controlar a Don Juan para asegurarse el apoyo de España, no fuera a ser que Franco cayera por un golpe militar. Esta concepción nazi se fortaleció cuando en los primeros meses de 1941 un enviado de Don Juan comenzó una ronda de visitas a Ribbentrop y a los altos cargos de su ministerio. El mensaje era que el régimen de Franco y Serrano Suñer era débil, que había peligro de golpe por parte de los generales anglófilos, y que era preciso, por tanto, el apoyo nazi para asegurar la lealtad de España a través de una restauración monárquica.

El Gobierno nazi comunicó a Franco entonces que los enviados de Don Juan estaban en Berlín intentando negociar. Parecía que los juanistas se habían decidido por plantear el establecimiento de una monarquía satélite. A esto se sumó la impresión que el Gobierno fascista italiano tenía de la Familia Real española: por un lado creía que al Borbón no le importaba de dónde viniera el apoyo, ya fuera británico o alemán, mientras se produjera la restauración; por otro, que Victoria Eugenia, la madre de Don Juan, se había inclinado finalmente por los nazis, lo que era un contrasentido por los lazos familiares con los Windsor y la sintonía política con los británicos. El caso es que el temor se apoderó del servicio exterior español, que estrechó el cerco sobre los monárquicos.

Franco decidió acercarse a Don Juan para conocer mejor su postura y, en definitiva, controlarlo. El 30 de septiembre de 1941 le escribió asegurando que la Monarquía era el "único camino" y él su "único y legítimo representante". No en vano Don Javier, el pretendiente carlista, se había declarado aliadófilo. Terminaba la carta diciendo que desconfiara de algunos de sus agentes porque albergaban intereses bastardos que no coincidían con los de España. A esta misiva contestó Don Juan instando a que Franco asumiera una regencia "orientada clara y públicamente hacia la Monarquía".

Los generales monárquicos, además, se acercaron al general Muñoz Grandes, que estaba al frente de la División Azul, para que fuera el mediador entre Don Juan y el régimen nazi. La cúpula militar española estaba disgustada, y en la reunión del Consejo Superior del Ejército celebrada el 15 de diciembre de 1941 los monárquicos Kindelán, Orgaz y otros expusieron a Franco la necesidad de que separara el cargo de jefe del Estado del de jefe de Gobierno. Ya fuera por convicción o por soborno británico –como apunta el historiador Manuel Ros–, lo cierto es que se avivaron los ánimos monárquicos entre el generalato español.

Había otra parte de los militares que apostaba por el apoyo alemán. El mariscal Göring recibió un mensaje firmado por generales españoles en el que se le pedía ayuda para la restauración a cambio de la entrada de España en la II Guerra Mundial. A este juego se sumó el general Yagüe en 1942, al sugerir que la "nueva España" se asentara sobre una Monarquía asistida por los nazis; y escribió a Don Juan: "Debemos acercarnos a los nuestros y, en concreto, a Hitler". Yagüe trabajó incluso para concertar una cita entre el príncipe español y Hitler. Sin embargo, parece ser que unos meses antes Don Juan ya había dejado clara su postura respecto al dictador alemán cuando se le propuso el alistamiento en la División Azul:

Mira, yo no me visto de nazi alemán ni juro fidelidad a Hitler por todos los tronos del mundo.

Esa división entre los militares españoles benefició a Franco y le permitió presionar a Don Juan. El 12 de abril de 1942 le escribía diciéndole que el monarquismo no era un sentimiento vivo entre los españoles, pero que a no tardar le ofrecería la "Jefatura total del pueblo y sus Ejércitos" para entroncar con la "monarquía totalitaria" de los Reyes Católicos. En ningún caso, decía Franco, iba a consentir la restauración de una Monarquía liberal. Ahí no quedó el asunto, porque suspendió los viajes del general Vigón y de Serrano Suñer, pensados para tratar el tema de Don Juan en Alemania e Italia, y mando confinar a Sáinz Rodríguez y a Vegas Latapié por conspiradores promonárquicos.

El plan británico para entronizar a Don Juan pasaba por tomar las Canarias. En abril de 1941 el Alto Mando británico aprobó el plan de invasión, fundado en la idea de evitar que se convirtiera en un emplazamiento nazi si Franco acordaba con Hitler la entrada en la guerra. Una vez tomadas las islas, los británicos fundarían un Gobierno español libre, tal y como habían hecho en Francia con Charles De Gaulle, con Don Juan como rey. El plan parecía contar con el apoyo de los generales Aranda, Orgaz, Kindelán y García Escámez, a la sazón capitán general de Canarias. Franco reaccionó, como apunté antes, al enterarse de todo esto por una delación, y cambió los destinos de los militares implicados.

Así, para el verano de 1942 la restauración parecía más lejos al truncarse la vía británica y ser apartados los militares monárquicos. En agosto Don Juan intentó convencer a Muñoz Grandes, quizá uno de los generales más decisivos e influyentes, pero fue inútil. El jefe de la División Azul fue contundente: la única solución era una Monarquía apoyada por Alemania para hacer una revolución fascista, porque si se trataba de restaurar lo que cayó en 1931, él la recibiría "a tiros".

No obstante, tampoco en ese momento la posición alemana en la guerra era la misma, por su enfrentamiento con la URSS y la entrada de EEUU en el conflicto. De esta manera, cuando el consejero de la embajada alemana en España, Gardemann, se puso en contacto con el pragmático Sáinz Rodríguez, refugiado en Lisboa, los términos cambiaron mucho. El nazi proponía la restauración inmediata de Don Juan si la nueva España monárquica se sometía a los planes de Hitler, a lo que el agente juanista contestó que no se podía aceptar porque si Alemania perdía la guerra la Monarquía de los Borbones sería depuesta por los aliados. La vía alemana concluyó definitivamente cuando Franco ascendió a Yagüe y lo envió a Melilla y al Marruecos español.

Se produjo entonces el "giro demócrata" de Don Juan, que concluiría con el excesivamente tardío Manifiesto de Lausana (marzo de 1945), y el juanismo se centró en conseguir el apoyo de los aliados. Nacieron así las declaraciones al Journal de Genéve del 11 de noviembre de 1942, tres días después del desembarco angloamericano en Italia, conocidas como el Manifiesto de Ginebra. En el texto se declaraba neutral y declaraba que su deseo era ser rey de "todos los españoles, definitivamente reconciliados". A esto se sumó la visita del general Kindelán a Franco en El Pardo para exigirle que restableciera la Monarquía. El dictador le repitió que ese era su deseo, y unos días después le destituyó como capitán general de Barcelona.

Era el fin de la posibilidad de una "monarquía totalitaria", con el apoyo de Alemania y el beneplácito o la regencia de Franco. Claro que en septiembre de 1942 Luis Carrero Blanco evacuaba un informe sobre la posibilidad de coronar a Francisco Franco como rey de España. Pero esa es otra historia.